A lo largo de estos 13 años de trabajo en el Consejo Puebla de Lectura (CPL) hemos observado los primeros pasos de varios lectores sosteniéndose de contenedores de libros; la credencialización de recién nacidos en nuestra bebeteca; caras de sorpresa de los adultos cuando se dan cuenta que a los bebés les gustan los libros; primeros encuentros entre personas y textos; niños leyendo a los adultos o a otros niños; adultos sumergidos en la lectura de un libro catalogado para niños; risas, lágrimas, disputas, reconciliaciones. Nos han pedido que leamos, en distintas ocasiones y lugares, más de 15 veces un mismo libro; que leamos de cabeza, corriendo, cantando o haciendo gestos; que busquemos en la biblioteca de casi 13 mil títulos, un libro que tiene el título la palabra “señor” o con la portada de un color determinado. Hemos escuchado decir que quieren vivir en la biblioteca o que pasarían días enteros ahí; que quieren que les compren sus propias bibliotecas o que ya saben qué pedirán a los reyes; que aman los libros y que si pudieran se casarían con ellos o que no sabían que eran lectores. Todo esto nos ha motivado a continuar a pesar de múltiples obstáculos.
¿Quiénes somos?
Somos un grupo de gente convencida de que toda persona, de cualquier edad, tiene derecho a vivir experiencias de lectura auténticas. Para lo anterior contamos con una biblioteca pública que ofrece servicio de consulta y préstamo a domicilio gratuito; que brinda actividades como talleres de animación a la lectura y la ciencia, seminarios, congresos, círculos de lectura, ferias, diplomados, sesiones de lectura en voz alta, exposiciones de libros, maratones de lectura, cuentacuentos, entre otras actividades culturales.
No solo nos interesa propiciar actividades para quienes son lectores asiduos, pretendemos llegar a quienes aún no han tenido la suerte de encontrarse con su libro o su historia, o a quienes tuvieron un pésimo encuentro con los libros. Por ello, también participamos en ferias escolares, en actos culturales, salimos a parques o entramos a vecindades u hospitales, buscamos entonces espacios no tradicionales de encuentro con los libros, para cazar a esos lectores en potencia que no saben aún que pueden serlo.
No obstante, reconocemos nuestras limitaciones y sabemos que si queremos llegar a cada vez más gente, es es necesario contagiar y formar a más personas. Por ende, organizamos congresos, seminarios, jornadas, talleres que inviten a otros a sumarse en actividades de fomento a la lectura, a especializarse en temas afines y a multiplicar nuestra labor.
Somos una AC que intenta brindar a otros actividades culturales, libros de calidad, lecturas diversas, convivencias familiares que deberían ser cotidianas en la vida de todo ser humano desde la primera infancia.
¿Por qué una AC enfocada en los libros,
la lectura y los lectores?
La respuesta es simple: porque hay pocos libros, pocas actividades que involucren la lectura y porque los lectores no son reconocidos. ¿Cuántas veces no hemos escuchado la tan famosa frase “México no es un país de lectores”? ¿Y cuántas veces no hemos observado a personas leyendo en el autobús, en un parque, en una sala de espera? Quizás son pocas, pero si comparamos el número de mexicanos con el número de bibliotecas, librerías, actividades que involucren libros, ¿acaso no superamos las expectativas?1 Precisamente hemos observado y comprobado que lo que se necesita para propiciar experiencias lectoras es que las personas tengan acceso a espacios y prácticas que los reconozcan como lectores y que se encuentren con mediadores que les muestren libros y les contagien, a través de distintas estrategias, el gusto por ellos.
Existen diversas organizaciones enfocadas en la salud y el bienestar emocional y físico de niños y adultos, pero acaso, ¿no es igual de importante favorecer experiencias que propicien el diálogo, la escucha, la reflexión, el respeto, la convivencia a través de la palabra escrita?
¿Qué queremos lograr?
Nuestro objetivo no es hacer que las personas aprendan a leer y escribir, sino que las personas se interesen en leer y escribir; no es aleccionar, pues estamos convencidos de que con la lectura se aprende y mucho, pero solo como resultado de un sinnúmero de encuentros con los libros; no queremos ofrecer un solo tipo de libros o lectura, sino ofrecer un gran menú de posibilidades que les permita elegir; no queremos una biblioteca silenciosa, sino una en donde prevalezca el diálogo, las risas, las sugerencias, pero también la escucha; no queremos que solo unos cuantos sean los privilegiados con lecturas; por eso intentamos multiplicar espacios de lectura; no queremos ser unos pocos los que propiciemos y vivamos gratas experiencias con los lectores; por eso invitamos a todos a nuestras actividades y a ser mediadores de lectura.
¿Quiénes apoyan?
La existencia de asociaciones de este tipo se sostiene con colaboración y el compromiso de personas e instituciones que se suman de manera consciente y responsable a las diversas actividades. El servicio social y el convenio con distintas universidades se ha visto reflejado en el apoyo masivo de jóvenes entusiastas que aportan su tiempo y sus ideas para los objetivos del CPL, muchos de ellos se han quedado a laborar de manera definitiva; otros, desde diferentes espacios, se han enganchado en el medio y son colaboradores a distancia o de forma física con actividades específicas de la asociación.
Uno de los socios permanentes del Consejo Puebla de Lectura es el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica, con quien desde 2005 organizamos eventos que promueven el encuentro con la ciencia y la lectura. Muestra de ello es la Feria Internacional de Lectura (Filec) que desde hace siete años, se organiza en Tonantzintla.
En este recorrido, el CPL también se ha encontrado con instituciones diversas: escuelas, universidades, institutos, instancias gubernamentales, medios de comunicación, fundaciones, otras ONG y personas, que de manera individual, han coadyuvado a la labor de esta asociación. También es importante mencionar que la casa donde actualmente el CPL tiene una biblioteca —en el antiguo barrio de El Alto— es un inmueble brindado en comodato por parte del gobierno estatal desde hace 10 años.
Para finalizar
Sin duda, el CPL, poco a poco ha logrado incidir en la sociedad con el apoyo antes mencionado. El camino no ha sido fácil y menos cuando se trata de promover la lectura, si bien los apoyos de personas e instituciones han sido muchos, aún falta que otras instancias se sumen de manera permanente para lograr impactar a más personas y contribuir para lograr que se generen experiencias y encuentros lectores.
Nota
1 De acuerdo con la página de la Dirección General de Bibliotecas de Conaculta, en Puebla hay 34 mil 218 habitantes por cada biblioteca pública.
Más información
www.consejopuebladelectura.org y las redes sociales.