La FCFM vive una etapa de solidez académica, hoy este espacio se distingue por tener una amplia oferta de actividades dirigidas a estudiantes, académicos, investigadores, profesores y público en general.
Conferencias, seminarios, congresos, olimpiadas, cursos, talleres, asesorías, cine debate, ferias de ciencias, el Encuentro Luis Rivera Terrazas, la vinculación con la sociedad las actividades en la facultad son permanentes.
Ofrecemos cinco programas de licenciatura: es de matemáticas, matemáticas aplicadas, física, física aplicada y actuaría. Y cinco posgrados: maestría en educación matemática —que surge ante la necesidad de capacitación de docentes de nivel básico, medio y medio superior—, física aplicada y matemáticas —estas dos con el nivel de competencia internacional—, y los doctorados en física aplicada y matemáticas, de nivel consolidado en los Programa Nacional de Posgrados de Calidad (PNPC) de Conacyt. Las distinciones académicas son otorgadas a los programas que en su evaluación se distinguieron su la calidad y pertinencia de los programas de posgrados. Todos sus profesores investigadores tienen grado de doctorado y pertenecen al Sistema Nacional de Investigadores (SNI).
Tenemos una población de mil 337 alumnos en licenciatura y alrededor de 200 alumnos en los programas de posgrado; sabemos que 80 por ciento de los egresados continúa con estudios de posgrado, aquí o en otras universidades. Contamos con el programas de apoyo con SEP, Conacyt y Vicerrectoría de Investigación y Estudios de Posgrado.
Indudablemente hemos ido mejorado nuestras condiciones de infraestructura, calidad y condiciones de estudio, todos los edificios cuentan con fibra óptica. Sin embargo, siempre estamos necesitados de espacios —por nuestra robusta actividad académica—, y nuestros laboratorios si bien se mantienen en óptimas condiciones, la investigación básica es costosa por eso siempre buscamos apoyo para la adquisición de material.
Actualmente participamos en 11 proyectos de investigación con Conacyt, colaboramos en varios proyectos internacionales como lo es ALICE y CMS —proyectos del gran colosionador de hadrones del CERN (Organización Europea de Investigación Nuclear), en Ginebra. Además, participamos en el impulso del Laboratorio Nacional de Supercómputo del sureste de México, un proyecto que se gestó en el año 2000 cuando creamos un clúster de cómputo que ya rinde fruto.
Esta supercomputadora atenderá necesidades de cómputo y de cálculo; realiza millones de operaciones por segundo y atenderá áreas como física, física de partículas, química, fisiología, genética —por mencionar algunos— problemas que requiere procesar mucha información en poco tiempo.
Estamos impulsando la creación del Centro de Excelencia en Física Médica Nuclear, con el objetivo de crear radioisótopos, un ciclotrón —acelerador de partículas— con aplicaciones en cancerología. La física médica es una de las terminales que tenemos en la facultad; de concretar este proyecto nos colocaríamos en la vanguardia de la Física Médica Nuclear en América Latina.
En este proyecto están involucrados investigadores de la FCFM y de unidades académicas de la BUAP como: el unidades el Instituto de Ciencias, Ciencias de la Computación, Ciencias de la Electrónica, Ingeniería Química, Ciencias Químicas, el Hospital Universitario; así como del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional, la Universidad de Guanajuato y el Instituto de Cancerología y científicos del CERN.
Proyectos de desarrollo científico como HAWC a cargo del INAOE, nacieron en esta facultad de amplia tradición científica, legado de sus fundadores. No es extraño ver a alumnos de nuestra facultad participando en proyectos del Laboratorio Nacional Fermi de física de las altas energías en Chigago, EE.UU, el CERN en Ginebra o a nuestros investigadores en el Observatorio Pierre Auger en Argentina, solo por mencionar algunos.
Al iniciar la década de los 80 la población de físico matemáticas era cercana a los 500 en los cuatro colegios: física, matemáticas, electrónica y computación. La novedad de esta última carrera provocó un crecimiento demográfico significativo; llegamos a ser 4 mil 500 alumnos, lo cual hizo que la facultad entrara en una crisis de recurso humano para poder atender a esa población.
En otras universidades de renombre se estaban implementando programas de educación masiva, por lo que decidimos establecerlo ante la necesidad de atender grupos mayores de 150 alumnos, a los que posteriormente se les ofrecía asesoría y revisión de tareas en grupos de trabajo más pequeños. Esta dinámica no fue apropiada y debimos replantear la estrategia. La biblioteca de nuestra facultad fue la primera en tener una atención de 24 horas, y era posible ver a los jóvenes trabajando.
A mediados de la década posterior, se separan los colegios de computación y electrónica con la finalidad de que se constituya como unidades académicas independientes, era una necesidad de infraestructura, recurso e independencia en los planes de estudio.
A pesar de las dificultades, en la historia de esta facultad se han enfrentado dificultades de diversa índole, todas han sido superadas en diferente medida. Hoy, la escuela vive un nivel muy sólido de calidad académica y rigor científico, nuestra tradición científica nos posiciona como una de las mejores escuelas de ciencia en el país, un agradable ambiente de trabajo y una planta docente madura.
Hoy nos preocupa la situación que vive el país, la depreciación del petróleo tendrá un impacto en el presupuesto dirigido a la educación y tristemente en producción de la conocimiento.