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Puebla, ¿ciudad para universitarios?

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p-08La ciudad de Puebla se ha convertido en los últimos años en un sitio atractivo para los jóvenes de distintas partes del país que desean estudiar una carrera universitaria; esto derivado, en gran medida, del aumento de las universidades en Puebla que ofrecen una amplia gama de posibilidades para continuar los estudios que se adaptan a todos los bolsillos y, por el otro lado, gracias al crecimiento que la BUAP ha presentado en los últimos 15 años.

Puebla es una ciudad que ha crecido en los últimos años, llena de una variedad de centros comerciales, hoteles, restaurantes y bares, centros de entretenimiento y espectáculos, así como nuevas vialidades y “ciclovías” que pretenden favorecer la movilidad, lo que la hace una ciudad atractiva, especialmente para el sector turístico.

Sin embargo, todo esto se ha enfocado en atraer a dos sectores principalmente: el primero es el sector empresarial, que ha puesto la vista en Puebla para canalizar sus inversiones, y por otro lado está el sector turístico, que hoy en día se ha convertido en la segunda economía sostén de este estado según el último informe del gobernador de Puebla. Esto lleva a preguntarnos: ¿Qué sucede con el sector educativo? ¿La ciudad de Puebla está lista para acoger a los miles de estudiantes que llegan cada año a ella? ¿Hay suficientes espacios de vivienda para este sector? Es decir, ¿la ciudad de Puebla está lista para dar hospedaje y servicios a los universitarios, más allá de espacios en las aulas?

 

Para poner en contexto

 

Más de 155 mil estudiantes de primer año representaron a los foráneos durante el ciclo escolar 2015-2016 en alguno de los estados de la República, de acuerdo con datos de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES).

La ciudad de México, estado de México, Puebla, Nuevo León y Jalisco son los destinos preferidos de los estudiantes, pues acapararon el 65 por ciento de la matrícula foránea; esto significa que uno de cada seis estudiantes de nivel medio superior y superior abandonó su estado de origen.

Para el estado de Puebla, la estadística oficial de la SEP en 2015 mostró que en el ciclo escolar 2008-2009 fue la segunda entidad en concentrar el mayor número de instituciones y escuelas que imparten educación superior, con sólo 30 instituciones menos que las instaladas en la ciudad de México, es decir, existían 248 instituciones de educación superior.

En el ciclo escolar 2013-2014 Puebla tuvo una matrícula de 198 mil 704 alumnos, y según el reporte del mismo año se estimó que entre 20 por ciento y 30 por ciento son de estudiantes foráneos que en su mayoría provienen de los estados de Veracruz, Tlaxcala, Oaxaca, Morelos, Chiapas, Tabasco y Guerrero; es decir, aproximadamente 59 mil 612 alumnos son de fuera; para poder dimensionar esto, podríamos decir que es posible llenar el estadio Cuauhtémoc y el de béisbol Hermanos Serdán con estos estudiantes.

Este número parecería poco significativo comparado con el aproximadamente  un millón 400 mil habitantes que tiene esta ciudad; sin embargo, toma relevancia si pensamos que casi 60 mil personas al día, y en promedio, están en la ciudad demandando 230 días al año de manera simultánea servicios como lavandería, comida preparada, entretenimiento, transporte público, papelería y libros, colegiaturas y rentas para vivienda, entre otros, generando una derrama económica superior a la que pudieran dejar los casi un millón 700 mil turistas repartidos un par de días cada uno en ese mismo periodo. Y si no, amigo lector, saque usted cuentas. Derivado de esto nos preguntamos: ¿No es importante voltear al sector estudiantil para instaurar en la ciudad acciones urbanas que por un lado mejoren las condiciones de los servicios que presta, y por otro incentiven nuevos modelos de vivienda e inversión?

 

La actualidad de un estudiante foráneo en Puebla

 

p-09Si bien es cierto que caminando por la ciudad, en especial cerca de los principales centros educativos de nivel superior, podemos observar letreros que ofrecen renta de cuartos para estudiantes, todo tipo de comida, ofertas en copias o servicio de internet y más, nos surge la duda de saber si estos servicios cumplen con las condiciones que un estudiante que abandona su hogar para estudiar en otra ciudad requiere, o si son equipamientos espontáneos y oportunistas.

En una encuesta que realizamos en 2017 preguntamos a los estudiantes foráneos sobre sus condiciones y sus necesidades de vivienda, obteniendo algunos resultados interesantes. Al ser cuestionados sobre qué servicios requiere la ciudad para complementar su estancia durante su vida universitaria, 42 por ciento manifestó falta de espacios deportivos; 28 por ciento dijo que hacía falta servicios de salud y de comercios varios, y 14 por ciento, servicios relacionados con su educación, como internet, copias o impresiones. Lo que resulta interesante es que 90 por ciento de estos entrevistados manifestó la necesidad de una vivienda universitaria que integre estos servicios.

