La educación es un derecho y la que se imparta en las instituciones públicas será gratuita, tal es el compromiso del gobierno presidido por Andrés Manuel López Obrador (AMLO). En el ciclo escolar 2017-2018 se matricularon 36.45 millones de alumnos en todos los niveles, de los cuales 31.34 millones estaban inscritos en una institución pública (86 por ciento). Para aumentar la matrícula escolar y mejorar la eficiencia (conclusión de estudios) en todos los niveles de estudios, se otorgarán 11.1 millones de becas durante el primer año de gestión de AMLO, esto significa que uno de cada tres alumnos de las instituciones públicas tendrá un beca de 800 pesos al mes para ciclo básico y medio superior, y de 2 mil 400 pesos mensuales para nivel superior (becas para los matriculados en la universidad Benito Juárez). Comparadas con el total de becas escolares otorgadas durante el último año del gobierno de Enrique Peña Nieto, el incremento fue de 4 millones de becas, destacándose la beca universal a la enseñanza media superior.
La cobertura escolar actual de la enseñanza media superior es de 80 por ciento (matrícula/población de 15 a 17 años); egresan dos de cada tres inscritos en ese nivel de enseñanza (eficiencia terminal) y se inscriben a licenciatura 72 de cada 100 egresados del nivel medio superior. El compromiso de AMLO es aumentar la cobertura del nivel de enseñanza medio superior, y mejorar la eficiencia terminal; para lo primero se requiere ampliar la infraestructura y la planta de profesores, para lo segundo, otorgar becas escolares, en ese sentido, en el ciclo escolar 2019-2020 habrá 4.1 millones de becas para los alumnos de enseñanza media superior, más del doble de las preexistentes en el último año de Peña Nieto. De ampliarse la cobertura y mejorarse la eficiencia terminal de ese nivel de enseñanza, habrá una demanda de nuevo ingreso del nivel superior que no es posible satisfacer sin ampliación de infraestructura y de plantilla docente, y ello exige no sólo mejora la administración escolar e intensificar el trabajo docente, sino de un crecimiento real de la inversión pública por lo menos de la misma magnitud que el incremento de matrícula.
La matrícula de educación superior para duplicarse requirió dos decenios y, en el mejor de los casos, la cobertura de ese servicio fue de 38 por ciento (matrícula/población de 18 a 22 años) en el último año de la gestión de Peña Nieto cuando el último año de Ernesto Zedillo fue de 22 por ciento. Es pausible que cuando concluya la gestión de AMLO la cobertura sea de 48 por ciento, eso significaría un incremento sexenal de 30 por ciento de la matrícula y, en una proporción similar, del gasto público, ya que el 70 por ciento de la matrícula es pública. Entre los años 2000 y 2018 el gasto público en educación superior se duplicó en términos reales, casi en la misma proporción que la matrícula de educación superior impartida en instituciones públicas; antes la corrupción era cotidiana, ahora, con honestidad republicana se requerirán menos recursos, pero hay otras directrices educativas, como la inclusión social, la gratuidad de la enseñanza y el cierre de las disparidades regionales que implican más recursos públicos, además de una eficiente administración y transparencia de recursos.