Buscando tema de interés para esta columna, tomamos la decisión de navegar por la internet y nos encontramos atrapados entre un sinnúmero de temas que llamaron nuestra atención; por ejemplo, vimos una nota en la que el encabezado hacía alusión a la extinción de una especie de homínido, que por ser vegetariano desapareció de la faz de la Tierra, se extinguió. ¿Será esta la verdadera razón? el artículo fue publicado por una revista de renombre y resumido por el portal Cultura Colectiva y compartido un buen número de veces por los usuarios de redes sociales, fue muy divertido leer los comentarios, ya se imaginarán. Disculpen, lo teníamos que decir. Lo cierto es que el estudio de la evolución del hombre ha tomado en cuenta un aspecto importante en la ecología de los organismos como nosotros, ésta es la alimentación, una cantidad importante de publicaciones hablan sobre la ventaja evolutiva que brindó a nuestra especie el ingerir carne. Pensamos entonces, cómo habrá sido la vida de un homínido en aquellos ecosistemas, en aquel momento sin casas, sin armas, más que rocas y palos, sin autos, sin aviones, sin teléfonos celulares y claro, sin internet; sí, lo dijimos bien, sin internet; “la vida entonces además de complicada, seguramente era bastante aburrida”, al menos esa fue la respuesta que obtuvimos de un joven de 13 años, mientras nos preguntaba sobre las panteras, él tan animado hablándonos de un cómic y nosotros tan aburridos hablando del género Panthera, al final sonreímos y todos aprendimos; recordemos que el pasado 3 de marzo se llevaron a cabo los festejos sobre el Día Mundial de la Vida Silvestre, de éstos llamó la atención que fuese dedicada a la conservación de los felinos más grandes del planeta; te preguntarás: ¿es por el éxito del cómic? No lo creemos, ya que, de las aproximadamente 38 especies de felinos silvestres en el mundo, cinco pertenecen al género Panthera: el león, el tigre, el jaguar, el leopardo, y el leopardo de las nieves, estos grandes felinos son los que tienen mayores problemas para su conservación, por razones que hemos escuchado y hasta visto representadas en películas, grandes fieras enfurecidas que gustan de comer hombres… La verdad es que en la competencia depredadora les llevamos delantera, ya que el cazador ha sido cazado en demasía por su piel, por temor o por diversión, sumado a lo anterior tenemos la pérdida de su hábitat, contaminación, cambio climático, entre muchas otras. Pero, si pensamos de manera un poco más integradora, al conservar a estas especies de felinos; por su importancia como gran depredador dentro de los ecosistemas, necesariamente se tendría que pensar en la conservación, no de las especies solas, si no de sus hábitats, lo que causaría la conservación de un sinnúmero de especies que cohabitan con estos felinos, bacterias, hongos, plantas y otros animales. Seguramente ahora sí podríamos hablar de más superhéroes como Pantera o los Thundercats, para los que somos de la vieja escuela, o ahora podemos imaginar cómo era la vida de esos homínidos en la sabana africana, seguramente llena de adrenalina, grandes depredadores de verdad, detrás de ti y no solo en la pantalla grande.
En América se distribuye uno de los grandes, el jaguar (Panthera onca); empecemos con un recorrido por algunas de las culturas que veneraron a esta especie: para los Olmecas, el jaguar representaba un vínculo importante entre la tierra y el inframundo además de representar fertilidad; de la misma forma para los mayas, solo que ellos sumaron una idea más, este felino para la cultura maya representaba al día y a la noche ya que había un jaguar para el día y uno para la noche; recordemos que esta especie presenta melanismo, lo que permite que existan jaguares negros, pero que si se miran con atención es perceptible observar las manchas o motas características de la especie, por ello los mayas también visualizaban dibujada la bóveda celeste en el jaguar. Es bien conocido que en la leyenda del quinto sol azteca los dioses se reunieron en torno a una gran hoguera para realizar un sacrificio, en esa leyenda también saltan al centro de la hoguera un águila y un jaguar que tizna su cuerpo, así es como explica esta cultura la existencia de las manchas del jaguar; hablando de esto, debemos recordar que las motas que presenta esta especie son únicas por individuo; sí, éstas para los jaguares son, como para nosotros, los Homo sapiens, nuestras huellas dactilares; los hace únicos. Regresando entonces a la cultura Azteca, los hijos del gran Quetzalcoatl veían en éste a un gran guerrero, será por eso que hoy conocemos a estos enormes “Guerreros Jaguar” en la historia y leyendas aztecas; sería interesante ver un cómic de un gran superhéroe “Jaguar, guerrero del día y de la noche, hijo de las estrellas, vengador de las almas del inframundo” en la pantalla grande; quizá así la gente podría identificarse nuevamente en su silencioso y elegante andar, en su importancia cultural y ecológica y por fin ver como una realidad el éxito en la conservación de los jaguares. Navegando por internet, nos encontramos con una nota que alegró nuestro día: se mostraba el resultado del último censo del jaguar en donde los expertos reportaron un incremento de 10 por ciento de la población residente en México.
Finalmente, queremos que llegue nuestro reconocimiento a todos los que, de norte a sur del territorio nacional, día a día trabajan sin descanso para regresar, algún día, su grandeza a esta especie de pantera milenaria.
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