¿Dónde están todos?

Algunas veces pienso que estamos solos. Otra veces que no. En cualquier caso, la conclusión es asombrosa.
Buckminster Fuller

Una mariquita explorando entre cristales de cuarzo. La defini- ción actual de vida es tan amplia que incluso puede incluir a los cristales, basados en sus propiedades de auto replicación.

¿Vida en otros planetas? Esta pregunta es milenaria, aun antes de los filósofos griegos ya la humanidad se cuestionaba esto. Desde entonces muchos han intentado responder, pero sólo hasta ahora existe la posibilidad de dar una respuesta científica, es decir, verificarlo con datos experimentales, ya que es hasta este siglo cuando la humanidad tendrá el nivel tecnológico para explorar otros planetas y buscar vida.

¿Hay montañas en otros planetas? ¡Sí! Esta pregunta, también es antigua. Tiempo atrás, las ideas de montañas, volcanes y ríos en otros planetas eran sólo una conjetura, ahora, mediante la tecnología, sabemos que existen. Las sondas espaciales nos han deleitado con fotografías del sistema solar, incluso podemos ver fotografías unas horas después de ser tomadas por robots como el Curiosity en Marte.

Ahora bien, los mecanismos bajo los cualesocu-rren estas formaciones geológicas son los mismos que en la Tierra, son los principios de la física y química, así como aleatoriedad los que rigen tales fenómenos, mismos que también rigen a la vida; si el universo es-tá lleno de planetas y de moléculas orgánicas (detectadas en el medio interestelar) entonces seguramente existe vida en otros planetas. Este enfoque, para conjeturarla vida como fenómeno común y universal se llama principio de mediocridad, el cual enuncia que la Tierra no ocupa un lugar privilegiado en el Universo y que la vida no es un caso especial de la Tierra.

Como decía, solo recientemente es que se ha hecho posible verificar científicamente la hipótesis de vida extraterrestre. La disciplina científica que se en-carga de estos menesteres es la Astrobiología.

El campo de estudio de la astrobiología es amplio y dinámico; se encarga principalmente de investigar el origen de la vida, su distribución y su evolución presente y futura. Si bien su estudio es universal, todavía no se cuenta con evidencia de alguna forma de vida extraterrestre. Actualmente se desarrolla una técnica para observar indirectamente en los espectros estelares1 la atmósfera de un planeta, esto requiere de mucha sensibilidad, por tanto de telescopios espaciales. El objetivo es estudiar la composición atmosférica del planeta para buscar bioindicadores, es decir, elementos químicos que muestren presencia de procesos biológicos. El James Webb Telescope será capaz de hacer este tipo de observaciones, llamadas espectroscopia de tránsito, así como de buscar planetas como ya lo ha hecho el telescopio Kepler, que actualmente ha descubierto más de 20 exoplanetas y propuesto más de 100 candidatos a exoplaneta. Para el 29 de agosto hay 778exoplanetas verificados. Investigacio-nes recientes estiman que hay en promedio 1.6 planetas por estrella2. Esto significaría que en la Vía Láctea hay alrededor de 160 mil millones de planetas. Si hay tantos planetas y la vida es un fenómeno común, entonces dónde están todos? No deberíamos de haber hecho contacto ya con otras civilizaciones extraterrestres?

¿Dónde están todos? Esa es precisamente la paradoja de Fermi3. Se cuenta la anécdota que en el verano de 1950, en un almuerzo, El físico Enrico Fermi conversaba con Edward Teller y Hebert York, y les hizo la pregunta: ¿Dónde están todos?, si el universo está lleno de vida y civilizaciones extraterrestres, por qué no hemos hecho contacto. Deberían de exis-tir civilizaciones más antiguas, suponiendo que se expanden al igual que las formas de vida que conocemos, entonces por qué no nos han visitado?, o por qué no se han comunicado? Durante ese al-muerzo Fermi improvisó unos cálculos y concluyó que ya debieron de habernos visitado hace mucho tiempo. Ni él ni sus compañeros publicaron sobre el tema3. Lo que seguro hi-zo Fermi en su rápida estimación fue algo parecido a la llamada Ecuación de Drake.

La ecuación de Drake fue concebida por el radio-astrónomo Frank Drake en 1961, es una expresión que enumera los factores involucrados en la cantidad (N) de civilizaciones extraterrestres comunicativas (CEcs) posibles. La ecuación es:

N= R x fp x ne x fl x fi x fc x L

El significado de cada término es como sigue, R: Tasa de formación estelar en la galaxia, fp: fracción de estrellas con planetas, ne: planetas orbitando en zona habitable, fl: planetas donde se desarrolló vida, fi: planetas donde se desarrolló inteligencia, fc: planetas donde se desarrolló vida inteligente que intenta comunicarse, L: tiempo en el que la CEcs puede comunicarse. Cada uno de los factores puede modificarse conforme aumenta nuestro conocimiento. Y cada uno significa un vasto campo de investigación científica que involucra no sólo a astrónomos, también, a biólogos, geofísicos he incluso psicólogos. Las estimaciones van desde las pesimistas, una civilización inteligente en la galaxia (la nuestra), y las más optimistas, que estiman que hay ~72800 CEcs. Los diferentes resultados han llevado a desacuerdos.

En la paradoja de Fermi se da por hecho de que el universo está lleno de CEcs, diversas hipótesis se han propuesto para el silencio, aún con muchas civilizaciones la comunicación interestelar es difícil y costosa, hay pocos intentos por escuchar y casi ninguno por enviar mensajes por nuestra parte, tal vez otras CEcs enfrentan los mismos problemas, otros opinan que somos la primera CEcs, y hay muchas ideas más. El enfoque más científico es trabajar con la ecuación de Drake, y el el futuro trabajo científico esclarecerá cada uno de los factores. Tal vez la inteligencia sea un fenómeno raro, hay muchos planetas, en algunos de ellos habrá vida, o como dice Elanor Arroway en la película Contacto, “y si no, que gran desperdicio de espacio…”

Referencias

1 Espectro Estelar: Imagen donde se observa la intensidad de energía proveniente de cada longitud de ondade la luz de una estrella.

2 Cassan et al. , Nature 481, 167–169 (Enero 2012)

3 Aunque la paradoja lleva el nombre de Fermi, científicos anteriores como Konstantin Tsiolkovsky en 1933 ya habían publicado sobre el tema.

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