El cambio climático es uno de los desafíos más apremiantes que enfrenta la sociedad en la actualidad. Sus efectos se manifiestan prácticamente en todo el mundo y tienen consecuencias significativas en diversos aspectos de la vida cotidiana, incluida la educación. En el estado de Puebla, México, el cambio climático ha transformado la forma en que se trata la educación básica, generando nuevas necesidades y oportunidades para los estudiantes y profesores.
El cambio climático se refiere a los cambios a largo plazo en los patrones climáticos globales, que incluyen el aumento de la temperatura promedio global, cambios en los patrones de precipitación y la regularidad y magnitud de eventos meteorológicos, principalmente aquellos de características extremas. Las alteraciones tienen impactos directos e indirectos en la educación, especialmente en las escuelas de educación básica, dado que ahí se forman las bases del conocimiento y se desarrollan habilidades fundamentales en los futuros ciudadanos de la sociedad.
Puebla es un estado rico en biodiversidad y recursos naturales, pues cuenta con diversos ecosistemas: bosques templados, bosques tropicales húmedos y secos, pastizales y sistemas (sub)acúaticos. Por esto el cambio climático ha generado una mayor conciencia sobre la importancia de proteger el medio ambiente y promover la sustentabilidad. Esto ha resultado en que las instituciones de educación básica hayan incorporado el tema del cambio climático en sus planes de estudio, brindando a los estudiantes una comprensión más profunda de los desafíos ambientales y las medidas para enfrentarlos. Lo anterior es visible en la Estrategia Estatal del Cambio Climático 2021-2030, donde se sugieren diversas estrategias donde la educación es un elemento clave para lograr los objetivos nacionales e internacionales.
Una de las formas en que el cambio climático ha cambiado la educación básica en Puebla es a través de la inclusión de contenidos relacionados con el medio ambiente en todas las áreas de estudio. Los estudiantes aprenden sobre los efectos del cambio climático en la geografía, la biología, la química y otras disciplinas, lo que les permite comprender mejor las causas y consecuencias de este fenómeno global. Además, se promueve la participación de los estudiantes en proyectos de investigación y acciones comunitarias relacionadas con el cambio climático, lo que les brinda una perspectiva práctica sobre la importancia de cuidar el entorno. Incluso el gobierno del estado de Puebla cuenta con cursos, talleres y pláticas enfocados a niveles específicos de educación: primaria, secundaria y bachillerato cuentan con opciones enfocadas a sus edades y capacidades. Con esto se intenta involucrar de forma activa a los estudiantes y lograr una concientización más efectiva al implementar una perspectiva de manos a la obra.
Otro cambio importante es la adopción de prácticas sustentables en las escuelas. Diversas instituciones educativas en Puebla han implementado, con apoyo del gobierno estatal, medidas para reducir su huella de carbono y promover la eficiencia energética. Con el programa “Escuelas Solares”, se han instalado paneles solares en algunas escuelas en el estado de Puebla, lo cual provee hasta 75 por ciento de la energía consumida durante las actividades escolares. De la misma forma, se promueve el reciclaje, se fomenta el uso responsable del agua y se prioriza el transporte activo como caminar o usar la bicicleta. Estas acciones no solo reducen el impacto ambiental de las instituciones, sino que también enseñan a los estudiantes la importancia de tener una forma de vida sustentable.
Además, el cambio climático ha conducido a un enfoque transdisciplinario al momento de pensar la educación básica. Los problemas ambientales requieren una comprensión desde diversos puntos de vista para abordarlos de una manera mucho más efectiva. De tal forma, las instituciones fomentan la colaboración entre diversas áreas de estudio, lo cual promueve el trabajo grupal y el intercambio de ideas. Lo anterior permite que los estudiantes desarrollen habilidades de pensamiento crítico y creativo, resolución de problemas y toma de decisiones informadas. Esta formación es clave para aproximarse a los desafíos del cambio climático de manera crítica y efectiva.
El cambio climático también ha impulsado el uso de tecnologías y recursos educativos innovadores en la educación básica en Puebla. Se han sugerido e implementado herramientas digitales, como aplicaciones móviles y plataformas en línea, que permiten a los estudiantes acceder a información actualizada sobre el cambio climático. Algunas de estas se presentan en forma de juegos interactivos con procesos de gamificación con el fin de promover conductas de cuidado del medio ambiente. Juegos como “Defensor de la naturaleza”, “Nature warrior” y “Separaton” son ejemplos de juego con fines educativos centrados en la concientización ambiental. Estas tecnologías no solo promueven el aprendizaje, sino que fomentan el interés y la motivación de los estudiantes en temas relacionados con el cuidado del medio ambiente.
Además, el cambio climático ha promovido la formación de alianzas entre escuelas, sociedad y organizaciones ambientales. Se realizan visitas a reservas naturales o jardines botánicos (como el ubicado en la Ciudad Universitaria de la BUAP), existen campañas de reforestación y se organizan charlas y talleres impartidos por expertos, tanto de entes públicos como privados. Estas colaboraciones les dan a los estudiantes la oportunidad de aprender de primera instancia sobre el cambio climático en su contexto y las medidas que pueden tomar para reducirlo.
Sin embargo, a pesar de estos avances, existen desafíos en la integración del cambio climático en la educación básica en Puebla. La falta de recursos y la capacitación insuficiente para los docentes son obstáculos que deben abordarse. Es necesario contar con programas de formación docente que brinden a los educadores las herramientas y el conocimiento necesarios para enseñar sobre el cambio climático de manera efectiva. La Ley de Cambio Climático del Estado de Puebla trata de mitigar estos aspectos, aunque poco se ha logrado. Por ende, es fundamental asegurar la continuidad de estas iniciativas a largo plazo. El cambio climático es un desafío en constante evolución, y las instituciones deben adaptarse y actualizar constantemente su enfoque educativo para reflejar los avances científicos y las mejores prácticas en materia de sostenibilidad.
En conclusión, el cambio climático ha tenido un impacto significativo en la educación básica en el estado de Puebla. Ha generado una mayor conciencia ambiental, promoviendo la inclusión de contenidos relacionados con el cambio climático en los planes de estudio y fomentando prácticas sustentables en las escuelas. Asimismo, ha impulsado un enfoque transdisciplinario, el uso de tecnologías educativas innovadoras y la formación de alianzas entre escuelas y comunidades. Sin embargo, aún existen desafíos que deben superarse para garantizar una educación efectiva y continua sobre el cambio climático. La educación básica desempeña un papel fundamental en la formación de las futuras generaciones, que serán responsables de enfrentar los desafíos ambientales y construir un futuro sostenible.
