En su discurso en el Zócalo de la Ciudad de México del 9 de marzo del año en curso, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo (CSP), refrendó los principios axiomáticos que sustentan su quehacer: austeridad, honestidad, compromiso con el pueblo, principal sujeto de las políticas públicas, Recordó que somos un país soberano, libre, democrático e independiente, que rechaza el injerencismo y la subordinación y ofreció un trato digno y respetuoso con sus pares y exigió lo mismo de la contraparte.
Tenemos suscritos 14 tratados comerciales con 52 país donde se consigna los términos en que se harán las transacciones comerciales, uno de estos es el celebrado con Estados Unidos (EE. UU.) y Canadá con vigencia para los años 2018-2026 —el anterior tratado con estos países estuvo vigente entre 1994-2018—, mismo que fue suscrito por Donald Trump en septiembre de 2018. Los productos a los que se aplica arancel y a los que no, están referidos en los tratados y unilateralmente ninguno de los suscribientes puede desconocerlos; hay procesos, tiempos e instancias para resolver controversias. La amenaza de gravar las exportaciones mexicanas que hace Donald Trump además de ser violatoria al tratado comercial vulnera la soberanía e independencia de México, ya que condiciona la aplicación del arancel a la eficiencia de México para combatir al crimen organizado que introduce drogas a EE. UU. y a la disminución del flujo migratorio. Los principales introductores de droga detenidos en la frontera norte de México son ciudadanos de EE. UU., la droga también se produce en ese país y entra por sus numerosos puertos marítimos; respecto a los flujos migratorios, el tránsito hacia ese país y el ingreso no documentado al mismo han disminuido en 2024 según fuentes migratorias oficiales de EE. UU.
En México la estrategia y política neoliberal aplicadas desde los años noventa han generado dependencias comercial, tecnológica y financiera de los EE. UU.; la destrucción de la estructura productiva nativa; una acelerada precarización laboral que se expresó en una migración laboral hacia ese país, y un aumento de la pobreza y la indigencia. Ante este panorama, CSP refrendó la estrategia para expandir el mercado interno: incremento del empleo, de la masa salarial y del ingreso para estimular la demanda; ser autosuficientes en alimentos básicos y energéticos; aumentar la inversión pública en programas carreteros y de vivienda; promover la producción nacional orientada al mercado interno y refrendó la vigencia de los programas sociales (becas, ayuda a los adultos mayores y a los discapacitados, sembrando vida, producción para el bienestar, fertilizantes gratuitos, becas a todos los matriculados en escuelas públicas, apoyo a mujeres cuyas edades se ubiquen entre 60 y 64 años y el programa de salud casa por casa). La estrategia implicará modificar los términos del tratado comercial vigente con Canadá y EE. UU., cambiar las funciones del Banco de México, bajar la tasa de interés y promover la producción de por lo menos, alimentos básicos y energéticos. La dependencia alimentaria nos vulnera: el año pasado la importación de maíz fue de 25.2 millones de toneladas y la producción nacional del mismo se estimó en 23 millones, lo que significó una dependencia alimentaria de 52 por ciento de un producto donde hay semilla, tierra y conocimiento para ser, como lo fuimos antes de la globalización, autosuficiente.
Las amenazas de Donald Trump nos unen en torno a la institución presidencial, al programa de gobierno enarbolado y sobre todo, en el refrendo de soberanía, independencia y libertad respecto al gobierno de Donald Trump; las invasiones y el robo del territorio todavía mancillan nuestra dignidad y patriotismo. Las amenazas de arancel a los productos mexicanos fueron en enero de este año, cuando la aprobación del gobierno de CSP era de 78 por ciento, según Polls.Mx; un mes después, subió tres puntos, ese nivel de aceptación ni AMLO lo tuvo, tenemos presidenta y tenemos pueblo, lo que no se puede decir de Donald Trump.
