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Biotecnología capitalista vs producción campesina

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El maíz es uno la milpa es muchos; el maíz discursea la milpa dialoga;

el maíz es ensimismado la milpa solidaria; el maíz es monocorde

la milpa polifónica; el maíz es singular la milpa plural;

los maizales son disciplinados cual desfiles militares las milpas jacarandosas

y desfajadas como carnavales; el maíz se siembra la milpa se hace;

el maíz es un cultivo la milpa somos todos.

Armando Bartra

 

 Detalle del mural Cultura Huasteca, de Diego Rivera, tomada de http://enlivenedlearning.com/wp-content/uploads/2012/12/Mural- Diego-Rivera-21-photo-by-Mirairi-Erdoza-.jpg
Detalle del mural Cultura Huasteca, de Diego Rivera, tomada de http://enlivenedlearning.com/wp-content/uploads/2012/12/Mural- Diego-Rivera-21-photo-by-Mirairi-Erdoza-.jpg

Uno de los problemas de mayor importancia a nivel mundial es el de la crisis alimentaria. En un principio se planteaba que ésta se debía  al crecimiento excesivo de la población mundial, la cual de 1960 a 2000 aumentó de 3 mil millones a 6 mil millones de habitantes. A partir de esta situación se puso en duda la capacidad del mundo para producir los alimentos necesarios que pudieran satisfacer las necesidades alimentarias básicas de la población.

En este sentido la revolución verde fue una opción que se veía factible para solucionar el problema; ésta ocurrió en México en la década de los 60 con la finalidad de generar altas tasas de productividad sobre la base de una extensión agrícola a gran escala y el uso de alta tecnología. La primera etapa se caracterizaba por la selección genética de nuevas variedades de cultivo de alto rendimiento, así como la explotación intensiva que permitía el uso del riego y el uso masivo de fertilizantes químicos, herbicidas, pesticidas y maquinaria pesada. En los 90 surgió una segunda etapa: la revolución genética, la cual consistía en unir la biotecnología con la ingeniería genética. Ésta tenía como principal aspecto la creación de organismos genéticamente modificados (OGM), mejor conocidos como transgénicos. Los OGM son organismos nuevos, creados en laboratorios, los cuales tienen el siguiente proceso: transferir de un organismo a otro un gen con determinada característica, manipulando su estructura natural y modificando así su genoma.  Estos organismos son aplicados en las plantas para reducir el número de plagas por ejemplo o para que la planta florezca aun en terrenos áridos, así como aumentar la producción. Con la revolución verde se da la incursión de la tecnología en el campo y en esta etapa de la biotecnología.

Ambas etapas siguieron el discurso de acabar con el hambre en el mundo; sin embargo, hoy sabemos que el acceso a los alimentos corresponde a un problema de distribución, mas no de producción.  Actualmente se presenta un fenómeno contrario al que se mencionó al inicio; del año 2000 a la fecha la población no ha tenido un aumento tan exacerbado como en los decenios precedentes, y la producción de alimentos ha aumentado: los granos no están siendo producidos con el fin de alimentar directamente a las personas, sino también para alimentar al ganado y para generar  biocombustibles; por lo tanto, el problema del hambre humana está lejos de ser resuelto.

La agrobiotecnología es la tecnología basada en la biología que se utiliza principalmente en la agricultura con el fin de mejorar las plantaciones y así producir más y obtener mayor ganancia; por lo tanto, ésta es utilizada mayoritariamente por la agricultura industrial. Su aplicación ha generado una discusión planteando  posturas a favor y en contra de esta tecnología.

Las posturas a favor apuntan al hecho de que la agrobiotecnología es un gran avance, pues se rompen todas las barreras en cuanto al conocimiento biológico que eran de cierto modo una limitante para el desarrollo, creando cultivos resistentes a pestes y enfermedades, crear alimentos de mayor calidad nutritiva, entre otras, mientras que las posturas en contra se pueden dividir en dos: las primeras objeciones tienen que ver con los posibles peligros a la salud (los transgénicos poseen genes de virus y bacterias patógenas que han provocado cáncer e incluso la muerte en animales que han sido utilizados en experimentos de laboratorio) y al medio ambiente (los cultivos transgénicos producen contaminación genética, la cual es esparcida a través del polen a los cultivos nativos. Recordemos que México es centro de origen del maíz y se cuenta con alrededor de 60 especies endémicas en todo el país). Y la segunda tiene que ver con aspectos como el modo en que se interpreta a la naturaleza y el alcance que la agrobiotecnología puede tener. Este es el punto a observar.

