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Memoria del fuego II. Las caras y las máscaras

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1714 / Ouro Preto/ El médico de las minas

Este médico no cree en drogas ni en los carísimos polvitos venidos de Portugal. Desconfía de las sangrías y las purgas. Luis Gomes Ferreira aconseja a sus pacientes un baño por día, lo que en Europa sería claro signo de herejía o de locura, y receta hierbas y raíces de la región. Muchas vidas ha salvado el doctor Ferreira, gracias al sentido común y a la antigua experiencia de los indios y con la ayuda de la moza blanca, aguardiente de caña que resucita moribundos.

Eduardo Galeano. Memoria del fuego II. Las caras y las máscaras. Siglo XXI editores, vigesimocuarta reimpresión, 2013.
Eduardo Galeano.
Memoria del fuego II.
Las caras y las máscaras.
Siglo XXI editores,
vigesimocuarta reimpresión, 2013.

Rara vez el médico atiende a un enfermo negro. En las minas brasileñas, el esclavo se usa y se tira. En vano el doctor Ferreira recomienda a los amos un trato más cuidadoso, porque así están pecando contra Dios y contra sus propios intereses. En los lavaderos de oro y en las galerías subterráneas no hay negro que dure 10 años, pero un puñado de oro compra un niño nuevo, que vale tanto como un puñado de sal o un cerdo entero.

 

1761 / Cistell / Canek

Los indios mayas proclaman la independencia de Yucatán y anuncian la próxima independencia de América.

—Nomás que puras penas nos ha traído el poder de España.

Jacinto Uc, el que acariciando hojas de árboles hace sonar trompetas, se hace rey. Canek, serpiente negra, es su nombre elegido. El rey de Yucatán arenga a los demás indios. Los profetas habían dicho que despertará quien muera peleando. Dice Canek que es rey contra el poder de los poderosos y anuncia el fin de la servidumbre y de los postes de flagelación y de los indios en fila besando la mano del amo.

 

1761 / Mérida / Pedazos

Después de mucha muerte, lo han apresado. Acusan a Canek de haber azotado a Cristo y de haber llenado de pasto la boca de Cristo.

Lo condenan. Van a romperlo vivo, a golpes de hierro, en la plaza mayor de Mérida por haberse “Levantado contra Dios y contra el Rey”.

Lo descuartizan poco a poco, sin regalarle el alivio de la muerte y van arrojando sus pedazos a la hoguera.

 

1780 / Bolonia / Clavijero defiende a las tierras malditas

Uno de los jesuitas expulsados de América, Francisco Javier Clavijero, escribe en Italia su <<Historia antigua de México>>. El sacerdote cuenta la vida de un pueblo de héroes, acto de toma de conciencia, conciencia nacional, conciencia histórica, de los criollos que empiezan a llamar México a la Nueva España y ya pronuncian con orgullo la palabra patria. La obra asume la defensa de América, tan atacada en estos años desde Europa: Si América no tenía trigo, tampoco Europa tenía maíz… Si América no tenía granadas o limones ahora los tiene; pero Europa no ha tenido, ni tiene ni puede tener chirimoyas, aguacates, plátanos, chicozapotes…

 

1780 / Sangarara / Arde América de la cordillera al mar

Han pasado dos siglos desde que el sable del verdugo partió el cuello de Túpac Amaru, el último de los Incas, en la plaza Mayor del Cuzco. Se realiza ahora el mito que en aquel entonces nació de su muerte. La profesía se cumple: la cabeza se junta con el cuerpo y Túpac Amaru, renacido, ataca.

José Gabriel Condorcanqui, Túpac Amaru II, entra en el pueblo de Sangarara, al son de grandes caracoles marinos, para cortar el mal gobierno de tanto ladrón zángano que nos roba la miel de nuestros panales. Tras su caballo blanco, crece un ejército de desesperados. Pelean con hondas, palos y cuchillos estos soldados desnudos. Son, la mayoría, indios que rinden la vida en vómito de sangre en los socavones de Potosí o se extenúan en obrajes y haciendas. Pero quienes caigan en esta guerra tienen seguridad de que renacerán después. Y muchos mestizos se suman al levantamiento. Unos cuantos criollos, europeos de sangre pero americanos de nacimiento.

 

1781 / Cuzco/ Auto sacramental en la cámara de torturas

Atado al potro del suplicio, yace desnudo, ensangrentado, Túpac Amaru. La cámara de torturas de la cárcel del Cuzco es penumbrosa y de techo bajo, Un chorro de luz cae sobre el jefe rebelde, luz violeta, golpeadora. El representante del rey de España está sentado junto a la manivela. Cuando la hace girar, una nueva vuelta de cuerda atormenta a los brazos y las piernas de Túpac Amaru y se escuchan entonces gemidos ahogados.

 

1795 / La Habana / ¿Imaginó el rebelde de Galilea que sería mayoral de esclavos?

En las plantaciones cubanas de azúcar, los esclavos no sufren desamparo. El amo los redime por el trabajo y les abrevia la estancia en este valle de lágrimas; y los frailes los salvan del infierno. La Iglesia recibe el cinco por ciento de la producción de azúcar por enseñar a los esclavos que Dios los ha hecho esclavos, que esclavo es el cuerpo pero libre el alma, que el alma es como el azúcar blanca, limpiada de raspadura en el purgatorio, y que Jesucristo es el gran mayoral que vigila, apunta méritos, castiga y recompensa.

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