Necesidad de que Banxico compre deuda pública en forma directa al gobierno para aumentar la inversión y encarar la crisis y la pandemia

El Banco de México (Banxico) debe actuar como muchos otros bancos centrales, de comprar deuda directa emitida por el gobierno a baja tasa de interés para que éste pueda gastar para contrarrestar la caída de exportaciones y del consumo e inversión privada, como para generar empleo, apoyar a las empresas, para evitar su cierre y quiebre, y sobre todo para apoyar a los hospitales y a las familias que viven al día para que hagan confinamiento y se cuiden de la pandemia.

No importa que aumente el déficit fiscal y el monto de la deuda, si dicho gasto público contribuye a frenar la pandemia, impulsa el crecimiento económico, la generación de empleo y mejora los niveles de ingreso e inversión del sector privado, lo que se traduciría en mayor recaudación tributaria. Ello reduciría el déficit fiscal y el monto de la deuda pública, impulsores del crecimiento económico, por lo que los mercados financieros no actuarían contra el gobierno. De proseguir el gobierno con los recortes presupuestales, continuará el quiebre de empresas, como el mayor desempleo, sí como los menores niveles de ingreso nacional y de recaudación tributaria, por lo que seguiría creciendo el monto de la deuda.

La política de austeridad está llevando al absurdo, donde el gasto del gobierno en pensiones superó en 62 por ciento al que se destinó a inversión física, entre enero y noviembre. Ello atenta sobre la capacidad productiva, lo que reduce no solo el crecimiento actual, sino el crecimiento futuro de la economía, lo que nos condena al atraso.

Al no incrementar el gasto el gobierno, hace que continúe el desempleo y la economía informal, y haya cada vez menor número de trabajadores cotizando al sistema de ahorro para el retiro, por lo que seguirán las presiones sobre el presupuesto de pensiones y sobre las finanzas públicas. Cabe señalar que a fines de 2018 el Grupo Parlamentario del PT en la Cámara de Diputados presentó una Iniciativa de Ley tendiente a encarar los problemas de pensiones, donde además de priorizar la generación de empleo formal para aumentar el número de cotizantes y beneficiarios del sistema de pensiones, propone poner un tope de 15 salarios mínimos a los fondos de pensiones generalizado. Eso beneficiaría las finanzas de Pemex, de la CFE, como de otros organismos descentralizados y del propio gobierno, pero el partido mayoritario frenó dicha iniciativa.

Al proseguir el gobierno con el equilibrio fiscal continuará con las restricciones a la inversión pública, con la consecuente desatención de los propósitos nacionales de crecimiento económico y empleo formal.

Se deben dejar de lado las auto restricciones impuestas de que el banco central no compre deuda directa del gobierno. Enfrentamos una severa crisis que está destruyendo la capacidad productiva e incrementando el desempleo y reduciendo el nivel de vida de las grandes mayorías, por lo que las autoridades monetarias y hacendarias deben dejar de lado los preceptos neoliberales y responder a las exigencias que demanda la actual problemática.

Lo importante es que al comprar el banco central deuda directa del gobierno a baja tasa de interés, está contribuyendo a que el gobierno combata la pandemia y cumpla con sus obligaciones de repuntar la actividad económica para salir de la crisis, y no siga con los recortes presupuestales que atentan sobre la capacidad productiva y la generación de empleo. Ello no comprometería el objetivo del banco central de bajar la inflación, sino al contrario, lo alcanzaría en condiciones de crecimiento económico, que es lo que debe hacer y no seguir sacrificando los objetivos de crecimiento y empleo, como ha venido aconteciendo desde fines de los años ochenta.

Banxico, al no comprar deuda directa del gobierno a baja tasa de interés, ocasiona que continúen las políticas de austeridad fiscal, que impiden que el gobierno responda a los reclamos del sector productivo y de los trabajadores y desempleados.

Alejando Werner, del FMI, a diferencia de las posturas del gobernador de Banxico y del Secretario de la SHCP, señaló que “México no aprovechó el espacio fiscal que sí tenía en el acceso al mercado mundial a tasas bajas” y que “México pudo haber manejado mejor las políticas públicas en 2020 para enfrentar esta pandemia y creemos que se pudo hacer más en la parte fiscal y monetaria”. Varios hemos estado recomendando eso y no hemos sido escuchados. Los errores de los tomadores de decisiones en Banxico y en la SHCP le están costando mucho al país.

Los problemas de pandemia y de fuerte contracción económica y alto desempleo y pobreza, como consecuencia de las políticas predominantes, deben llevar a los tomadores de decisiones a cambiarlas, si no quieren pasar a la historia como los causantes de la profundización de la crisis, por no haber rectificado el rumbo.

