El foro Retos de la Educación Pública Superior organizado por el Instituto de Ciencias (ICUAP), el Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades “Alfonso Vélez Pliego” (ICSYH), el Instituto de Física, la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas (FCFM) y el Centro de Estudios del Desarrollo y Social (CEDES), se ha reprogramado y ha tomado el formato de seminario virtual luego de la declaratoria de emergencia sanitaria por la pandemia de Covid-19.
Este espacio de reflexión ahora en línea, en torno a los desafíos que enfrentan las universidades públicas del país en el contexto de los cambios que se viven en México tendrá una duración de nueve semanas en la plataforma digital de la universidad.
El seminario mantiene sus propósitos de analizar, debatir y reflexionar sobre temas como la autonomía universitaria en el nuevo modelo de Educación Superior; docencia e investigación en la coyuntura actual; hacia una investigación conjunta SEP, Conacyt y universidades públicas
Asimismo, la transición intergeneracional y renovación de la planta académica en la universidad; la vinculación con la Educación Media Superior; universidad y ciudadanía; y la responsabilidad social y cultural de las universidades públicas.
En entrevista con Saberes y Ciencias, Francisco Vélez Pliego, director del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades de la BUAP, precisó algunas de las dificultades que enfrentan las universidades de carácter público y la necesidad de que el Estado mexicano defina políticas públicas en educación superior en un modelo y proyecto de desarrollo del país que permitan una estrategia sólida en la visión, contenidos y en el ámbito financiero.
Vinculación de investigación y formación de posgrados
La investigación que se desarrolla en México es realizada en distintas dependencias e instituciones públicas y privadas que se caracterizan por una amplia diversidad de financiamiento, de funcionamiento y visión de los temas prioritarios a investigar. De allí que no existe una visión unitaria entre las instituciones encargadas de fomentar esta actividad, como lo son la Secretaría de Educación Pública (SEP), el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), sus símiles locales.
Mientras en las universidades públicas desarrollan actividades para los niveles de educación media superior, licenciatura y posgrados, en otras se forman perfiles de especialización, lo que sitúa a las instituciones en desigualdad de condiciones y por tanto de visiones respecto al desarrollo de ciencia, tecnología y las humanidades, destacó el investigador en el área de las Ciencias Sociales y las Humanidades.
“Esto supone muchas cosas, en primer lugar quién define los temas prioritarios a investigar, que en buena medida están definidos por intereses que son ajenos incluso a las realidades nacionales, y más vinculadas a intereses de procesos de gestión de saberes y conocimientos para grandes corporaciones, investigaciones básicas y de conocimientos de frontera; muy alejados de las realidades socioculturales, socioeconómicas, sociopolíticas e incluso de las necesidades de desarrollo de infraestructuras tecnológicas propias en función de las condiciones particulares del país”.
Las universidades públicas en el desarrollo de México
Un segundo gran tema, continuó el también sociólogo, es lo relacionado con la promoción de Conacyt respecto a la participación de las Instituciones de Educación Superior en los programas nacionales estratégicos.
“Me refiero a que requerimos de diseñar —y volvemos a las institucionalidades realmente existentes— mecanismos ágiles de colaboración interinstitucional que permitan abordar el debate fundamental y que está planteado con la conceptualización de origen del modelo, que se refiere a las experiencias de investigación de frontera alrededor de tres grandes debates: la interdisciplinariedad, la multidisciplinariedad y la transdisciplinariedad; no son lo mismo, pero tampoco se resuelve administrativamente el que estas posibilidades diversas de colaboración entre disciplinas, entre saberes, desde el punto de vista epistemológico y metodológico, se pueden resolver simplemente por voluntad. Hay que construir las condiciones, los ambientes académicos, las infraestructuras, y lo financiero, para que alguno de estos modelos de colaboración efectivamente den los resultados los deseados.
“Son procesos que están ahí, así como tenemos definiciones relacionadas con formas de trabajo vistas desde las experiencias y las culturas científicas emanadas de cierto ámbito y, básicamente relacionadas con cierto grupo, con las relacionadas con ciencias naturales y exactas, y las humanidades.
