Los primeros mil días

A mitad de sexenio el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha cumplido casi todos sus compromisos, sobresalen su estoica campaña contra la corrupción y la impunidad, que aunado a la austeridad republicana y a la probidad y eficiencia en el manejo del gasto público han permitido ahorros de 1.4 billones de pesos, mismos que se han canalizado a programas sociales y a cofinanciar obras estratégicas para el crecimiento económico (refinerías, carreteras, tren Maya, aeropuerto F. Ángeles y el corredor industrial del Istmo de Tehuantepec). Otro de sus logros han sido los programas orientados a la población con mayores carencias, algunos con vigencia constitucional y garantía de incremento en el mismo porcentaje que la inflación; la cobertura de los programas sociales beneficia a siete de cada 10 familias, la mayoría de estas se ubican entre la población de menores ingresos monetarios. La defensa de la rectoría estatal en energéticos y el compromiso de descarbonizar el crecimiento económico generando energías de bajo impacto ambiental es también otro de sus logros, como lo es también el programa nacional de vacunación, que empleando tan pocos recursos financieros (36 mil millones de pesos) y un inexistente sistema de salud pudo vacunar a dos tercios de la población mayor a 17 años y contuvo los letales efectos pandémicos en escalas manejables.

La pandemia por el Covid-19 profundizó la crisis económica iniciada en 2018: el Producto Interno Bruto de 2021 —ya incluido el crecimiento pronosticado de 6.1 por ciento— será 2.9 por ciento menor al de 2018 y ese mismo producto por habitante será 5.6 por ciento menor ahora que hace tres años; el empleo tuvo un mejor comportamiento, en un trienio (segundo trimestre de 2021 versus mismo periodo de 2018) creció en 2.7 por ciento (ENOE), sin embargo, el salario mínimo por persona ocupada disminuyó en 14.5 por ciento (pasó de 2.1 salario mínimo por persona ocupada a 1.59), afortunadamente, el salario mínimo ha tenido incrementos reales sin precedente con AMLO y aumentó 47 por ciento entre julio de 2018 y julio de 2021 (Comisión Nacional de Salarios Mínimos), por lo que la masa salarial expresada en pesos constantes de 2018 aumentó en 14 por ciento. En la gestión de AMLO, el salario mínimo ha recuperado algo de lo perdido durante los gobiernos neoliberales, aun así, se requieren 3.2 salarios para satisfacer los requerimientos básicos (alimentarios y no alimentarios) de una familia urbana de cuatro miembros y 2.1 salarios mínimos para cubrir esas mismas necesidades en una familia rural de cuatro personas, si consideramos la línea de pobreza de Coneval para el mes de julio de 2021, infortunadamente dos de cada tres personas ocupadas ganan actualmente entre cero y dos salarios mínimos (ENOE. 2T de 2021). Los aumentos salariales, justos y necesarios, junto con el agresivo gasto social y el ingreso de remesas (125 mil millones de dólares en tres años), permitieron amortiguar las nocivas consecuencias de la crisis y del inexistente sistema de salud heredado del neoliberalismo.

A pesar de la crisis económica y de la pandemia, dos de cada tres personas le tienen confianza y aprueban la gestión de AMLO (Demotecnia, 24-26 agosto 2021) y seguramente hasta los financieros quisieran que el tabasqueño concluya su gestión presidencial: el tipo de cambio está estable, el índice de la Bolsa de Valores aumentó, las reservas internacionales del Banco de México están en su mejor momento (205 mil 391 millones de dólares) y las tasas de interés nativas se ubican cuatro puntos por arriba con relación a Estados Unidos, para el capital financiero no ha habido crisis alguna.

Hay todavía pendientes y aunque se ha abatido el índice delictivo y ha disminuido la percepción de inseguridad pública, los feminicidios, las extorsiones y los robos en transporte público aumentaron y no se ha resulto la investigación sobre los jóvenes desaparecidos de Ayotzinapa. Sin embargo, hay confianza en la presidencia, se avalan mayoritariamente las estrategias y las políticas de la 4T y hay resultados, congruentes y consecuentes con los principios enarbolados en la campaña presidencial y en el Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024: No robar, No mentir y No traicionar; primero los pobres.