“El 21 de marzo de 1913 (en un viernes santo) nace Guillermo Benito Haro Barraza en la ciudad de México. En esos días se anunciaba la venta de postales (a 15 centavos) con el tema de los ataques, defensas, muertos y ruinas de la llamada decena trágica; golpe de estado organizado por el embajador Gringo, quien aliado a Huerta, asesinó al presidente Madero. También se ofertaba la cura del “vicio de la embriaguez sin que lo sepa el borracho”.
“La madre de Haro fue su primera maestra de Astronomía. Lo llevó, entre los seis u ocho años, a un largo viaje en tren del DF a Cuautla para convencerlo que el cielo no terminaba en la cúspide de las montañas que rodeaban al valle de México. Su madre muere cuando éste tiene sólo 12 años y su padre, don José de Haro Marrón, un solterón que vive con su hermana y que le procrea seis hijos visitándola los domingos, legaliza la condición de sus hijos para entregar su educación a su hermana, doña Paz de Haro Marrón y Tamariz, quien asume el papel de madrastra de los cinco hermanos Haro-Barraza. Doña Paz admira a su antecesor, Antonio de Haro y Tamariz, entre otras cosas porque viajó al castillo de Trieste a ofrecer el trono de México a Maximiliano.
“Guillermo Haro cursa la secundaria y la preparatoria en el colegio francés que dirigen los Hermanos Maristas y ahí conoce al amigo de toda su vida Hugo Benito Margáin. “Al dúo Margáin-Haro se unen otros: Fernando Benítez, Pepe Iturriaga, Carlos Trejo, Agustín Santa Cruz”.
“A Guillermo le preocupan las diferencias sociales, cuestiona el racismo en México, el maltrato a las mujeres, el desprecio a las mazahuas que arriban en tiempo de secas, entran al servicio de los blancos y se van sin aviso cuando toca sembrar”.
“La tía Paz elige para Guillermo la Libre de Derecho porque “ahí va la gente decente”. Casi simultáneamente, se incorpora como maestro en el Centro de Alfabetización “Antonio Caso” donde acuden “mandaderos, jardineros, ruleteros, lavaplatos y boleros que trabajan por el rumbo”. Haro enseña el sistema solar: La tierra es una naranja y la luna un limón. Ahí preguntan ¿nosotros vivimos fuera o dentro de la naranja?
“Haro fracasa en su incipiente carrera de derecho cuando descubre que no es capaz de ejecutar el embargo de una máquina Singer a una costurera. Abandona la libre de derecho y se inscribe en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM que también abandona. En seguida Haro se inicia como distribuidor de Combate ¡El semanario del obrero! Que sale a la luz el primero de enero de 1941 y que es también distribuido por José Revueltas. Combate es un semanario político, es un periódico sin máscara, sin falsas postura literarias o científicas, sin cobardías que pudieran llevarlo a negarse a sí mismo. Nace para hacer política y no lo oculta. Revueltas (esto lo sabe Haro) ha estado preso en las islas Marías, la primera de la veces cuando era casi un niño por repartir propaganda. Guillermo se convierte en un militante aunque se pregunta si Combate es comprensible para el hombre común.
“En su búsqueda Haro conoce a Luis Enrique Erro, un astrónomo-diputado de izquierda, que lo invita a observar en su telescopio. Él le enseña que un astrónomo debe tener “la paciencia de una madre, la dedicación de un monje y el horario de un búho”. Erro, obsesionado por construir un telescopio moderno en México, <<vende su alma al diablo>>: Apoya la campaña política de Manuel Ávila Camacho a cambio de la construcción del observatorio en Tonantzintla. Además logra el apoyo de la Universidad de Harvard (y con ello el de Harllow Shapley) para el proyecto. El telescopio (una cámara Schmidt de 31 pulgadas al que le agregan un prisma de cuatro grados) es terminado en medio de la segunda guerra mundial. El observatorio es inaugurado el 17 de marzo de 1942 bajo la presencia de don Goyo y la volcana Iztaccíhuatl, de 30 prominentes científicos norteamericanos, de campesinos vestidos de manta, de burócratas de saco, de soldados, de estudiantes y de empresarios.
“Para participar en los trabajos del nuevo observatorio Erro logra convencer que se instalen en Tonantzintla varios técnicos y unos pocos científicos (porque no había). Destaca en esta plantilla Luis Rivera Terrazas y Guillermo Haro con un sueldo de 360 pesos mensuales. Casi de inmediato es enviado a Harvard para su capacitación en el observatorio dirigido por Harlow Shapley, que quedó impactado por su inteligencia.