 

Los neoliberales de Banxico y la SHCP nos llevan a una profunda y prolongada crisis

 

El gobernador de Banxico, en su participación en el seminario anual de Perspectivas Económicas convocado por el ITAM los primeros días de enero, afirmó que “la brecha del producto mantendrá un nivel amplio de holgura por uno o dos años más” y añadió que “esto significa que mantendremos una demanda deprimida, con recursos que no se usan y capacidad productiva ociosa por un par de años”. (El Economista, 11 de enero 2021) Dicha brecha del producto (que refleja la subutilización de recursos de la economía) es resultado de las políticas monetarias de alta tasa de interés y recortes presupuestales que contraen la actividad económica, más allá de los recursos existentes, para evitar presiones sobre precios y sobre el tipo de cambio. A Banxico no le importa el costo de cierre de empresas, destrucción de capacidad productiva y desempleo que origina la alta tasa de interés que establece para atraer capitales y estabilizar la moneda a favor de los dueños del dinero.

Perfectamente la economía puede crecer utilizando la capacidad ociosa y el desempleo existentes que las políticas predominantes han ocasionado. Es cuestión de revertir dicha política económica y proceder a bajar la tasa de interés e incrementar el gasto público para así aumentar inversión y demanda para impulsar el crecimiento económico y el empleo. Ello no generaría presiones inflacionarias que es lo que le preocupa a Banxico, sino que vendría a frenar la crisis. Pero ello no pasa por la mente de los tomadores de decisiones monetarias y hacendarias, que no responden a los intereses nacionales, sino a los intereses del sector financiero.

El Secretario de Hacienda, el 13 de enero, dijo que algunos países realizaron aumentos masivos del déficit público a través de incrementar la deuda de entre 10, 20 y hasta 30 por ciento del PIB, pero sus tasas de interés están cercanos a cero y que esos lujos México no puede darse, sino que se optó por medidas de austeridad fiscal. Y añadió que “para una economía emergente es difícil aplicar los mismos cánones de economías avanzadas”. Y que “cuando el gobierno mexicano se endeuda emitiendo un bono a 10 años, la tasa de interés es cercana al 6 por ciento, de tal forma que si nosotros nos hubiéramos endeudado, por ejemplo, en 20 o 30 por ciento del PIB, nos hubiera costado alrededor de 400 mil millones de pesos adicionales”.

Hay que señalar que la SHCP no tiene porqué recurrir al mercado financiero a colocar deuda a una tasa de 6 por ciento. La crisis actual debe eliminar la restricción que impide a Banxico comprar deuda directa del gobierno para que éste no tenga que recurrir a los mercados privados y pague alta tasa de interés y pueda gastar lo necesario para combatir la pandemia, como para apoyar empresas y generar empleo para frenar la crisis.

Hay que señalar que esos 400 mil millones de pesos que se tendría que pagar adicionalmente por contratar más deuda pública a tasas de interés cercanas a 6 por ciento, representarían el 1.5 por ciento del PIB que se alcanzaría a fines de 2021. Al incrementar el gobierno el gasto deficitario y el monto de la deuda entre 20 y 30 por ciento del PIB, la actividad económica se incrementaría en 10 por ciento en 2021, lo que aumentaría la recaudación tributaria con lo cual se cubriría el costo de la deuda y hasta se reduciría el monto de ésta y la relación de endeudamiento respecto al PIB.

Las autoridades tienen que evaluar las finanzas públicas no en función del equilibrio fiscal y el no incremento de deuda, sino en torno al impacto que las finanzas públicas tienen en la actividad económica nacional. La política seguida de recortes presupuestales y el no aumento de la deuda, profundiza la crisis, la cual disminuye el ingreso nacional y la recaudación tributaria, por lo que no logran el equilibrio fiscal y la reducción de la deuda. De ahí que es mejor incrementar el gasto público deficitario y la deuda (a pesar de la alta tasa de interés de la colocación de la deuda en los mercados financieros), lo que tendría impacto positivo sobre el ingreso de empresas, el empleo y la recaudación tributaria, que permitiría reducir el monto de la deuda. Al aumentar el gasto deficitario del gobierno, se mejorará el ingreso de empresas e individuos, por lo que éstos podrán pagar sus deudas y retomar la inversión y el consumo. Y más ganaría el gobierno y la economía, si Banxico compra la deuda pública a tasa de interés cercana a cero por ciento.

Los tomadores de decisiones tienen que considerar que se ha salido de toda crisis a nivel mundial, a través de la mayor liquidez inyectada por los bancos centrales y mayor gasto público para apoyar a empresas, al empleo y el ingreso de familias. Al no actuar así, Banxico y Hacienda serán los responsables de que siga cayendo el ingreso de empresas e individuos, y prosiga la quiebra de empresas y el crecimiento de la cartera vencida, la cual desembocará en crisis bancaria, todo lo cual reduce más el crecimiento potencial de la economía, lo que nos condena al atraso y a que la crisis económica se prolongue por años.

 

** Textos publicados en La Jornada de Oriente los días 12 y 19 de enero de 2021.

 

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