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El telescopio de 1 m de Tonantzintla

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Foto: H. Huepa
Foto: H. Huepa

Los observatorios en Tonantzintla, el Observatorio Astronómico Nacional (OAN) y el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE), dependientes cada uno de la UNAM y del Conacyt, respectivamente, comparten una raíz y un origen común.

La Astronomía moderna en México tiene su punto de partida en 1876, cuando se funda el OAN, mismo que dos años después se instala en el Castillo de Chapultepec. En 1883 se traslada el Observatorio al Palacio del exarzobispado en Tacubaya, recibiendo el nombre de Observatorio Astronómico de Tacubaya.

Aunque las actividades astronómicas cotidianas siguieron en el Observatorio de Tacubaya estas fueron reforzadas con la fundación del Observatorio Astrofísico Nacional de Tonantzintla (OANTon) en 1942, por Luis Enrique Erro.

En aquel entonces, se escogió Tonantzintla como el lugar idóneo para la instalación del Observatorio porque cumplía con normas de calidad: su elevado número de noches despejadas, su altura geográfica y su mínima incidencia lumínica de las poblaciones cercanas ya que, debido al crecimiento de la capital de la República, el viejo Observatorio de Tacubaya había sufrido la disminución de la calidad de sus observaciones precisamente por el incremento de la luminosidad del cielo.

Desde su inicio el OANTon fue equipado con una Cámara Schmidt, abriéndose las puertas a la astronomía moderna y de talla internacional en México. La importancia de los resultados del OANTon traspasó las fronteras de México siendo reconocida la labor de los astrónomos mexicanos que alcanzaron prestigio internacional, entre los que figuraron el fundador de dicho observatorio Luis Enrique Erro y su sucesor, el doctor Guillermo Haro. Además de ellos, el Ing. Luis Rivera Terrazas, el doctor Luis Munch y el astrónomo Enrique Chavira, entre otros.

Con esta Cámara se hicieron diversos descubrimientos, siendo el principal el de los objetos Herbig-Haro, considerados como los indicadores del inicio de la formación estelar. También se descubrieron estrellas novas y supernovas, galaxias azules e innumerables estrellas ráfaga, así como el cometa Haro-Chavira, descubierto en 1954 en la región del Toro.

Dados los cambios importantes en las condiciones atmosféricas de Tacubaya se trasformaron en poco favorables para la observación astronómica por lo que, en 1951, se trasladó al OAN de Tacubaya a Tonantzintla, en terrenos contiguos al OANTon de la SEP  compartiendo, de modo indisoluble, comunes derroteros e historia.

Desde 1929, año en que la Universidad Nacional recibe su autonomía, la administración del Observatorio de Tacubaya quedó a cargo de la UNAM. Cuando ocurrió el traslado de los telescopios de Tacubaya a Tonantzintla, el principal instrumento a cargo de la Universidad era el Carta del Cielo. Dentro de los avatares del destino, desde 1948, el doctor Guillermo Haro fue simultáneamente director del OAN de Tacubaya y director del OANTon por lo que, durante los 20 años que ocupó ambas direcciones, las trayectorias de ambas instituciones fueron paralelas.

Foto: Ricardo Martínez
Foto: Ricardo Martínez

En 1961 se inaugura un nuevo telescopio, moderno instrumento de 1 m de diámetro, con el que, y con sus instrumentos de apoyo, se planeaba hacer investigaciones más versátiles. Desde su inicio, el telescopio de 1 m se mantuvo activo en investigaciones astronómicas. Destacan los trabajos de Braulio Iriarte y de Eugenio Mendoza en fotometría que fueron importantes. Posteriormente, con la adquisición del espectrógrafo Boller & Chivens, el doctor Méndez Palma logró desarrollar trabajo de investigación pero, más importante aún, consiguió la participación de un buen número de estudiantes en sus proyectos de espectroscopia que mantuvieron viva en el Instituto de Astronomía la inquietud por la astronomía y el uso del telescopio.

Alrededor de 1971 la doctora Marie Paris Pişmiş se unió a los proyectos científicos con el espectrógrafo. En 1973, adquirió, de Francia, el interferómetro Fabry-Perot, que de inmediato produjo resultados contando con la colaboración de M. Moreno y, posteriormente, de M. Rosado quien continuo posteriormente con otro Fabry-Perot, pero con observaciones en San Pedro Mártir (SPM).

Desde 1979, en colaboración con R. Peniche trabajamos con el espectrógrafo y posteriormente con el fotómetro doble que fue trasladado a SPM con muy poco éxito. Durante estos años, desde 1975, C. Firmani y su grupo intentaron la implementación del OMA otro detector que produjo pobres resultados.

