Mucho se ha dicho ya sobre las drogas y sus efectos; no sé cuánto es suficiente: el uso y abuso de las drogas se empequeñece ante los estragos que causa la prohibición y el consecuente tráfico ilegal. Qué importa, me pregunto, lo que suceda en el cerebro de una persona cuando consume drogas, en comparación con los 50 mil muertos que resultan de la prohibición. Y las estadísticas acerca del uso de las drogas crecen a pesar de la prohibición, la historia de la prohibición para el uso del alcohol se repite. Según el Sondeo Nacional sobre el Abuso de Drogas (National Survey on Drug Abuse) en Estados Unidos había 114 mil personas de 12 años o mayores que usaron heroína por primera vez en su vida en 2008, y el 0.8% de estudiantes en 8o, 10o y 12o grado (equivalentes a 2o de secundaria y 1o y 2o de preparatoria) eran usuarios de heroína en 2009. Adicionalmente, 10% de estudiantes de highschool reportan hacer uso recreativo del Vicodine (mezcla de hidrocodona y acetaminofeno que hizo famosa el Dr. House de la serie del mismo nombre), y 1 de cada 20 estudiantes usa oxicodona. Con estos datos duros acerca de un consumo creciente, insisto, a pesar de la prohibición, de todo tipo de substancias, resulta irrelevante elucubrar sobre los mecanismos de acción de las drogas en el cerebro de los usuarios. Parece relevante, sí, averiguar por qué motivo se abusa de ciertas substancias.
En el mundo moderno hay un fenómeno sociológico complejo que lleva a los jóvenes a experimentar y arriesgar en el uso de drogas, lo que finalmente conduce a muchos de ellos a la adicción. Hay claramente una cierta incredulidad respecto de los riesgos que conlleva el uso de drogas. Este es un factor educativo mal resuelto, más aún en nuestro país con campañas en manos de las televisoras. Como sea, finalmente se ha creado un mercado enorme con ganancias potenciales de miles de millones de dólares. Lo aprovechan las empresas transnacionales farmacéuticas de forma más o menos legal, y de forma ilegal, los señores del narco.
¿Por qué este gusto humano por las substancias que alteran los procesos del pensamiento? Los humanos usamos drogas excitadoras, depresoras, calmantes, excitantes, alucinógenos, entactógenos, etcétera. Las consumimos en tabletas, en forma líquida, las fumamos. Algunas drogas tienen sabores francamente desagradables, otras se sabe que pueden producir malos viajes, pero aun así se consumen. No parece ser un fenómeno exclusivamente norteamericano, ni tampoco exclusivo de nuestra época. Desde tiempos inmemoriales y en diversas culturas el hombre ha usado substancias que modifican su talante y, sobre todo, los procesos cognitivos, sin que aún logremos comprender del todo por qué motivo se usan y por qué motivo algunos sujetos se vuelven adictos y no pueden vivir más que para consumir la droga. Aunque el uso de drogas no es un fenómeno exclusivo del mundo moderno, la adicción masiva sí lo es. Cabe destacar especialmente que entre los soldados de Vietnam del ejército norteamericano, el 48 por ciento eran usuarios de derivados del opio, y en todas las guerras se puede documentar un incremento en el uso de drogas y en el número de adictos entre los combatientes. Así que la guerra claramente se asocia al aumento en el uso de las drogas, lo que sugiere que el estrés es un factor importante para iniciarse en las adicciones.
En México el alcohol es el principal producto que se consume de forma compulsiva, con un número importante de adictos que finalmente mueren por daño hepático y cardiovascular. El número de adictos es enorme y el daño a la salud grande. Sin embargo, al no haber prohibición, el consumo de alcohol es un asunto personal, más aún cuando los gobiernos toman en serio el aplicar la ley que exige que no se manejen vehículos cuando se ha consumido alcohol. Cuando los gobiernos no obligan al cumplimiento de la ley, como ocurre en el estado de Puebla, el alcohol produce un número importante de muertes en accidentes automovilísticos, caso en el cual hay culpa compartida del Estado, por la negligencia policial (propongo que se tipifique como delito la negligencia policíaca). Tenemos en el alcohol el ejemplo de consumo de una droga en forma, digamos, razonablemente civilizada. En el caso de otras drogas nuestra sociedad parece estar funcionando al revés de lo que la razón y la experiencia sugieren. Es imperativo levantar de forma total la prohibición, controlar entonces la distribución y regular el uso (como en el caso del alcohol y el tabaco) e invertir en investigación que nos permita entender mejor los mecanismos que producen la adicción y cómo controlarlos. En vez de armas y militares se requieren empresarios, impuestos y reglas para terminar con el problema del narco en México.
Las Drogas del Yo.
Desearía sólo drogarme de lo que me hace bien
( como estas últimas semanas )
Lo que me inspira, me limpia, me gusta.
Por último si las drogas nos invaden
que sean alucinaciones creativas,
como una arcada sincera de amar…
…como una música con sabores.
Un mareo_náusea, una elevación.