Richard Feynman (1918-1988) es considerado el padre de la nanotecnología, pues fue el primero en hacer referencia a las posibilidades de desarrollar aplicaciones tecnológicas a escalas infinitamente pequeñas en la célebre conferencia impartida en Caltech (Instituto Tecnológico de California) el 29 de septiembre de 1959, titulada “En el fondo hay espacio de sobra” (There´s Plenty of Room at the Bottom ). Una anécdota de alguien que asistió a esta conferencia cuenta que él inició con estas palabras y algunos pensaron que se refería a que ocuparan lugares vacíos al final de la sala de conferencias. Feynman sugirió métodos para poder manipular sistemas mecánicos y de información a escalas atómicas tales que la tecnología química o mecánica disponible en aquel momento no consideraba posible; usó argumentos que indicaban de manera contundente que era físicamente posible llevarlos a cabo. Tal proposición se centraba en la idea de construir maquinaria capaz de crear maquinaria diez veces menor que sí misma, para crear con ella maquinaria que crearía maquinaria otra vez diez veces menor, hasta llegar a la escala molecular, donde la maquinaria ya ensamblase átomos y moléculas. Ofreció mil dólares en premios por dos de sus retos en nanotecnología.
Fue un científico singular; su trabajo en electrodinámica cuántica le valió elpremio Nobel de Física (1965), el cual compartió con Julian Schwinger e Ichiro Tomonaga. Desarrolló métodos para estudiar las interacciones y propiedades de las partículas subatómicas; propuso la utilización de imágenes gráficas para describir estas interacciones y así nacieron los denominados diagramas de Feynman, muy usados en varios campos de la física. Entre sus múltiples contribuciones destacan también sus trabajos exploratorios de computación cuántica, superconductividad y los primeros desarrollos de nanotecnología. Entre sus tantas aportaciones a la física se encuentra el modelo de la desintegración débil: Un ejemplo de la interacción débil es la desintegración del neutrón en un electrón, un protón, y un anti-neutrino.
Siempre fue un científico muy activo y en búsqueda de nuevos retos, su personalidad queda reflejada en la siguiente historia de su paso por el laboratorio de Los Álamos: Tenía como pasatiempo abrir la caja de caudales del laboratorio y dejar notas de ello a seguridad, así como subirse al punto más alto de la meseta a tocar el tambor como lo hacían los aborígenes.
Trabajó como profesor en la Universidad Cornell y tiempo después recibió ofertas como profesor de universidades punteras; finalmente decidió trabajar en el Instituto de Tecnología de California en Pasadena, California, a pesar de serle ofrecida también una plaza en el Instituto de Estudios Avanzados de Princeton (donde, por entonces, trabajaba Albert Einstein). Feynman rechazó el instituto por la razón de que no había obligaciones como profesor. Pensaba que sus estudiantes eran una fuente de inspiración y también, durante los periodos no creativos, de comodidad. Lo apodaban “El Gran Explicador”, pues ponía muchísimo cuidado cuando explicaba algo a sus estudiantes, esforzándose siempre para no hacer de ningún tema un arcano, sino algo accesible para los demás.
En Caltech impartía clases de física que a la postre se convirtieron en las afamadas Conferencias de Física de Feynman, que lo consagraron como un reputado docente. El Jet Propulsion Laboratory (Laboratorio de Propulsión a Chorro) retuvo a Feynman como consultor de informática para misiones críticas. Un compañero describió a Feynman como un ´Don Quijote´ en su asiento, más que un físico delante de un computador, preparado para batallar con los molinos de viento.
Feynman no trabajó sólo
en física, y tenía un gran círculo de amigos de muchos ámbitos de la vida, incluidas las artes. Practicó la pintura y logró cierto éxito bajo un pseudónimo, y presentó incluso una exposición. En Brasil, con persistencia y práctica, aprendió a tocar percusión al estilo samba, y participó en una escuela de samba. Tales acciones le dieron una reputación de excéntrico.