“Pasa también por lo que plantean las metas del milenio: erradicar la pobreza y combatir las desigualdades, discutir los aspectos que están vinculados con la problemática del medio ambiente, a redefinir las relaciones como sociedad, como seres humanos con la naturaleza, en términos de modelos de producción y de consumo que nos permitan efectivamente preservar la diversidad, los efectos nocivos en todos los órdenes relacionados con el deterioro acelerado de las condiciones de habitabilidad del planeta y al mismo tiempo requerimos discutir a profundidad las formas en las que nos hemos organizado y dotado de instrumentos de gobierno que a todas luces están totalmente superadas. Colocar en el centro de atención los modelos de gestión y de gobierno que hasta ahora han prevalecido porque suponen enfrentar la necesidad de rediseñar los estados nacionales que son los que están en el centro de estas crisis, una visión de plurinacionalidad, diversidad étnica, cultural, religiosa”.
El relevo generacional de la planta académica
y aumento de la matrícula de las universidades públicas
Para Vélez Pliego, hay temas que generan grandes cuellos de botella para concretar propuestas de desarrollo de las Instituciones de Educación Superior de carácter público, resultado del modelo neoliberal de la educación —gerencial y patriarcal— de cómo hoy las universidades se administran. Un ejemplo es cómo responder al reto y presión de la ampliación de la matrícula, aceptando que esa es una necesidad del desarrollo del país.
“El modelo neoliberal se concentró en el crecimiento de las universidades privadas, políticas que limitaron el de las universidades públicas como el primer espacio de ampliación de la matrícula para atender la demanda universitaria. Eso significó que cientos de miles tuvieran que resolver su demanda de educación en instituciones privadas de distinta calidad.
“La composición demográfica del país hace que esta demanda de ampliación de la matrícula permanezca en el tiempo. Hasta los próximos cinco años empezará a disminuir paulatinamente —según los escenarios demográficos que tenemos— esto significa discutir de qué manera la universidad aumenta sus capacidades para atender esa demanda creciente: en infraestructura, en condiciones adecuadas de docencia e investigación, y mejores condiciones de la planta docente.
“Las universidades de carácter público tienen una planta docente producto de las políticas de desarrollo y de crecimiento emanadas de los conflictos universitarios de las décadas de los 70 y 80; es decir, la mayoría de los docentes e investigadores universitarios consolidados que pertenecen al Sistema Nacional de Investigadores, con certificaciones de calidad docente, son profesores que ingresaron a la universidad en esas épocas, y hoy nos enfrentamos al relevo generacional.
“Esto no quiere decir que quienes han emanado de universidades públicas y privadas con posgrado (maestría y doctorado) no estén en capacidad de sustituirlos, el problema es que no lo pueden hacer porque el modelo neoliberal instrumentado en las relaciones laborales, en el tema de jubilaciones y pensiones, lo que ha hecho es condicionar el incremento de las plazas académicas en las instituciones de carácter público a la autorización de Hacienda; es decir, a los recursos financieros existentes y no a las necesidades académicas. La discusión de las pensiones y jubilaciones es un gran pendiente, es lo que tiene a nueve instituciones en la quiebra financiera, más allá de si rectores y directores de instituciones han actuado adecuadamente frente a esa problemática, lo cierto es que es algo que hay que discutir, porque nos afecta a todos.
“De lo contrario lo que veremos será el regreso al viejo modelo napoleónico de la universidad, a la disminución sustancial de profesores de carrera, de las plantas académicas públicas, la proliferación de las plazas horas clase, el detrimento de las condiciones salariales y de la relaciones laborales entre estas plantas académicas y estas IES de carácter público.
“Esta misma visión del tema de jubilaciones y pensiones ha conllevado la precarización de la relación laboral entre los docentes, profesores investigadores y las universidades públicas. Los gobiernos pasados hicieron, como con la mayoría de la población, controlar el incremento del salario base, que ya lo ha dicho el subsecretario, el componente de estímulos y recompensas para los universitarios son mayores que el salario base y la contribución de las distintas modalidades de jubilación y pensión en las universidades de carácter público resultan irrisorios”.