Se acerca una nueva edición de la Noche de las Estrellas (NdE). El próximo 25 de noviembre nos reuniremos en muchos sitios a lo largo y ancho de la geografía mexicana para admirar las maravillas que nos ofrece una observación astronómica. Pero, ¿cuáles serán los objetos celestes que podremos observar a través de los telescopios que estarán a disposición de todos los visitantes?
Como en casi todas las ediciones de la NdE, nuestro satélite natural vuelve a ser el dueño y señor de la noche, al menos de la primera parte. La fase de cuarto creciente ocurrirá el 26 de noviembre; es decir, un día después de la actividad, lo cual nos proporciona condiciones muy favorables para observar la Luna, que estará disponible arriba del horizonte hasta cerca de la medianoche. Accidentes como los mares de la Serenidad, de la Fecundidad, de la Tranquilidad y de la Crisis, así como innumerables cráteres, serán visibles en la superficie de la Luna, incluso a través de telescopios pequeños.
Menos afortunados seremos con la observación de los planetas del Sistema Solar. Si el horizonte poniente de la localidad no está obstruido por algún accidente natural, tendremos la posibilidad de observar al “Señor de los Anillos”, Saturno, durante unos pocos minutos, inmediatamente después de la puesta del Sol. Otros tres planetas, visibles a simple vista, Marte, Júpiter y Venus, se podrán observar muy entrada la madrugada del 26 de noviembre. Sólo dos planetas, Urano (Dios griego del cielo), en la constelación de los Peces y Neptuno (Dios de los Mares), en la constelación de Acuario serán visibles durante la jornada de la Noche de las Estrellas. Sin embargo, se requiere ser un observador experimentado y contar con telescopios más sofisticados para encontrar estos planetas en el cielo. Si estás interesado en obtener sus coordenadas de estos dos planetas para tu localidad, durante la noche del 25 de noviembre, te recomendamos que visites la página del Observatorio Naval de los Estados Unidos (http://aa.usno.navy.mil/data/docs/topocentric.php).
También recomendamos utilizar un simulador del cielo en tiempo real, como por ejemplo Stellarium (www.stellarium.org), ya que es una herramienta muy útil que ayuda a la localización de estos planetas o cualquier otro objeto astronómico.
Un objeto que merece nuestra atención durante las primeras horas de la noche es Albireo (β Cyg), una magnífica estrella doble, con un alto contraste de color entre sus componentes y que, debido a la separación de los mismos, es accesible a todo tipo de telescopios. El contraste de color se debe a la diferencia de temperatura entre las dos estrellas de este sistema binario: la estrella roja tiene una temperatura de unos 4 mil 100 grados y la estrella azul alrededor de 12 mil. Albireo se localiza en el extremo oeste de la constelación del Cisne.
Con telescopios más grandes será posible observar a los llamados objetos de cielo profundo. Estos van desde cúmulos globulares, como M15 y M2, hasta galaxias, como M31 y M33, pasando por un cúmulo abierto doble, h y de Perseo y una región de formación estelar, la famosa Nebulosa de Orión.
Recordemos que las estrellas nacen en nubes moleculares gigantes que tienen la capacidad de formar varios miles de estrellas al mismo tiempo, por esta razón, es muy común que encontremos sistemas estelares múltiples, desde estrellas binarias hasta asociaciones estelares y cúmulos globulares y abiertos. Estos dos últimos son grupos con numerosas estrellas, unidas por la atracción gravitacional, que tienen la misma edad y que se formaron de la misma nube molecular.
Los cúmulos globulares están formados por varios cientos de miles de estrellas, la gran mayoría de las cuales son estrellas rojas gigantes. Tienen estructuras altamente simétricas, de ahí el nombre de cúmulos globulares, y se ubican en el halo o en el bulbo de nuestra galaxia. Por su parte, los cúmulos abiertos están formados sólo por unos pocos cientos de estrellas, mayormente jóvenes, azules y brillantes, tienen formas irregulares y se localizan en los brazos espirales de nuestra galaxia.