En el paradigma dominante de la ciencia moderna los desarrollos científicos siempre van de la mano con el modelo económico imperante, al que le sirven. La agrobiotecnología no se escapa. La intervención genética para el domino de la naturaleza corresponde también a un proceso básico del desarrollo del capitalismo donde ésta es privatizada para obtener una ganancia; así el material genético, la parte más pequeña de un ser vivo, el gen que es cambiado para hacerlo único, se vuelve un negocio con la formulación de patentes que legalizan la autoría de los descubrimientos en el genoma. Es así como se explica la aparición de empresas trasnacionales como Dow Agrochemical, Du Pont, Syngenta, Monsanto y Bayer Crop Science, las cuales están entre las 10 empresas biotecnológicas más grandes del mundo, las cuales acaparan 73 por ciento de las ventas en la industria farmacéutica y agrícola.

El binomio economía-biotecnología viene a ser complementado por el aspecto jurídico y legal mediante la intervención del Estado, que es el encargado de crear leyes y tratados que sirvan al modelo económico como el Tratado de Libre Comercio (TLC), el cual entra en vigor en 1994 y abre la puerta para las siembras experimentales de maíz transgénico en México, o la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados, creada en 2005, la cual “regula” legalmente las siembras experimentales.  Bajo el dominio de estos dos factores, la agrobiotecnología se convierte en una ciencia que plantea una “cosificación” de la naturaleza que reduce la vida a un simple negocio, patentándola bajo la idea de progreso y desarrollo; el paradigma dominante sigue teniendo una visión separatista hombre-naturaleza, sujeto-objeto, lo cual impide una comprensión de la complejidad que representan los ciclos biológicos que dependen de la interrelación de armoniosa de ambos

Es importante mencionar que desde la revolución verde los avances biotecnológicos están destinados a favorecer a la agricultura industrial, excluyendo a un sector importante: los campesinos.

La incursión de la tecnología en el campo rompe con las lógicas y prácticas del campesinado y el conocimiento tradicional indígena, el cual se basa en una visión holística de la naturaleza que tiene como objetivo principal obtener solo lo necesario para su subsistencia, estas prácticas tenían implícito un respeto por la tierra de donde obtenían todo, así como de los ciclos propios de la naturaleza. A partir de la modernidad y de la racionalidad propia del capitalismo, basada en el “progreso y desarrollo”, el conocimiento campesino no se amolda a estas prácticas, quedando fuera de las lógicas capitalistas, las cuales siempre tienen implícita la idea de producir más para generar mayor ganancia.

En México existe un peligro mayor en torno a un grano en especial: el maíz. Detrás de esta planta existe cultura, la base de la alimentación y el modo de vida de todo un país, aspectos que no coinciden con la racionalidad capitalista, pues tienen que ver con aspectos de valor que al capitalismo nada le importan. Aunque uno de los discursos de la biotecnología es que preserva la biodiversidad, en nuestro país se atenta contra esto, pues existen 60 especies endémicas de maíz que a través de los años los campesinos e indígenas han preservado a través de conocimientos agroecológicos tradicionales y que ahora corren el riesgo de ser patentadas y modificadas para convertirse en un producto más.

Si bien la agricultura campesina o tradicional no tiene las mismas magnitudes que la industrial o comercial, ésta promueve otra visión de la naturaleza, pues desde el principio de la agricultura el hombre ha fincado su vida a partir de su relación estrecha con ésta, agregándole un carácter simbólico que a lo largo de los años ha respetado y adaptado a sus modos de vida; por ejemplo, Centeotl era el dios del maíz; nuestros antepasados le rendían tributo para que la cosecha diera buenos frutos. Además, este tipo de agricultura promueve la soberanía alimentaria, de la cual los transgénicos también nos despojarían gracias a las patentes.

Ésta es una invitación para reflexionar hasta dónde el desarrollo tecnológico, en este caso la biotecnología puede ser benéfica o perjudicial.

 

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