“Harlow Shapley, que en la universidad de Harvard es más que un Dios, recibe a Haro como becario del observatorio. En ese momento Haro decide estudiar hasta caer rendido y regresar a México a aplicar lo que le enseñen. Y efectivamente el doctor Bok, que trabaja directamente con él, le confía a su esposa que nunca había visto a nadie con esa fuerza de carácter. Haro trabaja 15 días en Cambrige y 15 en el telescopio de la montaña.
“En Harvard Haro trabaja 15 horas diarias y por ende tiene un estado de fatiga permanente. “Mi clásico mal humor ha aumentado considerablemente y lo que es peor (escribe), mi flaca capacidad de pensamiento y coordinación de ideas se encuentra en <<hora cero>>”. Se reúne con Shapley cotidianamente porque pueden hablar de astronomía, filosofía y política.
“Después de un año de trabajar en Harvard Haro presenta su primer trabajo <<Nota sobre el descubrimiento de estrellas rojas>> y entonces es aceptado dentro de la élite de los astrónomos. A decir de Shapley, Guillermo había hecho el importante descubrimiento de que el brillo de las estrellas varía y que esta variación indica su estado evolutivo.
“Diez años después de su regreso a Tonantzintla Haro, ya consagrado como científico, ingresa al Colegio Nacional, la máxima institución cultural del país, a la que pertenecen entre otros Alfonso Reyes, Mariano Azuela, José Vasconcelos, Ignacio Chávez, Diego Rivera, Manuel Sandoval Vallarta y Alfonso Caso. Siendo Haro el único astrónomo.
“El discurso de Don Guillermo Haro se titula <<En el cielo y en la tierra>>. Describe la excepcional ubicación del observatorio de Tonantzintla, en el valle de Cholula:
<<El valle ofrece otro panorama excepcional. Vivimos en una de las regiones agrícolas más antiguas de México. Las siluetas del Popocatépetl, del Iztaccíhuatl, de la Malinche y del Pico de Orizaba, forman nuestros horizontes en el este y en el oeste y nos permiten valorar la transparencia de la atmósfera. Siempre que los volcanes se dibujan con nitidez hay buena noche>>.
<<Por tradición nuestro valle es agrícola, densamente poblado, religioso y pobre. Año con año, al compás de la Vía Láctea, se siembra maíz en las tierras agotadas. Desde nuestra loma vemos al hombre trabajar la tierra sin que resulte beneficiado por elementos importantes de modernidad>>
<<Al examinar el campo en su conjunto no hemos podido advertir, durante los doce años que lleva de vida el observatorio, ningún cambio tangible revelador de una mejor existencia o de una mayor prosperidad. Por el contrario, la progresiva desaparición de árboles acentúa la desnudez del paisaje>>
<<Nuestra observación simultánea del cielo y del campo nos crea un grave conflicto interior. ¿No es acaso Tonantzintla un ejemplo y un símbolo de los contrastes y contradicciones que caracterizan a nuestro país? ¿Qué estamos haciendo para ayudar al progreso de México y de su pueblo? ¿Por qué en lugar de un observatorio astronómico no tenemos una escuela o una granja experimental que permita resolver problemas inmediatos de agricultura y veterinaria? ¿Qué importancia le concedemos a nuestros descubrimientos de estrella novas, de supergigantes azules y rojas, de nebulosas planetarias y de variables asociadas al material interestelar cuando nuestro pueblo es atrasado y pobre? Estas y otras preguntas ahondan nuestra responsabilidad intelectual de mexicanos, forzándonos a meditar sobre la realidad de México>>”
Elena Poniatowska inició su carrera de periodismo el mismo año que don Guillermo Haro ingresa al Colegio Nacional. Ha recibido una gran cantidad de premios en México y el extranjero, así como ocho doctorados Honoris Causa. Su obra ha sido traducida a más de quince idiomas. Poniatowska escribe la biografía de su esposo y padre de sus hijos, de un científico que dedicó su vida a develar algunos misterios del universo y por su gran capacidad se situó en la élite mundial de los astrónomos.
Elena Poniatowska, 2013,
El Universo o nada, Biografía del estrellero Guillermo Haro, México, Seix Barral,
Los Tres Mundos.