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El mundo post-Covid-19, ¿hacia una nueva organización de la industria?

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En las líneas siguientes reflexionamos sobre las consecuencias del confinamiento extraordinario provocado por la emergencia sanitaria desde dos aristas: las perspectivas de crecimiento para la economía mundial y un grupo de cambios de orden mayor en la organización de la industria mundial que al parecer se están acelerando con la pandemia.

Con respecto al primer ítem, el impacto abrupto y generalizado de la pandemia asociada a la Covid-19 y las medidas de paralización temporal de las actividades que se adoptaron en el mundo para contenerla, han ocasionado una dramática contracción de la economía mundial, la cual reducirá en 2020 sus niveles de actividad entre 4.9 por ciento (IMF, 2020) y 5.2 por ciento (WB, 2020). La recesión se ha catalogado como la peor y más profunda desde la Gran Depresión de la década de los treinta del siglo XX cuando el PIB mundial se contrajo en más de 20 por ciento (OCDE, 2020), y la primera vez desde 1870 en que tantas economías experimentarían una disminución del producto por habitante (WB, 2020).

En términos generales se espera que las medidas extraordinarias se levanten durante el segundo semestre de 2020 y ello impulsaría la recuperación en forma de “V” con lo que el producto mundial en 2021 crecería a una tasa de entre 4.2 y 5.8 por ciento. No obstante, considerando que los países que han levantado el confinamiento se han enfrentado de inmediato a un rebrote, ello sugiere que la perspectiva “optimista” de expansión para 2021 puede verse interrumpida. Ante tal escenario, la OECD (2020) incorporó en sus proyecciones la posibilidad del “doble impacto” (con rebrote), que haría caer el PIB mundial en 2020 a una tasa de 7.6 por ciento y una recuperación de 2.8 por ciento en 2021. Así mismo, la tasa de desempleo sería de 10 por ciento en ambos años, lo cual advierte de paso que la recuperación del empleo perdido será muy lenta.

Con relación al segundo ítem, el confinamiento puede tener un efecto de orden mayor, pues puede fungir como partera de nuevas tendencias en la organización de la industria mundial, que se venían gestando de tiempo atrás. Efectivamente, tras la crisis financiera mundial del 2008 los flujos mundiales de IED dejaron de crecer, junto con un lento crecimiento del comercio y una desaceleración de las cadenas globales de valor (CGV)1. Entre las causas que explican la lenta expansión de tales indicadores destacan (UNCTAD, 2020):

  1. Las operaciones en el extranjero de las empresas multinacionales (EMN) se volvieron cada vez menos dependientes de la IED. Ello en parte obedece a la consolidación de las formas no accionariales de la producción internacional (v.gr., manufactura por contrato, subcontratación de servicios, licencias y franquicias), como mecanismo de gobernanza en las CGV, que permite a las EMN controlar o coordinar la producción global, sin invertir en activos físicos.
  2. La emergencia de tecnologías digitales que favorecen formas de producción internacional de activos ligeros. Al respecto, las EMN tecnológicas se hicieron cada vez más importantes y no requieren montos de inversión física, en virtud de que pueden llegar a los mercados de todo el mundo a través de canales digitales, en contraste, la IED en manufactura disminuyó.

iii. Las políticas proteccionistas son factores que han elevado la incertidumbre en los agentes de la inversión. Se debe recordar que la IED se ha deteriorado a paso acelerado desde 2018 cuando cayó 13 por ciento como resultado de las repatriaciones de las ganancias extranjeras de las EMN americanas, luego de las reformas fiscales en aquel país de 2017 (UNCTAD, 2019). Por otro lado, en un contexto del predominio de las CGV, los aranceles bilaterales Estados Unidos-China han impactado no solo a los países involucrados, sino que están generando efectos indirectos en terceros países que participan de la producción global (IMF, 2019).

