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Triple impuesto a inmigrantes en Estados Unidos

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El Plan Fiscal de Donald Trump, presidente de Estados Unidos (EE. UU.), incluye un impuesto a las remesas, reducción del gasto del gasto público (principalmente de ayuda para alimentos y asistencia sanitaria, pero el gasto militar y de vigilancia de frontera aumentó) y recortes fiscales a empresas e individuos; la iniciativa presidencial fue aprobada por la cámara de representantes de ese país por 215-214. El impuesto a las remesas es de 3.5 por ciento y es aplicable a personas que carezcan de una situación migratoria regularizada o que, teniendo visa de trabajo, su permanencia en ese país sea temporal; no aplica a inmigrantes que son ya ciudadanos o a los que siendo inmigrantes tienen una residencia permanente.

EE. UU. es el principal destino de la emigración internacional: es el país de destino de uno de cada cinco emigrados. En 2023, la estimación de inmigrantes residentes en EE. UU. realizado por la Fundación BBVA (Anuario de Remesas 2024. México) fue de 51.5 millones, lo que equivale al 15.6 por ciento de su población; los inmigrantes procedentes de México fueron 12 millones, aproximadamente uno de cada cuatro extranjeros que residen en EE. UU. nació en nuestro país. De todos los inmigrantes, uno de cada cinco tiene una situación migratoria no regularizada, de éstos, cuatro de cada diez son mexicanos.

Una de las razones de la migración internacional es la laboral, dos de cada tres inmigrantes mexicanos residentes en EE. UU. están incorporados a la fuerza laboral civil (conocida en México como Población Económicamente Activa o PEA). Entre 2018-2023 el mejor momento de los inmigrantes mexicanos en la PEA fue de 8.5 millones (enero 2019), el peor, que fue en pandemia por el Covid-19, fueron 7 millones (junio 2020); el promedio mensual de la PEA de origen mexicano fue de 7.8 millones. De los inmigrantes mexicanos que tuvieron empleo, su máximo fue de 8.06 millones (noviembre de 2018) y su mínimo de 5.93 millones (abril 2020); el promedio mensual fue de 7.46 millones.

De todos los inmigrantes mexicanos en EE. UU. que trabajan ahí, 34.3 por ciento son ciudadanos por naturalización, en tanto que 65.7 por ciento son residentes temporales con permiso de trabajo e indocumentados. Con base en el promedio de ocupación de los años 2018-2023, los inmigrantes mexicanos con ciudadanía son 2.56 millones y los no ciudadanos, 4.9 millones. Estos últimos (excluidos los inmigrantes con residencia permanente) serían los afectados por el impuesto a las remesas.

En México, a los trabajadores de la economía formal el empleador les retiene el impuesto sobre la renta, el cual deben de entregar al fisco; en EE. UU. es igual, se paga una tasa impositiva por el salario percibido. Del ingreso laboral neto del inmigrante mexicano, 83.3 por ciento se consume en EE. UU. donde nuevamente pagan otro impuesto por consumo y/o adquisición de bienes; el restante 16.7 por ciento del salario se remite a México a familiares o conocidos del inmigrante y nuevamente se pagará otro impuesto, esta vez de 3.5 por ciento. Redondeando en 5 millones a los inmigrantes no ciudadanizados que trabajan y estimado en 40 mil dólares su salario anual, las remesas que enviarían a México serían de 33 mil 562 millones de dólares y pagarían mil 174 millones de dólares por el nuevo impuesto, gravamen que equivale a los que ganan al año 29 mil 367 inmigrantes mexicanos no ciudadanizados.

Las remesas enviadas a México equivalen al 3.5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), pero en las entidades de Oaxaca, Zacatecas, Michoacán, Guerrero y Chiapas son el 10 por ciento o más de sus respectivos PIB, precisamente estos estados son los que registraron el producto interno por habitante más bajo del país y las remesas son parte importante de su crecimiento económico y del consumo privado de las familias. La Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) del Inegi, en su edición de 2024, registra que 11.3 de los hogares en México recibieron remesas entre abril de 2023 y marzo de 2024, esto significaría que 4.4 millones de hogares recibieron, en promedio, 14 mil 402 dólares al año, con lo que financiaron 44 por ciento de su consumo. El Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos desagrega el registro de remesas del ENIF por tamaño de localidad y en los hogares ubicados en localidades menores a 2 mil 500 se percibió 34.5 por ciento del total de las remesas y en los hogares de localidades de 2 mil 500 a 14 mil 999 habitantes, registraron 17 por ciento del total de remesas, dicho de otra manera, 51.5 por ciento del total de remesas fueron para hogares de localidades menores a 15 mil habitantes (Notas de Remesas. Mayo 2025).

Las remesas son importantes en entidades con índices altos de intensidad migratoria y, en localidades rurales, es el principal ingreso de los hogares. Este año las perspectivas económicas no son optimistas y es probable que la tasa de crecimiento del empleo se contraiga y aumente la tasa de desempleo, por lo menos de los inmigrantes. Es plausible que disminuya la contratación de inmigrantes mexicanos y/o que disminuyan las horas trabajadas a la semana y que el salario percibido por inmigrante merme y ello afecta el envío de remesas. El gobierno mexicano manifestó su desacuerdo con el gravamen a las remesas y nuestros legisladores cabildearon con sus pares de EE. UU. para eliminarlo. Sería sensato, además de equitativo, que se aplicara un impuesto recíproco de 3.5 por ciento a las ganancias y utilidades que salgan de México.

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