M15 es un cúmulo globular de fácil ubicación, incluso con binoculares o telescopios pequeños. Se encuentra a una distancia de 33,600 años luz (AL) en la constelación de Pegaso. Para aperturas (diámetro del telescopio) mayores a 150 mm se comienzan a distinguir estrellas individuales. M15 se localiza en el extremo oeste de la constelación de Pegaso. Si prolongamos una línea recta que pase por las estrellas Biham y Enif, a una distancia que es, aproximadamente, la mitad de la separación angular entre estas estrellas, debemos encontrar el cúmulo M15. Se recomienda comenzar la observación con un ocular de poco aumento (amplio campo de visión) para localizarlo.
M2 es también un cúmulo globular de fácil observación en la constelación de Acuario. Es uno de los mayores cúmulos globulares conocidos. En excelentes condiciones de observación puede ser visible a simple vista. M2 es un cúmulo rico en estrellas, compacto y con una significativa elipticidad. Se localiza cinco grados al Norte de la estrella Sadalsuud (βAqr) y se encuentra a una distancia de 37,500 AL.
Entre los cúmulos abiertos podremos observar el cúmulo doble de Perseo, ubicado en la región norte de la constelación del mismo nombre, muy próximo a la frontera con la constelación de Casiopea. Este cúmulo doble se denomina h y de Perseo o NGC 869 y NGC 884. Se encuentran a 7,600 AL de distancia y están separados entre sí sólo por unos pocos cientos de AL. Son dos cúmulos abiertos muy bonitos y de muy fácil observación con telescopios pequeños. Bajo excelentes condiciones de observación (cielos despejados, poca contaminación lumínica y ausencia de la Luna) se pueden observar a simple vista, como una mancha difusa de luz entre las constelaciones de Perseo y Casiopea, muy cerca de la Vía Láctea.
El espectacular universo de las galaxias estará bien representado por dos espirales, M31, en la constelación de Andrómeda y M33, en la constelación del Triángulo. M31 es una espiral gigante, la más grande y brillante del Grupo Local de galaxias, al cual pertenecen, además, la Vía Láctea y otras 50 galaxias enanas. La también llamada Nebulosa de Andrómeda es el objeto astronómico más lejano visible a simple vista, bajo condiciones de observación ideales. La primera referencia de la existencia de esta galaxia se debe al astrónomo persa Azophi, quien en el año 961 la describe, en su Libro de las Estrellas Fijas, como una pequeña nube en la constelación de Andrómeda.
M33 (o NGC 7662) también pertenece al Grupo Local y se supone que está asociada gravitacionalmente a M31. Es muy grande y difusa por lo que los mejores instrumentos para observarla son unos binoculares o un telescopio con bajos aumentos. La constelación del Triángulo se ubica al sureste de la constelación de Andrómeda y no es rica en estrellas brillantes. Si ya ubicamos M31 en el cielo, la forma más fácil de ubicar M33 es regresar a la estrella Mirach. M33 se encuentra, prácticamente, a la misma distancia de esta estrella que M31, pero en la dirección opuesta.
El final de la noche nos reserva otras dos joyas del cielo, M42, la Gran Nebulosa de Orión y M45, las Pléyades, un cúmulo estelar abierto que contiene estrellas calientes, de mediana edad, en la constelación del Toro. M42 es una nebulosa difusa situada al Sur del Cinturón de Orión. Es una de las nebulosas más brillantes que existen y en buenas condiciones atmosféricas puede ser visible a simple vista. Forma parte de una inmensa nube de gas y polvo llamada Nube de Orión, que es una de las regiones más activas de formación estelar en la vecindad solar. Se ubica al centro de la espada de Orión, tres estrellas situadas al sur del cinturón de Orión, formado, a su vez, por las estrellas Mintaka, Alnilam y Alnitak. A simple vista la nebulosa aparece borrosa, pero con binoculares o telescopios pequeños se observa con bastante nitidez. Contiene un cúmulo abierto que se denomina Cúmulo del Trapecio por el asterismo que forman sus cuatro estrellas principales.
M45 es el cúmulo abierto que mejor se observa a simple vista. Sin ningún instrumento óptico veremos las siete estrellas más brillantes del cúmulo: Atlas, Alcyone, Merope, Electra, Maia, Taygeta y Galeano. Con telescopios de mayor apertura veremos una mayor cantidad de las más de 500 estrellas que forman este magnífico cúmulo. Recomendamos utilizar oculares de poco aumento para que se pueda observar toda la belleza del cúmulo.
Nos vemos el 25 de noviembre para observar algunas de estas maravillas del firmamento.