El ser humano por naturaleza es curioso, esto lo ha llevado a husmear en todos los rincones del planeta Tierra y eventualmente la bóveda celeste. Primero espió de lejos aquellos objetos vagabundos que se creía, eran dioses perfectos, pero apenas tuvo la oportunidad, el humano envío emisarios a cada uno de los planetas del sistema solar para conocerlos más a fondo.
Particularmente, el planeta rojo, Marte, ha llamado la atención en las recientes décadas. Quizá el instinto de curiosidad es también alimentado por la imaginación de diversos autores de ciencia ficción sobre la búsqueda de vida, colonización y terraformación del planeta rojo. Tan solo del año 2000 a la fecha, 11 misiones exitosas han arribado a Marte y varias de ellas siguen activas a la fecha de publicación de este artículo.
Una de las misiones más recientes y famosas es el rover de exploración Curiosity, el cual, a su llegada en 2012, tenía una expectativa de funcionamiento de casi dos años; sin embargo, ha logrado extender su misión por más de seis años. No obstante, la NASA ya tiene una nueva misión que será una versión mejorada del rover Curiosity.
Mars 2020 es una misión de exploración de la superficie de Marte desarrollada por la NASA, la cual está considerada ser enviada al espacio en julio de 2020. Esta misión llevará consigo un rover de exploración que cuenta con, entre otros instrumentos, una cámara avanzada de visión estereoscópica, un conjunto de sensores destinados a medir el comportamiento atmosférico de Marte y un instrumento que tiene por objetivo producir oxígeno a partir de la atmósfera del planeta con el fin de tener una forma en la que los futuros colonizadores puedan producir su propio oxígeno. Además, la instrumentación avanzada, que supera al rover Curiosity, permite la detección de la composición del suelo y subsuelo marcianos con mayor precisión para la búsqueda de minerales, moléculas orgánicas y potenciales rastros biológicos.
Otra misión contemplada para el año 2020 es la misión EXOMARS, la cual es el resultado de la cooperación entre la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Agencia Espacial Rusa, Roscosmos. Esta misión cuenta contará un rover de exploración apodado Rosalind Franklin, el cual se situará en una zona con altas probabilidades de encontrar material orgánico. Las muestras del subsuelo marciano serán obtenidas por un perforador que tiene la capacidad de llegar hasta dos metros de profundidad y serán analizadas por un espectrógrafo. Además, cuenta con una cámara panorámica que permitirá la observación de la superficie marciana y una cámara especializada para obtener imágenes de alta resolución de las muestras obtenidas por el perforador.
China no podía quedarse atrás, a mediados de 2020, el país asiático lanzará su misión llamada “Orbitador de Teledetección Global de Marte y Rover Pequeño”. Esta misión, también conocida como HX-1, pretende demostrar qué tecnología se deberá utilizar para enviar muestras del suelo marciano a la Tierra con el fin de estudiarlas a fondo con instrumentación especializada, algo que incluso la NASA tiene en mente pues traer muestras directamente desde Marte podría enriquecer las investigaciones. El rover chino sondeará el terreno marciano con equipo de radar y buscará moléculas orgánicas con sus seis instrumentos a bordo, entre los cuales destaca una cámara multiespectral que permitirá a los científicos estudiar el suelo marciano con mayor detalle. Por su parte, el orbitador cuenta con dos cámaras, una de alta resolución y una de mediana resolución, que permitirán cartografiar la superficie marciana en conjunto con imágenes de radar.
También en el año 2020, Japón pondrá en la órbita marciana un satélite de nombre Microsatélite Marciano de Terahertz, este orbitador lleva consigo un sensor que permitirá medir las proporciones de isótopos de oxígeno en las moléculas de gases que componen la delgada atmósfera de marte. El objetivo de la misión es proporcionar datos suficientes a los científicos para entender las cadenas de reacciones químicas que permiten que exista abundancia de dióxido de carbono en la atmósfera marciana.
Por otro lado, la Agencia India de Investigación Espacial (ISRO por sus siglas en inglés) pondrá en órbita marciana la Misión de Órbita Marciana 2 (MOM2) la cual espera ser lanzada entre los años 2022 y 2023. Esta misión, también conocida como Mangalyaan 2, consistirá de un orbitador, un lander y un rover. El orbitador permitirá a los científicos estudiar la atmósfera y la superficie marciana, además de funcionar como enlace entre la tierra y el rover, mismo que explorará la superficie y el subsuelo marcianos.
Hacia el año 2024, Japón planea enviar una sonda hacia marte, pero, en lugar de orbitar el planeta rojo, está destinada a orbitar una de sus lunas, Fobos. La misión lleva por nombre Exploración Lunar Marciana (MMX por sus siglas en inglés), la cual tiene por objetivo obtener información sobre el satélite marciano, pero más importante, obtener una muestra de este. La sonda regresará de vuelta a la Tierra hacia el año 2029 y dejará caer la muestra marciana obtenida en nuestro planeta, con ella los científicos esperan desentrañar los misterios sobre la formación de Marte y sus satélites de una vez por todas. Esta misión también tiene como objetivo mejorar la tecnología y las técnicas para los viajes no tripulados y tripulados de ida y vuelta a Marte y sus satélites
Con tantos orbitadores, landers y rovers en Marte y sus alrededores, la humanidad no se quiere quedar atrás y también ansía llegar al planeta rojo. En esta era moderna pareciera que una nueva carrera espacial se ha desatado con objetivo de llevar a la humanidad a Marte y establecer una colonia habitable. En su momento los protagonistas de la carrera espacial en la década de 1960 fueron dos países enteros, pero en esta ocasión es entre un grupo de millonarios conocidos por sus grandes empresas: Elon Musk con SpaceX, Jeff Bezos con Blue Origin, Paul G. Allen con Vulcan Aerospace, Richard Branson con Virgin Galactic, y Yuri Milner con Breakthrough Starshot. Todos ellos apuestan a las décadas de los 2020’s y 2030’s para llevar a la humanidad a Marte, sin embargo, el propio cuerpo humano primero deberá vencer los retos que supone un viaje de larga duración, y quizá sin retorno, un espacio reducido, recursos limitados y toda la hostilidad que el planeta Marte le pueda ofrecer.