El Sol y su importancia para la vida

El Sol es un globo de fuego,

la luna es un disco morado.

Una blanca paloma se posa

en el alto ciprés centenario.

Los cuadros de mirtos parecen

de marchito velludo empolvado.

¡El jardín y la tarde tranquila!…

Suena el agua en la fuente de mármol.

Antonio Machado

 

· Ilustración: Diego Tomasini “El Dibrujo”

· Ilustración: Diego Tomasini “El Dibrujo”

Para que suceda la vida en el planeta, es necesario que la estrella más cercana, es decir, el Sol, nos proporcione calor y luz. Por otro lado, cuando estudiamos los ecosistemas debemos entender que para que haya un equilibrio en ellos, es importante saber que a través de la entropía o desorden al que tienden los sistemas y que también existe una relación con la segunda ley de la termodinámica, la cual marca que existe una tendencia al equilibrio de estos. Pero, se preguntará querido lector, y esto qué tiene que ver con los ecosistemas y su equilibrio, pues bien, para entender la vida en el planeta y cómo es que se mantiene una dinámica en los ecosistemas, es importante entenderlo a través de la energía y su flujo en los organismos que ahí habitan.

Cuando hablamos de flujo de energía en términos ecológicos, una de las cosas que primero analizamos es el flujo a través del alimento, así es, el alimento, como ya sabemos, es la fuente principal para poder obtener energía y que todos los seres vivos realicemos nuestras actividades diarias. En las cadenas tróficas o, como mejor se les conoce, “cadenas alimenticias”, están divididas por niveles; el nivel primario o la base que sostiene estas cadenas se encuentran las plantas, las cuales son organismos que tienen la capacidad de producir su propio alimento, a esto, dentro de la biología, lo conocemos como organismos autótrofos. Para que esto suceda, es necesaria la participación del Sol a través de los rayos solares, estos tocan las hojas o el tallo de las plantas y gracias a una estructura celular llamada cloroplasto comienza la fotosíntesis, proceso que absorbe el dióxido de carbono presente en la atmósfera, más agua que tiene la planta permite que la planta lo convierta en nutrientes y los aproveche para su crecimiento; sin embargo, el flujo de energía no se queda ahí; en el siguiente nivel de la cadena tenemos a los consumidores, los cuales son principalmente animales herbívoros, quienes se alimentarán de las plantas y estas a su vez, les proveerán de nutrientes y energía que les permita continuar o iniciar con sus actividades. Pero esto no para ahí, ya que arriba de los herbívoros se encuentran los carnívoros, quienes a su vez se alimentarán de los herbívoros y estos les proporcionarán energía a sus depredadores. Una vez concluido el ciclo de vida de los seres vivos serán degradados por los microrganismos (hongos y bacterias) y en forma de nutrientes serán devueltos a la tierra para dar comienzo a este ciclo, un ciclo sin fin, por lo que el flujo de energía nunca se detiene en un ecosistema y los mantiene en equilibrio.

Por otro lado, cuando hablamos de energía y que si analizamos la definición del concepto desde la física, esta nos dice que la energía es <<la capacidad de los cuerpos para realizar un trabajo y producir cambios en ellos mismos o en otros cuerpos>>, y se preguntarán y esto qué tiene que ver con el texto, pues resulta que volviendo al tema del Sol, existen organismos como los anfibios y reptiles, los cuales dependen directamente de esta estrella para poder activar su metabolismo y poder realizar sus actividades, principalmente la búsqueda de alimento. En cuanto a la búsqueda de alimento, en estos organismos existen dos estrategias, que desde la ciencia las hemos llamado sit and wait, que en español sería; sentarse y esperar, es decir, existen anfibios y reptiles que se posan en lugares estratégicos a esperar que les caiga el alimento, por otro lado, tenemos a los forrajeros activos, los cuales, en lugar de quedarse quietos, prefieren ir a buscar su alimento.

Tanto para las cadenas alimenticias, como para la obtención de alimento, el actor detonante es el Sol y que, si lo analizamos detenidamente, podrías decir que todos los seres vivos, incluidos nosotros, llevamos todos los días una pizca de Sol en nuestras vidas.

 

 

 

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