Economía verde

“Hay suficiente en el mundo para cubrir las necesidades de todos los hombres, pero no para satisfacer su codicia”. Mahatma Gandhi

Muchas veces, al hablar de medio ambiente, lo primero que viene a tu mente es ¿cómo cuidarlo? ¿Qué podemos hacer? ¿Cuáles son los problemas ambientales que nos rodean? Pero pocas son las veces que pensamos en cuáles son las políticas que se están llevando a cabo en materia de medio ambiente. ¿Por qué no se piensa en esto? Quizás se deba a la falta y manipulación de la información o simplemente al desinterés que se tiene en relación a este tema.

Como sabemos, cualquier gestión política en materia ambiental tendría necesariamente que resolver problemas a nivel local, nacional o internacional, de acuerdo con la situación económica en la que se encuentre un país; esto llevó a que los gobiernos de varios países se reunieran en la cumbre sobre Desarrollo Sostenible Rio de Janeiro en 2012 (Rio+20), el tema principal era“una economía verde en el contexto del desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza y el marco institucional para el desarrollo sostenible”.

Pero ¿qué es la economía verde? De acuerdo con lo que mencionan varios autores, una economía verde sería aquella que tiene bajas emisiones de carbono, utiliza los recursos de forma eficiente y es socialmente incluyente. Todo esto suena muy bonito ¿verdad?, pero si analizamos a fondo las características de esta economía verde en un mundo capitalista nos encontramos con que esta propuesta se basa en tres puntos fundamentales:

1) Crear un mercado financiero con la naturaleza. Un ejemplo de esto es el mercado de carbono, en el cual las empresas contaminantes pagan por el servicio de la absorción del carbono, sin embargo siguen contaminando lo mismo;

2) apropiarse de la naturaleza a través de la tecnología, es decir, que las empresas a través de ella tendrían el poder de contralar y comercializar una gran parte de los recursos naturales; lo que podemos traducir es que no importa si se agotan los recursos, ya que la tecnología sería la principal herramienta para sustituirlos y solucionar el problema, y

3) que se legalice y existan leyes que regulen la comercialización de los recursos naturales, lo que apunta a la posibilidad de comercializar un recurso como el aire, esto generaría especulaciones económicas y por consiguiente llevaría a que los gobiernos subsidien con dinero público este tipo de actividades. Como primer paso estaría la experimentación para después continuar con la comercialización. Lo que podríamos pensar de esto es que finalmente es una de las tantas alternativas que existen para darle vida a un sistema económico mundial que actualmente se encuentra en decadencia.

En nuestro país existen comunidades indígenas que llevan a cabo prácticas en beneficio de la conservación de los recursos naturales. Sin embargo, el panorama general del país es complicado ya que en materia ambiental no existen leyes que verdaderamente regulen la sobrexplotación de los recursos naturales, la consecuencia es que la degradación de los ecosistemas es cada vez mayor.

Una alternativa a esta problemática es que las políticas en materia de conservación y manejo de los recursos naturales sean realmente públicas e incluyentes y dejen de ser sólo de interés para unos cuantos, de esta forma y a medida que la sociedad se vaya involucrando harán que el gran negocio que hoy en día representan los recursos naturales para los gobiernos y el sector privado disminuya, con el fin de tener políticas públicas que realmente beneficien a cualquier sector de la sociedad.

Para saber más:

PNUMA, 2011. Hacia una economía verde: Guía para el desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza – Síntesis para los encargados de la formulación de políticas. www.unep.org/greeneconomy

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