La noche del próximo 13 de noviembre varios planetas estarán distribuidos para su observación a lo largo de la noche. Si el horizonte poniente de su localidad está despejado, incluso en las horas del crepúsculo se podrá observar a Venus (20:56), seguido de Saturno (23:15) y Júpiter (00:25 domingo), y aunque Neptuno (02:20 domingo) y Urano (6:01 domingo) estarán en el cielo visible, siempre es más difícil observarlos, ya que se requiere un telescopio mediano. Entre paréntesis hemos anotado, en horario de la CDMX, la hora en que cada uno de los planetas se oculta.
Ya que Júpiter estará accesible una buena parte de la noche, será interesante observar, a través de un telescopio modesto, la disposición de los cuatro satélites galileanos: Io, Europa, Ganímedes y Calixto. Mientras que, en el caso de Saturno, podremos apreciar sus anillos y algunas de sus lunas, como Encélado, Tetis, Dione, Titán y Rea.
Con una mayor altitud que la de los planetas, el próximo objeto a observar debe ser nuestro satélite natural. La Luna se encontrará en fase entre creciente y llena, tendrá una iluminación de 75.9 por ciento y se ocultará hasta la madrugada del domingo. En esta fase, se podrán observar los Mares de la Crisis, de la Tranquilidad, de la Serenidad y de la Fecundidad, así como varios cráteres, listados en la tabla.
Además de estos objetos, hay otros tres con los que será posible alternar el apuntado durante las primeras horas de la noche: Albireo, una estrella doble en la constelación del Cisne; M15, un cúmulo globular en la constelación del Pegaso; y M31, la Nebulosa de Andrómeda, una galaxia espiral en la constelación del mismo nombre.
Albireo (β Cyg), es una espectacular estrella doble, que incluso los telescopios más pequeños pueden resolver, debido a la separación angular de sus componentes y al alto contraste en sus colores. Este contraste se debe a que cada estrella tiene una temperatura diferente, unos 4,100 ºC para la estrella roja y alrededor de 12,000 ºC para la estrella azul. Podemos localizar a Albireo en el extremo oeste de la constelación del Cisne.
La noche de la Noche de las Estrellas, también estarán accesibles dos cúmulos globulares, M2 y M15, y podremos apreciarlos incluso con binoculares o un telescopio modesto. Estos cúmulos pueden conglomerar hasta varios cientos de miles de estrellas ligadas gravitacionalmente. Son estructuras altamente simétricas que contienen estrellas viejas, todas de la misma edad, y que se formaron cuando el Universo era mucho más joven. M2 y M15 se encuentran en las constelaciones de Acuario y Pegaso, respectivamente. M2 es un cúmulo globular de fácil observación, es uno de los mayores cúmulos globulares conocidos, en excelentes condiciones de observación puede ser visible a simple vista. Si utilizamos un telescopio con diámetro mayor a 15 cm podremos distinguir estrellas individuales.
Existe otro tipo de cúmulos formados por un número menor de estrellas, hasta de algunos cientos, tienen forma irregular y sus estrellas son azules y jóvenes. Se les denomina cúmulos abiertos y el 13 de noviembre podremos apreciar dos cúmulos abiertos muy bonitos y de muy fácil observación con telescopios pequeños: el Cúmulo Doble de Perseo, ubicado al norte de la constelación del mismo nombre, limitando con la constelación de Casiopea. Descubiertos por Hiparco de Nicea en el año 130 a.C., también se les conoce como h y χ de Perseo o NGC 869 y NGC 884.
M31, la famosa Nebulosa de Andrómeda, es una galaxia espiral gigante en la constelación de Andrómeda, es la más grande y brillante de las galaxias del Grupo Local, al cual pertenecen también la Vía Láctea y alrededor de otras 50 galaxias enanas. La primera referencia de la existencia de M31 se debe al astrónomo persa Azophi, quien en el año 961 la describe en su Libro de las Estrellas Fijas como una pequeña nube en la constelación de Andrómeda. La masa y distancia estimadas son 1.3 x 1012 veces la masa del Sol y 2.5 millones de AL, respectivamente. Sin duda, es el objeto astronómico más lejano que podemos apreciar a simple vista. Se ha determinado también que se está acercando a nuestra la Vía Láctea con una velocidad de 300 km/s, de tal manera que podría chocarnos en unos 3 a 5 mil millones de años. M31 contiene muchos cúmulos globulares y varias galaxias satélites, podemos destacar a M32, M110, NGC 185 y NGC 147. Otra galaxia espiral accesible se localiza en dirección de la vecina constelación del Triángulo, se le conoce como M33 y es más pequeña que M31 y nuestra galaxia, ya que la masa estimada es de “apenas” unas 5 x 1011 masas solares.
Para cerrar la jornada nocturna, podemos apuntar hacia dos objetos espectaculares, ya parte del cielo de invierno, la Nebulosa de Orión (M42) y las Pléyades (M45): una nebulosa difusa situada al sur del Cinturón de Orión y un cúmulo estelar abierto. M45 contiene estrellas calientes, de mediana edad, y se localiza en dirección de la constelación del Toro, mientras que M42 es una de las nebulosas más brillantes que existen y bajo buenas condiciones puede ser visible a simple vista.
M42 se ubica al centro de la llamada espada de Orión, formada por tres estrellas situadas al sur del Cinturón de Orión, formado, a su vez, por las estrellas Mintaka, Alnilam y Alnitak. A simple vista la nebulosa aparece borrosa, pero con binoculares o telescopios pequeños se puede observar con bastante nitidez. Esta nebulosa forma parte de la inmensa nube de gas y polvo llamada Nube de Orión, una de las regiones más activas de formación estelar en nuestra vecindad. Contiene un cúmulo abierto denominado Cúmulo del Trapecio, por el asterismo que forman sus cuatro estrellas principales.
M45 es, sin duda, el cúmulo abierto con mejor visibilidad. A simple vista podemos observar las siete estrellas más brillantes del cúmulo: Atlas, Alcyone, Merope, Electra, Maia, Taygeta y Galeano. Con binoculares o telescopios podremos apreciarlas mucho mejor, y si vamos aumentando cada vez más la apertura del telescopio, veremos una mayor cantidad de las más de 500 estrellas que componen este magnífico cúmulo estelar, que están concentradas en un espacio de 30 AL y que se encuentran a una distancia de 440 AL. Desde luego que mientras más grande sea el telescopio que utilicemos, mayor será el número de estrellas que podremos observar, sin embargo, si utilizamos oculares de poco aumento, podremos apreciar toda la belleza del cúmulo.
Como cada año, esperemos, y les deseamos, cielos despejados para poder observar todas estas maravillas del firmamento durante la Noche de las Estrellas.
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