Los poblanos no estamos satisfechos con la vida, de 32 posiciones posibles nos ubicamos en la penúltima, centésimas por arriba de Oaxaca: uno de cada cuatro ciudadanos poblanos se consideró insatisfecho en tanto que tres de cuatro se percibieron satisfechos con la vida; el promedio fue de 7.6 en escala de 0 (totalmente insatisfecho) a 10 (totalmente satisfecho). En la República Mexicana uno de cada seis ciudadanos se consideró insatisfecho con la vida y cinco de seis, satisfechos; el promedio nacional de satisfacción fue 8.0. La relación entre satisfacción con la vida y los niveles de ingreso y escolaridad es directa, e inversa con relación a la edad. El balance entre el estado de ánimo positivo (buen humor, tranquilidad, vitalidad, concentración, alegría) y negativo (mal humor, ansiedad, sin vitalidad, aburrido y triste) fue de 5.6 para el país y de 5.1 para Puebla, la escala es de 0 (en ningún momento del día) a 10 (todo el día).
El lnstituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) es la fuente de estos indicadores subjetivos de calidad de vida y los generó a través de un módulo de bienestar autorreportado aplicado entre agosto y diciembre de 2014 con cobertura estatal (Biare ampliado). Se consideraron 10 tópicos (satisfacción con la vida en general en el momento actual y un quinquenio antes, dominios específicos de satisfacción, sentido de plenitud, estados afectivos del ser, satisfacción personal, datos socioeconómicos, situaciones recientes, vida social y biografía) referidos a la medición subjetiva propuesta por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OECD) y se aplicaron 185 preguntas. La entrevista a ciudadanos fue cara a cara en sus hogares, el tamaño de la muestra nacional fue de 44 mil 518 en tanto que la correspondiente a la entidad poblana fue de mil 821.
El Biare ampliado incluye 14 rubros de dominio particular de satisfacción (vida social, familiar y afectiva; nivel de vida, salud, logros en la vida, perspectivas a futuro, disponibilidad de tiempo libre, seguridad ciudadana, actividad que se realiza, vivienda, vecindario, ciudad o localidad, y país); las de mayor valoración son las referidas a vida familiar y afectiva; las de menor, las relativas a la seguridad y satisfacción con el país. En el caso de Puebla, 92 por ciento de los ciudadanos estuvo satisfecho con su vida familiar (calificación de 8.9) y 83 por ciento manifestó satisfacción con su vida afectiva (calificación promedio de 8.3); 47 por ciento de los ciudadanos estuvo satisfecho con la seguridad ciudadana (calificación de 5.8) y 63 por ciento mostró satisfacción con su país (6.0 calificación). La conversión de la escala de razón (0 al 10) a escala ordinal establecida por el Inegi es: muy insatisfecho corresponde a valores de 0 al 4, insatisfecho a valores de 5 a 6, satisfecho a valores de 7 a 8 y muy satisfecho a valores de 9 a 10. La redacción de las preguntas formuladas para los dominios de satisfacción no son neutras, enuncian un solo sentido del bienestar (“qué tan satisfecho está…”) y se ofrece una escala de respuesta de 0 al 10, pero el enunciado no incorpora las opciones satisfecho o insatisfecho, que es lo usual en preguntas que pretenden neutralidad.
El balance anímico de mayores registros fueron los relativos a motivados/aburridos y alegría/tristeza; los peores, los relacionados con la tranquilidad/estrés y vitalidad/cansancio. El balance de buen/mal humor y de tranquilidad/ansiedad varía proporcionalmente a la edad, en tanto que los balances de vitalidad/cansancio, concentrado/desinteresado y alegre/triste tienen una relación inversa con la edad. En Puebla, la calificación del balance (positivos menos negativos) concentrado/aburrido fue de 5.7 en escala de 0 a 10 y el de alegría/tristeza de 5.6; la calificación del balance tranquilidad/ansiedad fue 4.5 y el de vitalidad/cansancio de 4.2, estas calificaciones menores a cinco significa que la mayoría absoluta de los ciudadanos poblanos se siente estresada y sin vitalidad. El promedio nacional del balance concentrado/aburrido fue de 6.0 y el de alegría/tristeza de 5.9; la calificación del balance tranquilidad/ansiedad fue 5.1 y el de vitalidad/cansancio de 4.8.
Enrique Peña Nieto reiteradamente hace alocución al mal humor de los mexicanos y no se explica las razones de tales emociones, como si su gestión fuera digna de un estado de ánimo diferente. El balance de la calificación promedio de buen humor y mal humor fue de 5.9 puntos para el país y 5.4 para Puebla; expresado de otra forma, casi 50 millones de ciudadanos estuvieron de buen humor el día anterior a la encuesta (balance de calificación superior a 5) y cerca de 31 millones estuvieron de mal humor (calificación promedio de balance menor o igual a 5); para Puebla la población respectiva fue de 2.2 millones de ciudadanos y 1.7 millones. Es difícil que estén de permanente buen humor aquellos que su cotidianidad es la inseguridad en su barrio, ciudad o país; que están desocupados; que sus niveles de ingresos son insuficientes para adquirir la canasta básica de alimentos; que son criminalizados por defender y exigir sus derechos constitucionales; que son víctimas del crimen organizado; que han sido vejados o maltratados por las instituciones policiacas, que han sufrido violencia verbal, gestual o psicológica en alguna etapa de su vida y a quienes han traicionado las instituciones que dicen representarlos y defenderlos. Quizá otras políticas públicas y otros resultados de gestión alimentarían nuestro buen humor.
