Animales, plantas y eclipses solares

Hay una gran lista de registros, desde la experiencia popular, sobre el comportamiento de los animales durante los eclipses: los grillos cantan, los búhos ululan, las luciérnagas refulgen, los gallos cantan, diversas aves regresan se van a dormir, los mosquitos se levantan de la hierba para buscar alimento, las ballenas saltan en los mares, las ranas croan, incluso, algunas especies de arañas destruyen sus redes y las reconstruyen al pasar el eclipse.

Se menciona una anécdota, no comprobada, de Thomas Alva Edison durante el llamado “primer gran eclipse de los Estados Unidos” que sucedió el 29 de julio de 1878.  Edison visitaba una granja en un pequeño poblado de nombre Rawlins, en Wyoming. La idea era probar su más reciente invento, el tasímetro, un aparato diseñado para medir la temperatura de la corona solar. La máquina fue un fracaso; sin embargo, Edison sí hizo una aportación a la ciencia, aunque en otra dirección. Describió que, en el momento en que oscurecía, los pollos que picoteaban en el corral hicieron un alto súbito, regresaron al gallinero, se arrellanaron en sus perchas y ¡se echaron a dormir!

Hay testimonios anteriores, sobre el comportamiento animal, al de Edison, ya que, a lo largo de la historia, la gente ha registrado la actividad animal durante estos eventos astronómicos, entre los más conocidos están los siguientes:

El monje y erudito italiano, Ristoro d´Arezzo, con referencia al eclipse total del 3 de junio de 1239, describió que cuando el Sol desapareció y el cielo se oscureció, “todos los animales y las aves se aterrorizaron; y las bestias salvajes podrían ser capturadas fácilmente”.

Mientras que Christopher Clavius, astrónomo y matemático de la orden jesuita, estando en Portugal por el eclipse total del 21 de agosto de 1560, remarcó, como algo maravilloso de contemplar que, “aparecieron estrellas en el cielo y los pájaros cayeron del cielo al suelo aterrorizados por tan horrible oscuridad”.

Más recientemente, los famosos cazadores de eclipses han aportado muchos de estos registros; por ejemplo, para el eclipse total de 1999, en Hawái, Dave Balch menciona que las aves se ponían nerviosas, pero le impresionó más el efecto sonoro: “¡Apenas podíamos oírnos hablar! Luego vino la totalidad, ni un sonido. Había un silencio sepulcral. La diferencia entre los niveles de ruido antes y durante la totalidad fue sorprendente”.

Otra cazadora de eclipses, Tora Greve, en el eclipse total de Zambia en 2001, además de hacer varias notas sobre el comportamiento de animales como aves y ranas, destaca que, durante la totalidad, las jirafas comenzaron a correr, deteniéndose al terminar esta fase y regresando a comer hojas de los árboles.

Con estas evidencias, es cierto que hay cambios en el comportamiento animal, aunque no en todos, hay animales que se preparan para dormir, otros que se despiertan y animales que no lo hacen. Los cambios se pueden explicar de manera general a que durante el eclipse se altera un poco su ritmo circadiano, debido al evidente cambio de luz, pero también hay otros cambios meteorológicos que deben percibir, como el descenso de la temperatura, el cambio de la presión atmosférica o las rachas de viento.

Desafortunadamente, es muy difícil obtener registros “formales” para llevar a cabo en estudios. Es más complicado obtener registros sistemáticos y hacer estudios del comportamiento animal durante los eclipses solares debido a que deben pasar varios cientos de años para que la totalidad caiga sobre el mismo lugar (NASA). Claramente esto dificulta en gran medida replicar las condiciones del evento en los mismos grupos de animales en una misma zona.

Hay, desde luego, esfuerzos para realizar estos estudios. Mencionaremos dos de ellos, que destacan sobre los demás. El primero es sobre el efecto del eclipse solar en el comportamiento de un grupo de chimpancés en cautiverio. Fue realizado en el Centro Regional de Investigación de Primates de Yerkes, donde se registró el comportamiento de los chimpancés dos días antes del eclipse, para compararlo con el comportamiento durante el evento astronómico. Se registró que, al comenzar a ocultarse el Sol, las hembras empezaron a subir estructuras y árboles, ya en lo alto, dirigen sus cuerpos y miradas hacia el eclipse. Está registrado que un chimpancé joven realizó un gesto en dirección al Sol. A medida que el sol reapareció los chimpancés comenzaron a bajar de las estructuras para seguir con sus actividades normales.

El segundo estudio trata sobre el comportamiento animal durante un eclipse solar total en un zoológico. En este estudio se examinó el comportamiento de 17 especies diferentes del zoológico de Riverbanks en Columbia, Carolina del Sur, EEUU, durante el eclipse del 21 de agosto de 2017. Se compararon los comportamientos y se clasificaron en cuatro categorías según su respuesta conductual: normal, nocturna, novedosa y ansiedad aparente).

Se registró el comportamiento unos días antes de, durante y después del eclipse, para poder comparar el comportamiento registrado en estos tres momentos. Este estudio arrojó que el 75 por ciento de las especies examinadas tuvieron alteraciones en su comportamiento, ocho de ellas relacionadas a su comportamiento nocturno y otras más relacionadas a alteraciones por ansiedad, lo cual ya se conocía. Sin embargo, también registraron comportamientos nunca antes vistos, por ejemplo, generando vocalizaciones atípicas (gibón siamang) o mirando hacia el cielo (tortuga de Galápagos).

Ahora, con respecto a registros sobre el comportamiento de las plantas durante los eclipses, se pueden catalogar en creencias y en estudios. Algunas creencias, que no están comprobadas, pero sí arraigadas en la cultura general, establecen que las plantas dejan de crecer, los frutos se echan a perder o se secan, las flores se marchitan y la fotosíntesis se detiene.

Con respecto a estudios realizados, podemos mencionar el de las “Respuestas hidráulicas y fotosintéticas de la artemisa grande al eclipse solar total de 2017”. En este estudio se monitoreo el comportamiento de las Artemisia Tridentata, una planta originaria del suroeste de los Estados Unidos. Durante el eclipse se monitorearon el intercambio de gases de las hojas, el potencial hídrico y la fluorescencia de la clorofila, y se compararon con las respuestas obtenidas el día anterior al eclipse. En el transcurso del día del eclipse, el equipo estimó que la Artemisia Tridentata logró, en promedio, un 14 por ciento menos de fotosíntesis de la que hubiera tenido si el Sol no hubiera sido bloqueado.

El próximo 8 de abril, los habitantes de algunas regiones en el norte del país tendrán la oportunidad de apreciar un gran eclipse solar total. Será muy interesante que, además del espectáculo en el cielo, puedan dedicar unas miradas al comportamiento de los animales a su alrededor, sin descuidar las medidas de seguridad que ye hemos mencionado en varios artículos de SyC.

 

Más información:

-https://www.ngenespanol.com/naturaleza/que-hacen-los-animales-en-un-eclipse/

-https://www.nationalgeographic.es/animales/2017/08/las-sorprendentes-reacciones-de-los-animales-a-los-eclipses-solares

-https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/31979439/

-https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7222787/

-https://www.lavanguardia.com/natural/20190704/463280170236/que-hacen-plantas-eclipse-solar.html

-https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles

 

 

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