Se ha llevado a cabo estudios para determinar el efecto que tienen las drogas en distintos seres vivos. Algunos de los más ilustrativos son los que se ha realizado administrando varios tipos de drogas a arañas, para ver cómo resisten la toxicidad de estos químicos.
Para administrar la droga hay distintas técnicas. En algunos casos, lo que hacen es disolverla en agua azucarada y dale a beber una gotita de este líquido a la araña con una jeringa. En otros, rocían la solución narcótica sobre la red y ponen una mosca en ella; cuando la araña empieza a envolver a la mosca, sin querer, va consumiendo la droga. A veces, alimentan a las arañas directamente con insectos impregnados de la sustancia.
Telaraña hecha con cafeina |
En cualquier caso, el estupefaciente se administra varias horas antes de que la araña tenga su siguiente periodo de construcción. Cuando, parece que la droga ha tenido efecto, destruyen su telaraña y después analizan cómo construye la nueva red.
Como resultado de estos experimentos, han encontrado que dependiendo de la droga que se les dé, los patrones de las telarañas cambian notablemente.
Las arañas a las que les administran mescalina o peyote, tejen sus telas dejando espacios cada vez mayores conforme se alejan del centro.
El hashish o hachís no sólo ocasiona que las arañas dejen espacios más grandes entre los hilos, sino que incluso impide que terminen la red.
Las que ingieren LSD aún tejen en patrones simétricos, pero distintos: tienen forma de espirales y parece que la telaraña sigue y sigue…
Las arañas que consumen marihuana empiezan a tejer una red con forma distorsionada, pero no la acaban.
A las que les dan benzedrina (que es un tipo de anfetamina), construyen sus redes más rápido, pero dejan muchos huecos.
Cuando consumen cafeína, los patrones que fabrican son completamente asimétricos, carentes de la planeación que parecen tener siempre las telarañas.
Si ingieren alcohol, las telarañas son asimétricas, tienen menos rayos de soporte y menos cuadritos o celdas, además de que las celdas son mayores de lo normal y están distribuidas irregularmente.
Además de los efectos en las telas, existen cambios en el comportamiento de las arañas que se pueden detectar. Por ejemplo, en el caso particular de las que fueron alcoholizadas, se notó que rompían sus redes, haciéndoles grandes hoyos, y se sujetaban entre ellas (en alguna especie de acto romántico). Sabemos que el alcohol suele tener, en los humanos, efectos como la reducción de la coordinación, aumento de agresividad y disminución en las inhibiciones.
Las similitudes en los comportamientos entre ambas especies nos sugiere que los efectos de las sustancia son parecidos en las arañas y en los humanos. Esto nos invita a reflexionar, si las drogas les hacen eso a las arañas, ¿qué te harán a ti?
Referencia:
“The Effects Of Alcohol on spiders”. Victor E. Cross
The American Biology Teacher Aug 2006 : Vol. 68, Issue 6, pg(s) 347-352 doi: 10.1662/0002-7685(2006)68[347:TEOAOS]2.0.CO;2