Los fenómenos descritos son una resultante del creciente nacionalismo económico y de la revolución industrial 4.0 (RI4.0), y al parecer se están acelerando con la pandemia (UNCTAD, 2020). El nacionalismo económico y la RI4.0 tiene como actores clave a Estados Unidos (EU) y China y ello es significativo para México, pues se trata de nuestros principales socios comerciales:

  1. Los próximos años atestiguarán un endurecimiento en las tensiones EU-China, cuya causa fundamental es la disputa por la hegemonía tecnológica (Rosales, 2020). El escenario principal en el que se enfrentan las potencias y sus empresas es el de las “tecnologías disruptivas” de la RI4.0, v.gr., inteligencia artificial, internet de las cosas, big data, robótica, computación cuántica, e-cloud, block-chain, nanotecnologías, vehículos autónomos, energías renovables, etcétera.
  2. El T-MEC que entró en vigor el 1 de julio de 2020, busca elevar la competitividad de las exportaciones manufactureras americanas, a través de consolidar una cadena de valor regional que cierre la puerta a Asia y particularmente a China (Ortiz y Peralta, 2019). Nuevas reglas de origen, nuevos criterios de contenido laboral, compras de acero y aluminio, una nueva reforma laboral, buscan la integración regional y elevar los salarios en México, en las CGV que se construyeron en el TLCAN: electrónica, eléctricos y autopartes-automotriz. A ello se debe agregar que el acelerado avance tecnológico (robótica y reducción de los costos de los robots) de la industria automotriz (CEPAL, 2017), también contribuye a erosionar la principal ventaja competitiva del segmento que opera en México: los bajos costos salariales.

En suma, la Covid-19 trastocó al mundo, en materia económica la recuperación será más lenta de lo esperado. La pandemia reveló el fracaso del neoliberalismo en materia de desarrollo económico, particularmente en infraestructura social. Finalmente, parece que está impulsando junto con el proteccionismo y la RI4.0, una nueva organización de la industria mundial, dirigida a cadenas de alcance regional. Dado lo limitado del espacio, por el momento dejamos planteada una pregunta de enorme relevancia: ¿Qué papel desempeñará México en dichos procesos?

* Blog académico: https://economiamexicanaennumeros.blogspot.com/

 

 

 

1 Entre 2010-2019: la IED creció a una tasa media anual de 0.8 por ciento, en los noventa creció al 15.3 por ciento y en la década de 2000 lo hizo al 8 por ciento; el comercio de bienes y servicios creció en 2.7 por ciento, lo que representó una tercera parte del crecimiento observado en la década de 2000; la participación relativa del valor agregado extranjero en las exportaciones pasó de 30.48 por ciento en 2008 a 28.26 por ciento.

 

Referencias

 

CEPAL. 2017. La Inversión Extranjera Directa en América Latina y el Caribe. CEPAL, Santiago, pp. 93-200.

 

IMF. 2020. Worls economic outlook update. IMF, Washington, DC, June.

 

IMF. 2019. World Economic Outlook. Growth Slowdown, Precarious Recovery. IMF, Washington, DC, April, pp. 103-130.

 

OECD. 2020. OECD economic Outlook, volume 2020 issue 1: preliminary version. OECD.

 

Ortiz Velásquez, Samuel y Edgar Peralta Vilchis. 2019. “Perspectivas de la industria mexicana ante la renegociación del TLCAN y China”. Economía Informa 415 (marzo-abril), pp. 29-40.

 

Rosales, Osvaldo. 2020. El sueño chino. Cómo se ve China a sí misma y cómo nos equivocamos los occidentales al interpretarla. Siglo XXI editores y CEPAL, Argentina.

 

UNCTAD. 2020. World Investment Report 2020. International production beyond pandemic. United Nations Publications, New York, June 16.

 

UNCTAD. 2019. World Investment Report 2019. Special Economic Zones. United Nations Publications, New York.

  1. 2020. Global Economic Prospects, June 2020. Wold Bank Group, Washington, DC.

 

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