Han sido días de hablar y presumir el contenido de nuestras carteras y no es porque tengamos mucho dinero, sino que para muchos han sido pequeñas obras de arte que circulan de mano en mano. ¿Cuánto es, jefa? Son 20 pesos. ¡Ah, caray! Como que solo traigo un billete y es de los nuevos, ¿lo doy o mejor regreso? Es una pregunta que salta constantemente a los compradores al momento de pagar algún bien o servicio y es que simplemente tener uno de estos billetitos mexicanos se ha vuelto tema de conversación en redes sociales, mesas de café, reuniones y hasta en clases, un pequeño fragmento de historia y un pequeño recordatorio de un México megadiverso es lo que nos espera en cada denominación.
Quizá ya tienes un billete de 20 pesitos en tus manos, obsérvalo atentamente y encontrarás una obra artística con una cédula que dice “Solemne y pacífica entrada del Ejército de las Tres Garantías a la Ciudad de México el día 27 de septiembre del memorable año de 1821, de autor anónimo y que forma parte de la colección del Museo Nacional de Historia, Castillo de Chapultepec. A la izquierda ondea la Bandera del Ejército de las Tres Garantías y a la derecha, la bandera de México. Pero se pone más interesante al reverso, ya que nos da una probadita de uno de los tantos paisajes que nos regala la Reserva de la Biósfera de Sian Ka´an, en Quintana Roo, en esta postal encontramos un manglar, este ecosistema es muy importante, ya que nos brinda un sinfín de servicios ambientales, lamentablemente, hoy en día se encuentra en riesgo su conservación; en dicho ecosistema encontramos a un cocodrilo que engalana esta maravillosa imagen y es menester recordar que en México contamos con dos especies de cocodrilos, Crocodylus moreletii, Crocodrylus acutus y una de caimán. Surcando el cielo encontraremos a una espátula rosada (Platalea ajaja), una especie verdaderamente hermosa, llega a medir aproximadamente 71 centímetros y se alimenta de crustáceos, insectos, moluscos, anfibios y algunos peces. Sin duda, cuando sacamos un billete de 20 pesos tenemos entre nuestras manos un pequeño recordatorio de lo maravillosa que es la historia y naturaleza mexicana. Pero la cosa cambia cuando le preguntamos al señor de la tienda cuánto debemos y nos dice: ¡Son 50 pesitos, joven! En definitiva, bueno, no sé ustedes, pero estamos seguros que sacaremos las monedas desde las profundidades de nuestros bolsillos o un billete de 100 pesos o hasta de 200, pero nunca el de 50, aunque el señor de tan respetado establecimiento se vea en la necesidad de acudir con el vecino para buscar quién le cambie el billete, solo nos quedamos viendo y hacemos gestos indicando que se ha tardado en darnos el cambio correspondiente, pero pensando: “El de a 50 ni de loco se lo doy” Ya que este billete representa, arte, cultura y tradición —esto sí que sonó muy bien, ¿no?— La verdad es que aunque México se quede sin billetes de esta denominación, estamos seguros que todos guardarán uno de estos, veamos y desmenucemos esta hermosa versión del domingo que dan los abuelos a sus nietas y nietos. Este billete presenta una viñeta de una parte de un monolito denominado “Teocalli de la Guerra Sagrada” que muestra un águila (posiblemente Aquila chrysaetos) posada sobre un nopal (posiblemente Opuntia sp), pero en este monolito, que se encuentra en el Museo Nacional de Antropología, el ave rapaz tiene en el pico el denominado “Atl tlachinolli” el cual representa la metáfora de la guerra sagrada. Es importante mencionar que dicho monolito fue esculpido bajo las órdenes de nada más y nada menos de Moctezuma II, que dicho sea de paso fue uno de los gobernantes más importantes y quizá de los que más se interesó en la conservación, conocimiento y protección de la naturaleza, ya que tuvo el primer zoológico para América y en él se tenían muchas aves, y quizá lo que llamó más la atención de dicho recinto fue lo que los españoles denominaron la casa de las bestias, en donde se tenía en cautiverio serpientes venenosas, entre otros animales. Si continuamos con este billete encontraremos al fondo una representación de la gran ciudad de Tenochtitlan, basada en una parte en el mural de Diego Rivera, el cual se encuentra en el Palacio Nacional en la Ciudad de México y cuyo nombre es “La gran Tenochtitlan (Vista desde el mercado de Tlatelolco), es imposible imaginar el trabajo del “Sapito rana” sin ajolotes o xoloitzcuintles. Por eso si vemos el reverso de este billete encontraremos nada más y nada menos uno de los humedales ícono de nuestro país y sin lugar a dudas uno de los que tienen mayor riesgo de desaparecer a corto plazo, en él podemos observar a una de las especies ícono de nuestro país, el ajolote, en este caso vemos a la especie Ambystoma mexicanum que en poco tiempo ha ido cobrando bastante popularidad, pero no olvidemos que el género Ambystoma está representado por al menos 33 especies, de las cuales 18 se encuentran distribuidas en nuestro país y de esas 16 especies son endémicas. Ahora sí, si bien no es grato mencionar que los nuevos billetes son un agasajo a los ojos y que todos queremos uno para nuestra colección los invitamos a lo más importante, la reflexión, pensemos en la conservación, cuidado, conocimiento de la biodiversidad de cada especie de México y que no solo se quede en un billete de 20 o 50 pesos, sumémonos a proyectos de conservación a lo largo y ancho de nuestro país y por supuesto no dejemos de lado el conocer más de nuestra historia para hacer de este un mejor país. En próximas columnas hablaremos de los billetes que por el momento se nos han quedado en el tintero. ¡Hasta la próxima, queridos coleccionistas de billetes!
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