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El primer año de gobierno: las incertidumbres económicas para México en el contexto internacional

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El primer año del gobierno recién iniciado de la doctora Claudia Sheinbaum se desenvolverá en un contexto internacional notablemente deteriorado, en el cual confluyen conflictos militares encabezados por la guerra Rusia-Ucrania, el genocidio de Israel contra el pueblo palestino en la Franja de Gaza, los crecientes porcentajes de población afectados por altos niveles de inseguridad alimentaria y el avance de la crisis ambiental con sus componentes de pérdida de biodiversidad y cambio climático.

En el ámbito de la economía internacional, a los impactos que se derivan de esos problemas se agregan las tendencias económicas negativas que han estado presentes desde el estallido de la crisis mundial en 2008, que han llevado a un bajo crecimiento de la actividad económica global y a un fuerte deterioro en los flujos de inversiones extranjeras directas y del comercio internacional, que sumados a las consecuencias de la pandemia y del confinamiento, han llevado a fracturas importantes en las cadenas de suministros productivos.

Dichas fracturas, además, han sido factores importantes tanto para la reaparición de medidas de política industrial, con una mezcla encabezada por subsidios y por restricciones a las importaciones —incluida la guerra comercial intermitente entre EE. UU. y China iniciada en marzo de 2008—, como para la reubicación de procesos productivos externos hacia países cercanos, el llamado “nearshoring”.

A pesar de los múltiples problemas y conflictos arriba mencionados que están presentes en el contexto mundial, y a pesar también de la actual indefinición en las trayectorias que se derivarán de todo ello, es evidente que para México los mayores niveles de incertidumbre y de posibles problemas en sus relaciones económicas externas se ubican en los rumbos que tomará la relación con los Estados Unidos a partir de la nueva administración encabezada por Donald Trump.

Como es sabido, el eslogan de su campaña fue “Make America Great Again”, MAGA y ese eslogan, que también estuvo presente en las campañas de D. Trump de 2016 y 2020, en gran medida sintetiza la orientación general de lo que él propone para los Estados Unidos. En dicha orientación ha tenido un rol importante la ultraconservadora Fundación Heritage, que desde 1981 viene publicando una serie de libros titulados Mandato de Liderazgo, con periodicidad cuatrienal —coincidiendo con las elecciones presidenciales—, en los que se exponen planes para gobiernos conservadores, presentando ideas y propuestas que en su mayoría fueron asumidas por R. Reagan y por D. Trump en su primer periodo.

El noveno libro de la serie, fue publicado en 2023 y se titula Mandate for Leadership: The Conservative Promise 2025 —conocido como Proyecto 25—; en el prefacio del libro el sentido de esas propuestas se agrupa en cuatro “promesas conservadoras”, de las cuales la tercera es “Defender la soberanía, las fronteras, la riqueza de nuestra nación frente a las amenazas globales”, y la siguiente cita recoge lo sustancial de esa promesa.

Las organizaciones y los acuerdos internacionales que erosionan nuestra Constitución, el estado de derecho o la soberanía popular no deben reformarse: deben abandonarse. La inmigración ilegal debe terminar, no mitigarse; la frontera debe cerrarse, no debe reordenarse. El compromiso económico con China debe terminar, no debe replantearse. Nuestra base industrial y manufacturera debe restaurarse, no debe permitirse que se deteriore aún más. (Roberts, 2023: 12 y 13)

En ese marco, a lo largo de la reciente campaña presidencial dos elementos centrales anunciados como parte de la agenda de la próxima administración de D. Trump, han sido la dureza extrema hacia los migrantes y la aplicación de aranceles, y en ambos temas México aparece como importante destinatario de las medidas que se anuncian.

En relación con el tema migratorio cabe tener presente que, según la Oficina del Censo de EE.UU., para 2023 de los 336 millones de población total de ese país, 38 millones (11.3 por ciento) son de origen mexicano y, según el Instituto de Política Migratoria, de esos 38 millones 11 millones son nacidos en México —seguido a distancia por India con 2.9 millones y China con 2.8 millones—, a lo que se suma que, según la Organización Internacional para las Migraciones, el corredor migratorio internacional de México a los EE. UU. es el más grande del mundo, con cerca de 11 millones de personas en 2023. En correspondencia con lo anterior, las remesas familiares procedentes de EE. UU., se han constituido en una muy importante fuente de recursos para la economía mexicana, superando desde hace ya tiempo al monto de inversiones extranjeras directas ingresadas desde aquel país, a tal punto que para 2023 la recepción remesas alcanzó un total de más de 63 mil millones de dólares, que equivale a 4.6 veces el monto de dichas inversiones.

En lo que respecta a la aplicación de aranceles a las exportaciones de México hacia EE. UU., cabe mencionar que dichas exportaciones se han multiplicado por más de siete desde que en 1995 se puso en marcha el TLCAN, y que en la actualidad ellas representan el 80 por ciento del total de exportaciones mexicanas, en tanto que las compras mexicanas de productos estadounidenses representan un 43 por ciento del total de importaciones de México, y el flujo de inversión directa de EE. UU. en México representa un 38 por ciento del total de esos flujos recibidos por México.

