Luego de que la nanotecnología está considerada como la cuarta revolución científico-tecnológica, cabe preguntarnos su situación mundial y nacional en materia de Investigación y Desarrollo (ID) y en el plano económico. Grosso modo, la nanotecnología es aquella tecnología que trabaja entre las dimensiones de 10-6 a 10-9 metros. Surgió como concepción teórica en los años cincuenta del siglo pasado, cuando Richard Feynman plantea la manipulación de elementos a base atómica, toma importancia en los círculos académicos, de investigación, empresariales y gubernamentales en la última década del siglo XX, y sigue incrementándose hasta nuestros días.
En el plano de ID sobre nanotecnología, ésta se origina en California, EU, y después en países caracterizados por innovar como Japón, Alemania, Gran Bretaña, Francia y Taiwán. En menor medida se encuentran Holanda, Suiza, Italia y Canadá, mientras que, de igual manera, en la carrera para ubicarse dentro de las principales economías mundiales y los países que conforman el BRIC (Brasil, Rusia, India y China) se encuentran pujantes en la materia, aunque ésta es mínima en comparación a los primeros países antes nombrados, la tendencia es a incrementarse.
En lo referente a la inversión mundial en nanotecnología, destaca Corea del Sur con 350 dólares por cada millón de dólares de su PIB; Japón, 250 dólares; Estados Unidos, 90 dólares, y la Unión Europea, 86 dólares. Ante la actual crisis económica, el sector se vio afectado: las inversiones mundiales —según el “Ranking the Nations on Nanotech: Hidden Havens and False Threats”— pasaron de 17,500 a 17,600 millones de dólares en los años 2008 a 2009.
En cuanto al mercado laboral internacional de trabajadores especializados en nanotecnología, el Departamento del Trabajo estadounidense proyecta que se demandarán alrededor de 2 millones de especialistas multidisciplinarios para 2015.
Según Lux Research, las ventas mundiales de productos modificados nanotecnológicamente para 2005 ascendieron a 32 mil millones de dólares, mientras que para el periodo de 2005-2008, según el Lawrence Berkeley National Laboratory, se incrementaron a 100 mmd. Para 2010, Baker & Aston estimaron las ventas en 500 mmd, mientras que para 2014 las proyecciones, según Lux Research, superarían los 2 billones de dólares. Dichas ventas de esta novedosa tecnología son realizadas por empresas como Intel Corporation, Sony, Honeywell, Motorola, Xerox, Toyota, Bayer, Du- Pont, Kodak, Hewlett-Packard y Wella, entre otras.
En México, a nivel de política pública, la nanotecnología permanece en franco atraso, ya que no se cuenta con un plan nacional para desarrollo de nanotecnología, y únicamente existe el decreto presidencial en el que se aprueba el Programa Especial de Ciencia y Tecnología 2001-2006, documento donde la nanotecnología forma parte de las 13 líneas estratégicas del sector energético. A nivel local cabe resaltar la iniciativa del gobierno del Distrito Federal presentada en 2007 para la construcción del Centro de Investigación en Biomedicina y Nanomedicina (Campus Biometrópolis), el cual vendrá a ser pionero junto con la iniciativa del Instituto Nacional de Astronomía, Óptica y Electrónica (INAOE) y la empresa Motorola para la creación del Laboratorio Nacional de Nanotecnología, presentada en 2006. En lo referente a las instituciones de investigación y desarrollo nacionales vinculadas a la nanotecnología se encuentran: el Instituto Mexicano del Petróleo, Instituto de Investigaciones Eléctricas, Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, CINVES- TAV-IPN, Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnológica y el INAOE.
La compra de productos nanotecnológicos en México no se encuentra lejos de la realidad, ya que en la vida diaria consumimos productos de empresas que en sus diferentes procesos han modificado la estructura a nivel nanotecnológico. Ejemplos de ello son Sigma Alimentos, 3m México, Sanitarios Lamosa, Comex, Grupo Bimbo, Pemex refinación, Altos Hornos de México SA de CV, Whirlpool, Sony, Cementos de México Central SA de CV y Lapem de la Co- misión Federal de Electricidad.
Como toda nueva tecnología, es necesario reflexionar acerca de los intereses que la mueven, su consumo y dependencia. Conforme avanza deja una estela de desigualdad entre los que generan dichos avances y quienes únicamente pagamos por ella.
* Maestro en Desarrollo Económico y Cooperación Internacional CE · [email protected]