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Errante solitario, retratista temerario

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Segundo lugar concurso de mini ensayo: El Telescopio Espacial Hubble: 30 años develando el Universo Para celebrar los primeros 100 números del suplemento de divulgación científica Saberes y Ciencias y el 30 aniversario del Telescopio Espacial Hubble.

Cuenta una historia reciente que a través de los ojos de un vagabundo, un numeroso grupo de pequeños seres ha sido capaz de vislumbrar los pilares de la creación; un espectáculo digno de representar a la serie Cosmos, pero que además es capaz de permanecer en la memoria, como una reflexión que retumba desde la corteza prefrontal hasta el hipocampo y provoca integrar cada recuerdo en la construcción de una nueva percepción individual sobre el universo.

En efecto, aquel errante es el telescopio espacial Hubble, una construcción que orbita solitariamente desde 1990 más allá de la atmósfera terrestre. Claro, recibió algunas visitas de amables y valientes contribuyentes que se atrevían a subir 593 kilómetros solo para arreglar sus partes estropeadas, pero de eso ya han pasado más de diez años. ¿Por qué dejó de recibir visitas? Porque al momento cuenta con mejoras suficientes, mismas que le han permitido captar las imágenes más impresionantes durante esta década; además su sucesor científico, el telescopio espacial James Webb, está a punto de acompañarlo en su misión como retratista. Por ello, parece un buen momento para rememorar el impacto que un vagabundo llamado Hubble ha tenido en la cultura y la construcción del conocimiento científico.

Vamos a comenzar por el origen del universo, intrigante pero difícil de descifrar, con dudas respecto a cómo y hace cuánto tiempo sucedió la causa inicial del todo. En 1995, el telescopio fue capaz de construir un campo profundo con más de 342 tomas diferentes de una región de la Osa Mayor, la cual permitió observar galaxias con diferente intensidad lumínica que denota su distancia con respecto a nosotros, la débil luz de un objeto lejano ha tardado más tiempo en llegar hasta acá, lo que indica su antigüedad. Esta foto compuesta ha sido el referente de nuevas hipótesis, propuestas y teorías sobre el estudio del inicio del universo, que se reafirmaron y modificaron entre 2003 y 2004 con la composición del Campo Ultra Profundo del Hubble, la imagen más profunda del universo hasta la fecha, la cual muestra que la luz más lejana fue emitida de objetos hace aproximadamente 13 mil millones de años.

En el ámbito científico esas imágenes fueron muy importantes, incluso en la cultura popular ha tenido repercusión en la forma en que series como Futurama abordan la expansión del universo, así como su posible final. Pero el Hubble ha sido partícipe de cientos de descubrimientos más, muchos de los cuales derivan de las capturas fotográficas de agujeros negros, los cuales siempre han despertado interés y hasta temor, pues no hay que negarlo, películas y series animadas han hecho ver que el crecimiento de un hoyo negro podría acabar con toda la existencia, que si se sigue alimentando podría crecer de forma infinita y nos llevarían a otras dimensiones.

Hasta la fecha no sabemos si en verdad ocurriría un almuerzo masivo y descontrolado por parte de un hoyo negro o si nos llevaría a explorar otros mundos, pero sí hay datos de ellos que han sido aportados por nuestro ojo en el espacio: están en todas partes y pueden ser tan grandes como millones de estrellas juntas, además de que su masa depende del tamaño de la galaxia donde se encuentra, entre mayor es la galaxia, mayor será la masa del agujero. Lo más sobresaliente es que los agujeros negros hasta podrían modular el nacimiento de estrellas, ya que emiten chorros conforme entra materia espacial en ellos. Así es, el material expulsado puede dar origen a cuerpos celestes, lo que viene a modificar la fama de destructores de estas regiones masivas con campos gravitatorios inimaginables.

En este punto es evidente la agudeza visual que Hubble tiene al observar galaxias tan lejanas que emiten su luz desde un tiempo muy antiguo, hemos visto cómo los descubrimientos de los agujeros negros podrían cambiar hasta la forma en que se escribe el libreto de un episodio en una serie infantil o adolescente. ¿Qué más podría contarnos este errante que ha cumplido 30 años al servicio de la humanidad? Pues seguramente muchas personas hemos observado una enigmática imagen titulada Los pilares de la creación, misma a la que le dedicamos una analogía como el pilar de la creación de este ensayo. Se trata de tres columnas de gas rodeadas por la luz ultravioleta que emiten las estrellas cercanas, una imagen que en 1995 causó revuelo por su belleza y que en 2015 sería captada de nuevo con el telescopio apuntando hacia la nebulosa Águila. Su nombre no es exagerado, de verdad muchas estrellas pueden tener su creación ahí, del material llevado por los vientos estelares que proviene de estrellas blancas y azules emisoras de una intensa radiación ultravioleta.

Cierto, las imágenes captadas a lo largo de 30 años son impresionantes, seguro son la inspiración de muchos infantes que en un futuro se encargarán de los estudios astronómicos, son una fuente de conversación para entusiastas del espacio e incluso podrían ofrecer nuevas ideas a las obras de ciencia ficción. Sin embargo, no olvidemos que esta trayectoria llena de triunfos también estuvo repleta de grandes fallas. No podemos omitir que su lanzamiento, planeado para 1983, se retrasó hasta 1990 y que el presupuesto de un telescopio que se lanzaría fuera de la atmósfera se disparó estratosféricamente.

Parecía un despilfarro de dinero, aderezado por las imágenes borrosas que transmitió durante sus primeros años debido a problemas con su diseño. La situación se mantuvo tensa, ¿fue buena idea invertir en este proyecto? ¡Eran presupuestos gubernamentales! Nadie podía quedarse con esa pregunta, era necesaria una misión para arreglarlo, misma que se cumplió en 1993, a tiempo para capturar las imágenes de la colisión de un cometa con Júpiter, un evento que hizo ver a la gente que la perseverancia puede darnos buenas recompensas.

Quizá creamos que este tipo de anécdotas sobran, que manchan la historia de un proyecto que tanto nos ha ofrecido, pero es una recapitulación necesaria. El telescopio espacial James Webb ha sufrido más de una década de retrasos, cuya inversión representa cada vez más gastos, pero con una certeza de las funciones innovadoras que ha brindado la experiencia con el telescopio Hubble. Parece que su sucesor podrá brindarnos más ideas sobre el origen del universo y las teorías de la física tan aclamadas por geeks, como la teoría de cuerdas; quién sabe, tal vez permita la unificación de la física cuántica con la relatividad.

Parece acercarse una nueva era prometedora para el estudio del espacio, con un proyecto posible gracias a los fructíferos resultados que el Hubble nos otorgó. Finalmente, el conocimiento que la humanidad ha adquirido a través de los hallazgos del telescopio espacial Hubble, nos permitió reconocernos como un punto dentro del universo, el mejor ejemplo de la materialización del ensueño humano. Sólo resta agradecer por todo a este proyecto y pedir perdón por tan poco.

 

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