Desde luego que las mismas cifras del comercio bilateral y del flujo de inversión directa, tiene una importancia muy distinta para para cada uno de los dos países; en el caso de EE. UU. el comercio con México representa el 16 por ciento del total de lo que exporta y el 15 por ciento del total de lo que importa, y las inversiones directas hacia México representan un 3 por ciento del total de sus inversiones directas en el mundo. Esa distinta importancia, sin embargo, no debería llevar a minimizar la importancia de México en las relaciones económicas internacionales de los EE. UU., ya que, en el caso del comercio, para 2023 México se convirtió en el principal vendedor de las importaciones estadounidenses, desplazando a China que desde 2007 tenía esa posición, en tanto que respecto de las exportaciones estadounidenses México ocupa el segundo lugar como comprador, apenas por debajo de Canadá.

Si bien lo referido a los migrantes y al cobro de aranceles no son temas nuevos en la agenda de Trump, ya que estuvieron presentes en su primera presidencia, aunque sin consecuencias graves para México, hay dos elementos a considerar en la actual situación:

  1. i) La fuerza con que se han mantenido una vez que Trump ganó la elección, lo cual se ha correspondido con los nombramientos que ha anunciado de reconocidos antiinmigrantes, como Stephen Miller para subdirector de política de la Casa Blanca y Thomas Homan —colaborador del Proyecto 25— para “zar de la frontera”, a lo que se agregan los anuncios de que el Secretario de Comercio será Howard Lutnick, partidario de la aplicación de aranceles, y que el “halcón” Ronald Johnson, será embajador en México.
  2. ii) Los obstáculos para avanzar en esos temas —y sobre todo en el tema migratorio— serán menores en su segunda presidencia, dado que contará con un poder judicial afín y, al menos para los dos primeros años, con las mayorías parlamentarias necesarias, lo que le dará un margen de acción mayor al de su primera presidencia. Incluso, tanto en relación con el trato hacia los migrantes, como respecto a la aplicación de aranceles a productos procedentes de México, los anuncios más recientes de Trump y de su círculo cercano han adquirido un tono cada vez más amenazante,

En lo que respecta a los migrantes, se han anunciado deportaciones masivas de migrantes sin papeles, eliminar la ciudadanía automática para los hijos de inmigrantes, prohibición de las ciudades santuario, cancelación de programas de acogida, limitar el acceso al asilo, cierre de la frontera y retomar la construcción del muro, con algunas de esas medidas para supuestamente ser aplicadas el primer día de ejercicio de la presidencia.

En lo que se refiera a la aplicación de aranceles, el lunes 25 de noviembre Trump anunció en su red Truth Social, que se cobrará un arancel de 25 por ciento, también de manera inmediata, a todos los productos procedentes de México y de Canadá, el cual “permanecerá vigente hasta que las drogas, en particular el fentanilo, y todos los extranjeros ilegales detengan esta invasión de nuestro país”.

A lo anterior, se sumó el 22 de diciembre —en un mitin en Phoenix, Arizona—el aviso de que “designaré a los cárteles como organizaciones terroristas extranjeras”, y si bien no agregó otros elementos, dicha designación podría activar la Ley Contra el Terrorismo de 1996, que incluye el uso de la fuerza militar contra esas organizaciones, así como la aplicación de las potestades que a raíz del 11 de septiembre de 2001 se autoasignó el gobierno estadounidense para luchar contra el terrorismo a nivel internacional.

La posible aplicación de todas esas medidas está sujeta a distintos obstáculos, tanto de carácter legal —e incluso constitucionales—, como referidos a la oposición que ellas generarían por parte de diversos sectores de migrantes, de empleadores, de empresas estadounidenses con filiales en México, de grupos defensores de derechos humanos, etcétera, a lo que se agregan las consecuencias macroeconómicas que esa aplicación iría arrojando en las ya deterioradas cadenas de valor, en la inflación y en el crecimiento general de la actividad económica estadounidense.

Sin embargo, independientemente de que esos obstáculos terminen siendo decisivos, y de que el gobierno mexicano logre por distintos medios desplegar exitosamente una estrategia para frenar las amenazas que se han planteado, o para atenuar el impacto de su cumplimiento total o parcial, lo evidente es que, más allá de las balandronadas que son recurrentes en el discurso de D. Trump, esas amenazas hoy son componentes centrales de la agenda bilateral que el próximo gobierno de Estados Unidos pretende imponer a su “socio” del sur del Río Bravo.

* [email protected]

Roberts, Kevin (2023) “Foreword. A promise to america”, en Paul Dans, y Steven Groves (eds) Mandate for Leadership: The Conservative Promise 2025, Fundación Heritage.

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