De paso
— ¿Cómo te llamas, muchacho? —preguntó el recién llegado.
— Pablo el rojito me llamaba. Porque ahora que cumplo dieciséis años, me llamo Pablo a secas.
— Ta´bueno —dijo y se me quedó mirando. Luego me tendió la mano
— Sebastián... Leer más →