Así se titula el capítulo V del libro «De la Tierra a la Luna» del genial Julio Verne. La cuarentena me ha dado un poco de chance de releer algunos de los libros del padre de la ciencia ficción, según algunos. Me puse a leerlos en orden cronológico, empezando por “Cinco semanas en globo”, con en cuál podríamos aprender mucho de la geografía de África, seguida por “Viaje al centro de la Tierra”, que nos enseñaría mineralogía, geofísica y más, ¡entrando por Islandia y saliendo por Italia!
El tercer libro, en orden cronológico, escrito en 1865, es el mencionado “De la Tierra a la Luna” cuyo capítulo V cierra diciendo «Tal era el estado de los conocimientos adquiridos sobre el satélite de la Tierra, que el gun club se propuso completar bajo todos los puntos de vista, tanto cosmográficos y geológicos como políticos y morales». El gun club era, desde luego, la agrupación que se encargaría de lanzar el proyectil a la Luna. Y desafortunadamente, en este texto no haremos un resumen de todos los conocimientos actuales sobre la Luna, pero sí debemos ocuparnos de algunos eventos astronómicos de octubre relacionados con la Luna, ya que involucram mitos, creencias, colores que se difunden cada vez más.
Empecemos con la canción, preciosa por cierto, que dice que “De las lunas, la de octubre es más hermosa”, y aunque la siguiente frase nos da la razón de su hemosura, “Porque en ella se refleja la quietud”, frecuentemente nos preguntan qué tiene de especial la luna de octubre.
Resulta que a algunos les parece más grande, otros la ven más brillante, algunos más dicen que pueden ver más detalles, sin embargo, nada de eso sucede. Ya hemos tenido oportunidad de platicar sobre el fenómeno de la superluna, en el cual la Luna es aparentemente más grande y más brillante, pero sólo debido a su cercanía con la Tierra (http://saberesyciencias.com.mx/2014/09/04/superluna-la-ultima-del-ano/).
La Luna se mueve alrededor de la Tierra en una órbita elíptica, de tal manera que algunas veces la Luna está más cerca de la Tierra que en otras. El punto en el que la Luna está más cerca de la Tierra, se llama perigeo y el más lejano, apogeo. Cuando tenemos Luna llena cerca del perigeo, se le ha llamado Superluna. En estas ocasiones la Luna parece entre 6 y 7 por ciento más grande que una Luna llena promedio y es aproximadamente 30 por ciento más brillante que una Luna llena en el apogeo. Debo aclarar que el término “Superluna” no es astronómico y, aunque suena como buen pretexto para que el público observe el cielo, puede ser contraproducente, ya que puede generar falsas expectativas, mejor llamémosla simplemente Luna en el perigeo.
Regresando a octubre, pues no tendremos Superluna, así que no será ni aparantemenet más grande, ni más brillante que las lunas llenas promedio, pero un dato interesante es que el 16 de octubre la Luna se localizará a una de las distancias más cortas de todo el año, pero coincide con la fase de Luna Nueva, ¡cuando no podemos verla!
Lo más cercano que he encontrado a una respuesta, o a una justificación de esta creencia, es que probablemente se trate de otro efecto, luego de tener una larga temprada de lluvia (y ahora de pandemia) durante meses no hemos podido observar la Luna, cuando en octubre, casi termimando la temporada de lluvia, podemos verla, pues nos parece más hermosa.
Y para no acabar el texto de manera negativa, tendremos el “consuelo” de que habrá dos lunas llenas en octubre, el primero y el último día del mes. Y en estos caso aparece también otro nombre no astrómico. A la segunda luna llena que ocurre en un mismo mes se le ha llamado “Luna Azul”, y desde luego no por el color, ya que sólo hay un par de registros históricos que mencionan que la Luna se vio azul.
Estos eventos están relacionados con la erupción de un volcán, como la explosión del Krakatoa, en 1983, o la erupción de El Chichón, en nuestro país, en 1980, o un incendio, como el de Alberta, Canadá, en 1953. En erupciones o incendios se producen partículas de una micra de diámetro, que dispersan principalmente la luz roja y dejan pasar la luz azul, funcionando como un filtro en este color.
Aunque no se vea azul, ni sea la más grande o la más brillante, es una buena oportunidad para asomarse fuera de casa y apreciar los detalles de nuestro satélite natural.