La mayoría absoluta de ciudadanos residentes en el municipio de Puebla perciben que su situación económica actual es peor que la del año anterior, y la del año entrante la avizoren más degradante que la presente. No confía en que la economía se recupere como tampoco en la capacidad de Enrique Peña Nieto (EPN) para resolver los grandes problemas nacionales: no le creen, tampoco les inspira confianza y dudan de su honorabilidad y liderazgo.
De los tres últimos presidentes de la República, Enrique Peña Nieto es el peor valorado. En la mitad de su gestión, a Vicente Fox Quezada (VFQ) le desaprobó 43 por ciento de los ciudadanos; en 2009 a Felipe Calderón Hinojosa (FCH) lo desaprobó 51 por ciento y, a finales de septiembre del año en curso, a EPN lo desaprobó 82 por ciento de los ciudadanos del municipio de Puebla que disponen de teléfono fijo. La valoración de esas gestiones tiene el mismo comportamiento: en una escala del uno al diez, como la de la escuela, a VFQ lo aprobaron con 6.9 puntos en 2003; a FCH lo acreditaron por compasión con 6.3 puntos en 2009, mientras que a EPN lo reprobaron en 2015 con 4.7 puntos. Si la escala de valoración es en términos de muy buena, buena, mala o muy mala, VFQ registró 39 opiniones positivas por 25 negativas; FCH tuvo 35 positivas por 26 negativas y EPN es el único con 14 valoraciones positivas por 59 negativas, estos registros fueron realizados a mitad de la gestión presidencial y siempre con el mismo instrumento y aplicados de la misma forma (teléfono) y por la misma empresa (La Jornada de Oriente).
Los ciudadanos del municipio de Puebla que disponen de teléfono residencial no suelen ser muy generosos con la institución presidencial, por lo general son un poco distantes cuando lo prometido es incumplido, hay manifiesta incapacidad para conducir el timón y hay notable evidencia de corrupción, negligencia y complicidad del ejecutivo federal. A mitad de su gestión, 61 por ciento de los ciudadanos tenía poca o ninguna confianza en VFQ, 71 por ciento de los ciudadanos desconfiaba de FCH, y 93 por ciento de los ciudadanos tienen poco o ninguna confianza en EPN. El descrédito de la institución presidencial no fue revertido por el masivo reparto de televisores digitales ni por el falso duelo compartido con los familiares de los estudiantes desaparecidos y asesinados de Ayotzinapa. La gestión presidencial prende de alfileres y EPN cree que está en la cima del liderazgo: ya ofreció puntal combate al neopopulismo pero ninguna rectificación a su estrategia ni a las políticas públicas, sigue en picada.
Los mensajes a la nación del Ejecutivo presidencial no tienen credibilidad; las imágenes del México próspero, garante de la seguridad, la democracia, la transparencia y de los derechos humanos no es compartida por los ciudadanos del municipio de Puebla: ocho de cada diez ciudadanos considera que la administración de EPN es ineficiente para atender las tareas propias del cargo; siete de cada diez está convencido que EPN no posee las cualidades deseadas de un mandatario (honradez, credibilidad, liderazgo, cercanía con la gente, tolerancia y capacidad); ocho de cada diez ciudadanos estima que no apoya a los grupos vulnerables, y 56 por ciento de los ciudadanos cree que la relación de EPN con los otros poderes de la Unión y con los otros niveles del Poder Ejecutivo es mala.
A mitad de su gestión, 64 por ciento de los ciudadanos del municipio de Puebla creía poco o nada en los mensajes de VFQ; 58 por ciento dijo lo mismo de FCH en 2009; a fines de septiembre de este año, 85 por ciento de los ciudadanos le creían poco o nada a EPN cuando da sus mensajes. No es descartable que la deslegitimidad de EPN se traduzca en un retiro del cargo, ya no le sirve ni a sus patrocinadores, en cuyo nombre ha ejecutado los macroproeyectos y las macroreformas concomitantes.