El gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) pretende lograr la autosuficiencia en granos básicos (maíz, frijol, trigo panificable y arroz) simultáneamente a la generación de empleos rurales, la preservación de la calidad de tierras laborables, del agua y de la biodiversidad, y de mejorar la calidad de vida de la población rural, por lo menos, la de menores ingresos económicos. Las limitantes, el exiguo presupuesto canalizado a la agricultura y al desarrollo social: entre 2014 y 2015, 0.5 por ciento del Producto Interno Brito (PIB) se canalizó hacia esas actividades, entre 2017 y 2019 fue de 0.3 por ciento del PIB y para 2020 será de 0.17 porciento, así como la multiplicidad de objetivos concomitantes a un mismo instrumento. En general, el objetivo es aumentar la producción de alimentos, tanto los de origen agropecuario como los de la pesca y acuacultura, y lograrlo con los pequeños y medianos productores, a través de prácticas culturales que no degraden los recursos utilizados y preserven la biodiversidad y el equilibrio de los ecosistemas.
Los programas ejercidos en esa perspectiva son los de elevar la producción alimentaria para el bienestar; los precios de garantía para maíz, arroz, frijol, trigo panificable y leche: los orientados a aumentar la producción de café y caña de azúcar; el crédito ganadero a la palabra; el abasto rural de la canasta básica de 40 productos a través de Diconsa; aprovisionamiento de fertilizante; fomento a la agricultura, ganadería y a la productividad pesquera y acuícola; agromercados sociales y sustentables; desarrollo social, y sanidad e inocuidad de productos agropecuarios (AMLO. Primer Informe de Gobierno.1/09/19; páginas 289-299).
Los programas mencionados afrontan los principales desafíos engendrados por el neoliberalismo: insuficiente producción de alimentos, abandono de actividades agrícolas, desempleo, pobreza rural y degradación de suelos agrícolas. En un cuarto de siglo de apertura comercial y neoliberalismo dejamos de sembrar un millón 200 mil hectáreas de maíz, frijol, trigo y arroz, y el saldo de la balanza de esos granos fue de -57 mil millones de dólares. La autosuficiencia alimentaria se trastocó en dependencia y pobreza alimentaria. Actualmente se promueve aumentar la producción alimentaria con campesinos, en particular aquellos que poseen pequeñas unidades de producción y cultivan semillas nativas en tierras de temporal.
El programa Producción para el bienestar está orientado al incremento de alimentos en superficies de temporal menores a 20 hectáreas que siembren maíz, frijol, arroz y trigo panificable; el presupuesto del año en curso es de 9 mil millones de pesos (mp). El programa para recuperar la producción de café tiene un presupuesto de mil 12 mp y aplica a los que cultiven hasta una hectárea de café, a quien se le proporciona 5 mil pesos. El programa para la caña de azúcar tiene un presupuesto de mil 241 mp y aplica a productores que siembren hasta cuatro hectáreas, a quienes se les habilita con 7 mil 300 pesos.
Los precios de garantía fue un programa que se eliminó con la apertura comercial y que ahora se reestablece sólo para cinco productos, con la diferencia que actualmente aplica a los alimentos que proceden de pequeños y medianos productores ubicados en localidades de alta marginación y pobreza que vendan sus cosechas a centros de acopio públicos de Diconsa; el precio de garantía es por lo menos 30 por ciento superior al del mercado. El objetivo de este programa es aumentar la producción de alimentos inocuos, generar empleo y mejorar la calidad de vida de los productores (estimados en dos millones).
El maíz se pagará a 5.61 pesos por kilo más 15 centavos por kilo para compensar el transporte hasta el centro de acopio, aplica a productores que siembren hasta cinco hectáreas de temporal y el límite de acopio por productor es de 20 toneladas; el programa pretende beneficiar a un millón 600 mil productores. El maíz acopiado en las bodegas de Diconsa se venderá a 5 pesos por kilo.
El frijol se comprará a 14.50 pesos el kilo y aplica para aquellos que siembren hasta 30 hectáreas de temporal (o hasta cinco en tierras de riego); el límite de acopio es de 15 toneladas por productor y la población objetivo se estima en 300 mil productores. El precio de venta de este producto es de 14 pesos el kilo.
El precio de garantía del trigo es de 5.79 pesos por kilo y se acopiara hasta 100 toneladas por productor. El arroz tiene un precio de garantía de 6.12 pesos por kilo y el límite de acopio por productor es de 120 toneladas. La leche se pagará a 8.20 pesos por litro y pretende beneficiar a 8 mil pequeños ganaderos, a quienes se les pagará la diferencia entre el precio al que vendieron su leche a un particular y el precio de garantía. La garantía de un precio que permita recuperar costos de producción y lograr un beneficio estimula el incremento en la superficie sembrada, pero no necesariamente labores culturales de bajo impacto ambiental.
El programa de fertilizante y semillas mejoradas aplica a quienes cultiven maíz, frijol y arroz en superficies de hasta tres hectáreas, el propósito de este programa es aumentar los rendimientos por unidad de superficie.
El crédito ganadero a la palabra es para mejorar el hato ganadero de los pequeños productores, su presupuesto es de 4 mil mp. El programa de fomento ganadero es para la producción, comercialización e industrialización de productos pecuarios, su presupuesto es de 500 mp.
Para mejorar la calidad de vida de los campesinos se aplica el programa de abasto rural de Diconsa que vende a precios menores a los del mercado una canasta de 40 productos básicos a través de 27 mil tiendas comunitarias y 300 tiendas móviles. El programa de Desarrollo Rural pretende aumentar la producción alimentaria de los pequeños productores agrícolas ubicados en mil 115 municipios de alta marginación y pobreza, su presupuesto es de 4 mil 767 mp.
Para favorecer la comercialización y almacenamiento de medianos y pequeños productores agrícolas el presupuesto es de 6 mil 316 mp y en actividades de sanidad e inocuidad agropecuaria y de pesquería el presupuesto es de 6 mil 666 mp. Para favorecer la producción de alimentos de agua dulce y salada el presupuesto anual es de mil 217 mp y se apoya con 7 mil 200 pesos a los pescadores o productores de acuacultura.
El programa Fomento a la agricultura explícitamente registra proteger el medio ambiente y alentar prácticas agroecológicas amigables con el medio ambiente, sin desatender el incremento de la producción y la generación del empleo rural. Con un presupuesto de 4 mil 316 mp pretende habilitar hasta cinco millones de hectáreas y elevar los rendimientos de maíz en tierras de temporal de dos a cuatro toneladas por hectárea.
Hay una definición explícita del sujeto de los programas y del objetivo: pequeños y medianos productores agrícolas y lograr la autosuficiencia en granos básicos (maíz, frijol, trigo y arroz) y hay garantía de un uso eficiente y probo de los recursos, pero éstos equivalen a 0.3 por ciento del PIB en 2019 y serán 0.17 por ciento del PIB en 2020, son muy pocos para el logro de las metas establecidas. El objetivo de preservar el medio ambiente y conservar la calidad de la tierra y el agua con prácticas agroecológicas, en el mejor de los casos, sólo atiende al 40 por ciento de los productores de alimentos, que son los que menos agreden al ambiente con sus prácticas agrícolas; los grandes contaminadores, la agricultura capitalista de monocultivo tiene vía libre para para contaminar suelos, aguas, alimentos y biodiversidad.