El Biare 2014 incluye siete tópicos sobre realización personal en tanto satisfacción o plenitud de vida; el fraseo de las preguntas sólo menciona máximos logros y la escala de respuesta es de 0 (totalmente en desacuerdo) a 7 (totalmente en acuerdo); no hay neutralidad del enunciado. Las preguntas son: “considera ser una persona feliz”, “considera que sus necesidades materiales más importantes están cubiertas, “considera que sus condiciones de vida son excelentes”, “considera que en la mayoría de las cosas su vida se aproxima a la de su ideal”, “considera que ha alcanzado las metas que le son importantes en la vida”, “considera que de volver a nacer no cambiaría casi nada en su vida” y “considera que está satisfecho con su vida”.
A nivel nacional cinco de cada seis ciudadanos estuvieron de acuerdo con dichos enunciados de plenitud (calificación de 5 a 7); con el enunciado de vida excelsa estuvieron de acuerdo 61.7 millones de ciudadanos (mc) y en desacuerdo 19 mc; con la pregunta “de volver a nacer no cambiaría casi nada en su vida” estuvieron de acuerdo 62.2 mc y en desacuerdo 18.5 mc; con el enunciado de ideal de vida logrado estuvieron de acuerdo 63.8 mc y en desacuerdo 16.9 mc; con el logro de metas estuvieron de acuerdo 64.5 mc y en desacuerdo 16.2 mc; sobre la casi total cobertura de necesidades estuvieron de acuerdo 65 mc y en desacuerdo 15.7 mc; el enunciado de satisfacción con la vida tuvo 72.2 millones de acuerdos y 8.5 millones de desacuerdos, y con el enunciado de felicidad estuvieron de acuerdo 74.6 mc y en desacuerdo 6.1 mc.
En Puebla cuatro de cada cinco ciudadanos estuvieron de acuerdo con los enunciados de plenitud de vida. De un total de 3.9 mc estimados por el Inegi para 2014, 1.3 mc estuvieron en desacuerdo en que sus condiciones de vida fueran excelentes; 1.1 mc estuvieron en desacuerdo en que la mayoría de las cosas su vida se aproximaba a la de su ideal; 1.1 mc estuvieron en desacuerdo en que sus necesidades materiales más importantes estuvieran cubiertas; 1.1 mc estuvieron en desacuerdo en que de volver a nacer no cambiaría casi nada en su vida; un millón de ciudadanos estuvieron en desacuerdo que haber alcanzado las metas que le son importantes en la vida; 600 mil ciudadanos estuvieron en desacuerdo en considerar estar satisfecho con su vida y 300 mil ciudadanos estuvieron en desacuerdo con ser personas felices. Los enunciados de plenitud están redactados en máximos logros posibles, lo que induce sesgos en las respuestas, aun así, hay al menos un millón de ciudadanos de Puebla que estuvieron en desacuerdo con haber llegado a su plenitud en al menos cinco enunciados, y a nivel nacional son 16 millones los que estuvieron en esa condición.
En su IV Informe de gobierno, Rafael Moreno Valle resalta logros y compromisos de su gestión: arribar a una patria más justa y equitativa; generar riqueza para combatir pobreza; aplicar una política social responsable e integral; haber logrado una economía dinámica que proporcionó bienestar social; refrendar que la salud es un derecho de toda la población, y que la seguridad, además de ser un derecho ciudadano, es una obligación del Estado. La información generado por el Inegi para el año 2014 registra otra Puebla: 2.1 millones de ciudadanos considera que el principal problema de Puebla es la inseguridad; dos de cada tres ciudadanos no le tienen confianza a las policías (estatal, municipal, ministerial y de tránsito), al ministerio público y a los jueces; seis de cada 10 ciudadanos dicen que esas instituciones son poco o nada eficientes, y siete de cada 10 ciudadanos la consideran corruptas (Inegi, Envipe, 2014).
La misma Inegi, en sus indicadores de bienestar social por entidad, ofrece una imagen de Puebla distinta a la expresada por Moreno Valle: primer lugar nacional en mortalidad infantil (15.6 por 100 mil); segundo lugar en insatisfacción de vida (7.6 en escala de 0 a 10); tercer lugar en condiciones críticas de ocupación (tasa de 16.5 por ciento) y en menor acceso a servicios de salud (21.2 por ciento); cuarto lugar en menores ingresos por hogar (4 mil 741 dólares constantes de 2010) y también cuarto lugar en pobreza (64.5 por ciento de la población); quinto lugar en pobreza extrema (16.2 por ciento de la población) y en informalidad laboral (71.95 por ciento), y séptimo lugar nacional de viviendas sin acceso a servicios básicos (17.13 por ciento) y en percepción de inseguridad (43.2 por ciento) (www.beta.inegi.org.mx/app/bienestar/#grafica).