Hubo un intento de implementar en el telescopio de 1m un dispositivo de carga acoplado (CCD por sus siglas en inglés), pero el interés de los astrónomos, los pocos observacionales que quedaban, se centró en observaciones con telescopios de mayor tamaño y en el mejor cielo de SPM, decayendo el uso del telescopio de 1m de Tonantzintla limitándose a servir para demostraciones al público.

Al dividirse ambos observatorios, Haro se dio cuenta de la importancia para el país de la óptica y la electrónica por lo que decidió fundar el INAOE, creado por decreto presidencial el 11 de noviembre de 1971, como un organismo descentralizado, de interés público, con personalidad jurídica y patrimonio propio, ubicado en Tonantzintla, Puebla.

Aunado a ello, en 1967 el OAN se convierte en el Instituto de Astronomía (IA) y se resguarda el nombre de OAN para las estaciones de Observación del IA bajo la dirección del doctor Arcadio Poveda, quien continuó apoyando las labores astronómicas de investigación y docencia de esta casa de estudios y esta última actividad ha sido apoyada decididamente por sus directores, hasta el presente, haciendo del OAN–Tonantzintla, en Puebla, un centro astronómico de docencia nacional e internacional.

Hacia 1966 se reconoció la necesidad de construir un telescopio de mayor diámetro pero resultó evidente que la región de Tonantzintla ya no era adecuada para tal fin, por ello se buscó otro sitio con mejores condiciones atmosféricas en cuanto a oscuridad de cielo, baja nubosidad, baja turbulencia atmosférica, aislamiento de zonas pobladas y altura sobre el nivel del mar. Se encontró que esas condiciones se reunían plenamente en la Sierra de San Pedro Mártir, en Baja California, lugar donde fue instalado, en 1971, el OAN de San Pedro Mártir, donde se colocaron tres telescopios con diámetros de 84 cm, de 150 cm y de 200 cm de diámetro, inaugurándose en 1979. Este ha sido, desde entonces, el principal observatorio nacional. Por su parte el INAOE en aquella época estableció el Observatorio de Cananea, Sonora, con un moderno telescopio de 2 m de diámetro.

Debido a los avances tecnológicos en la captura de imágenes dados a finales del siglo pasado que indujeron la cancelación de la fabricación de placas fotográficas, permanecen en desuso, en Tonantzintla, los telescopios Carta del Cielo y Cámara Schmidt, los cuales, sin placas fotográficas pierden su función de instrumentos de investigación astronómica, quedando solo como herramientas usadas en la astronomía mexicana, aunque a la Cámara Schmidt ya se le han adaptado CCDs.

El telescopio de 1 m se ha matenido en operación continúa, ya que desde 2012 han renovado y modernizado con detectores para que pueda apoyar en investigaciones relevantes y, más importante, sirva de apoyo a las actividades docentes a estudiantes de la Facultad de Ciencias y del IA de la UNAM, y de cualquiera otra institución de enseñanza de educación superior que lo solicita.

En 2012, a iniciativa de A. Rentería, se adquirió una cámara CCD sencilla con la que se abrió la posibilidad de realizar, nuevamente, observaciones científicas. Paralelo a esto, también gracias a Rentería, se adquirieron telescopios de 10”, adicionales a los que existían, provistos también con cámaras CCD sencillas, para terminar con cuatro telescopios pequeños.

Así, con los cuatro telescopios de Nahuixteloncingo y el telescopio de 1 m Tonantzintla se ofrece a los estudiantes no sólo el aprendizaje del manejo de telescopios, la identificación de campos, el manejo de cámaras, etcétera, sino la posibilidad de adquirir datos científicos útiles que han servido para lograr más de diez publicaciones científicas en revistas arbitradas, de circulación internacional.

Aquí debemos de tener presente el pensamiento del investigador americano D. L. Crawford sobre las ventajas que puede ofrecer la nueva generación de telescopios pequeños provistos de detectores CCD. Estos telescopios pequeños bien equipados podrán seguir siendo utilizado en las labores de divulgación, docencia e investigación para beneficio del público y de los estudiantes de física y astronomía para los cuales es muy importante entender cómo es el proceso de investigación. Así, el telescopio de 1 m ha sido pivote en el desarrollo de la Astronomía Mexicana, y en las circunstancias actuales, el Observatorio de Tonantzintla, en general, contempla un futuro halagüeño.

 

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