En este sentido, 66 por ciento de los estudiantes encuestados dijo vivir en viviendas bajo un esquema de renta, pero apenas 1 por ciento vive en residencia de estudiantes como tal, más bien rentan casas solas y comparten, o cuartos en viviendas adaptadas para este fin. Esto conlleva en la mayoría de los casos que este porcentaje de estudiantes vive con algunas carencias con respecto a su vida estudiantil, ya que en algunos casos necesitan compartir la vivienda, y en otros casos sufren restricciones de horarios y visitas; bien podría entenderse en primera instancia que esto obedece a razones de “buena conducta”, pero en muchos casos los horarios y visitas restringidas afectan las actividades propias de tareas e investigaciones, sobre todo en equipo.

Cuando se les cuestionó sobre si su vivienda, pensada como vivienda estudiantil, era adecuada, inadecuada o regular, 84 por ciento manifestó que es regular, y 16 por ciento, inadecuada; es decir, ningún entrevistado manifestó tener una vivienda adecuada. Y finalmente, cuando se les cuestionó si la ciudad de Puebla tiene los servicios y equipamientos que necesitan, 43 por ciento manifestó que sí, y el resto que no sabía o que no, con un 29 y 28 por ciento, respectivamente.

Con respecto a la movilidad, estos estudiantes realizan la mayor parte de sus actividades en lugares que están entre 10 y 15 minutos desde y hacia su vivienda, es decir, no salen de su radio inmediato, y la mayor parte de ellos solo lo hacen para buscar servicios especializados como material para su escuela, equipamientos deportivos y de entretenimiento; sus tiempos de transportación van de los 30 a los 60 minutos, y la mayor parte del tiempo se transportan en colectivo público.

De acuerdo a lo anterior, podemos decir que si bien Puebla cuenta con los servicios, éstos no están diseñados para los estudiantes, sino más bien aparecen como una consecuencia de la llegada de estos, y los que existen son incompletos, desordenados o no enfocados específicamente en los estudiantes, sobre todo en la vivienda, que a decir de los encuestados es el equipamiento más requerido a pesar de tratarse de una ciudad llena de universidades y universitarios.

Revisando el Programa de Desarrollo Urbano vigente en Puebla tampoco se considera ningún tipo de uso de vivienda estudiantil, y por otro lado las inversiones de los equipamientos están destinados básicamente al sector turístico.

De acuerdo a lo anterior, como una primera conclusión podríamos decir que Puebla es una ciudad con universitarios, sin duda, pero no es una ciudad para universitarios, por paradójico que parezca.

 

¿Qué hacer ante esto?

 

Como ya lo hemos mencionado, los esfuerzos en los últimos años se enfocan en mayor medida en el sector turístico, y gran parte de las inversiones se han realizado en el Centro Histórico de Puebla, que es donde se concentra gran parte de la riqueza cultural y arquitectónica de nuestro municipio y estado.

Estas inversiones, tanto de particulares como privadas, se han concentrado en centros comerciales, en hoteles que en su mayoría son de lujo y para clientes exclusivos, y en mejoras de la imagen urbana. Sin embargo, en el Centro Histórico también existen ciertos procesos que son evidentes, como el de abandono de viejas casonas coloniales, y que al menos en teoría se han intentado combatir como parte de una política sin tener el éxito esperado.

Una gran parte de las universidades en Puebla, sobre todo las públicas o de bajo costo, están en el centro de la ciudad, y ahí se concentra gran número de estudiantes foráneos, por lo cual aquí podríamos tener un área de oportunidad interesante y conveniente tanto para el sector estudiantil foráneo sobre todo, como al público e inmobiliario privado, es decir, inversionistas. Y esto es una propuesta interesante: los inversionistas pueden voltear a ver a este sector que, como ya señalamos, gastan no solo en un par de noches, sino todos los días.

¿Por qué no aprovechar estas viviendas en abandono, restaurarlas y habilitarlas como vivienda exclusiva para estudiantes, que por un lado ofrezcan los servicios de vivienda aptos para el momento de vida en el que se encuentran, y por otro lado se complementen con las estructuras de servicio y comercio que ya el Centro Histórico de Puebla ofrece? Esto traería como beneficio la diversificación de la ocupación del centro, es decir, no solo ser un espacio turístico y comercial, sino que habría oportunidades para la vivienda y quienes ahí habitan. A su vez, aumentaría el flujo económico al sumarlo al ya existente en la zona, y en lo público Puebla ofrecería equipamientos consistentes para los universitarios que llegan en búsqueda de una educación de altura. Si Puebla ya es una ciudad turística, industrial y de negocios, por qué no, que también sea una ciudad para universitarios.

 

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