En los últimos años las emisiones contaminantes generadas por los combustibles fósiles (petróleo, carbón mineral, gas natural) han aumentado tanto que el único camino que le resta a la humanidad ahora es evitar la quema de estos combustibles para poder sobrevivir y continuar inteligentemente su proceso natural en la evolución.
Las proyecciones del Modelo Climático resumidas en el Cuarto Reporte Mundial de Valoración indican que durante el siglo XXI, la temperatura global puede aumentar hasta de 3.4 a 6.1 °C.
En un nuevo mundo con 4°C más de lo normal, los límites de la adaptación humana estarán excedidos en muchas partes del mundo, pero los límites de adaptación de los sistemas naturales estarán excedidos globalmente, de modo que no podrán subsistir los ecosistemas en los que la especie humana vive.
Parece que tanto los esfuerzos por mitigar las emisiones de gases de invernadero como la inseguridad del suministro y del alza de precios del petróleo han llevado a la búsqueda de soluciones para obtener energía sin dañar al medio ambiente y sin poner en riesgo la estabilidad económica de las sociedades. Existen literalmente miles de investigaciones que buscan soluciones para la sustitución de los combustibles fósiles por combustibles nuevos, renovables o por transformar la energía solar, eólica, de las olas, etcétera, en energías aprovechables por la sociedad moderna.
México es importador de gasolina debido a la carencia de refinerías. Aun en el caso de que se construyeran más refinerías en los próximos años, la escasez energética persistirá. Es así que, de no aumentar la capacidad de refinación, para el año 2015, las importaciones podrían alcanzar 489 mil barriles diarios: la mitad de la demanda nacional. Por estas razones, la diversificación de la matriz energética podría lograr que al menos, nuestro país sea menos dependiente de la importación de energía. A largo plazo, se seguirán utilizando hidrocarburos como fuente energética principal, sin embargo, las energías renovables como la eólica, hidráulica, los biocombustibles, etcétera, ayudarán a la reducción de importación de energía y a la reducción de gases de efecto invernadero.
Actualmente, en todo el mundo se están desarrollando tecnologías para encontrar soluciones al problema de la quema del petróleo.
Una de las soluciones a los problemas energéticos es el uso de los ya famosos biocombustibles como el biodiésel, el bioetanol y el biogás.
La utilización del biodiésel permite la reducción equilibrada de gases de efecto invernadero generados por la utilización de combustibles fósiles. Por lo tanto, la sustitución parcial o total de biodiésel en los motores diesel producirá una fuerte disminución en el calentamiento global del planeta.
El biodiésel es un combustible biodegradable, no tóxico, que se produce a partir de los aceites vegetales con metanol. Para que las reacciones químicas de la obtención del biodiésel sean óptimas, la mejor materia prima es el aceite vegetal refinado, ya que la conversión de aceites es elevada y el tiempo de reacción es corto.
Sin embargo, en México, en 2007, la Secretaría de Energía reconoció que la producción masiva de biodiésel requiere de un aumento muy significativo en el área de cultivos oleaginosos. Reconocieron que en nuestro país, en este momento ni siquiera se cubre la demanda de aceites comestibles.
El problema principal de la utilización del biodiésel es el alto precio por litro en relación al precio por litro del diesel. Este alto precio es debido a las siguientes razones:
1. El costo de la materia prima (aceites vegetales refinados).
La Benemérita Universidad Autónoma de Puebla forma parte de las soluciones reales para la sustitución del diesel por el biodiésel. En el Laboratorio de Catálisis y Energía se están realizando proyectos de investigación para la obtención de biodiésel de alta calidad y de procesos de producción de biodiésel a partir de aceites de fritura de desecho y aceites vegetales no comestibles como el aceite de Jatropha curcas. Esta planta crece en tierras marginales y no requiere la utilización de fertilizantes ni de insecticidas y sólo necesita cantidades mínimas de agua. De esta manera, el precio de la materia prima para la producción del biodiésel está fuertemente reducido. De esta manera, la producción de biodiésel el cultivo de la Jatropha curcas hará que los campos abandonados por su esterilidad se transformen en campos de producción de Jatropha curcas y se construya el principio de una cadena productiva, generadora de empleos y de beneficios económicos, sociales y ambientales.
2. El proceso de transformación de aceites en biodiésel (transesterificación) requiere de alta temperatura por largos periodos de tiempo. El calentamiento para obtener las altas temperaturas necesita la utilización de electricidad, lo cual eleva aún más los costos de producción.
Los proyectos de producción de biodiésel que se desarrollan en el Laboratorio de Catálisis y Energía de la BUAP, emplean reactores, en los cuales las altas temperaturas requeridas se alcanzan utilizando únicamente la radiación solar como fuente de energía.
De esta manera, es posible lograr un mejor nivel de vida, fusionando los esfuerzos de quienes laboran la tierra y de quienes buscan caminos para encontrar soluciones a través de la inteligencia y los conocimientos.