El llamado

Son muchos los conflictos que aquejan a la población mundial hoy en día, la pobreza, la violencia, los problemas ambientales, la sobrepoblación y encima de todo la falta de información, entre otras cosas. Si sumamos y analizamos cada uno de estos problemas, nos encontraremos que están atados unos de otros, y seguramente dicha sumatoria arrojará como resultado cada uno de los problemas que hoy a nivel mundial se pretenden mitigar. Sin duda, uno de los más mencionados y frecuentemente analizados y para el cual se destinan cantidades enormes de dinero invertidas en programas humanitarios, es para la producción de alimentos; cabe mencionar que para muchas empresas y gobiernos esto es, ha sido y seguirá siendo un gran negocio, sin obtener verdaderos resultados en materia de políticas públicas, pues hay aún un gran camino por recorrer dentro de la “Seguridad Alimentaria”, y es que si bien la población, sin excepciones, tiene derecho a la alimentación, ya que así lo marca el artículo 4° de la Constitución,  fracción XX, el cual establece que “el desarrollo rural integral y sustentable… tendrá entre sus fines que el Estado garantice el abasto suficiente y oportuno de los alimentos básicos que la ley establezca”  y conforme a lo acordado en la cumbre mundial sobre la alimentación de 1996, “la seguridad alimentaria existe cuando todas las personas tienen, en todo momento, acceso físico, social y económico a alimentos suficientes, inocuos y nutritivos que satisfacen sus necesidades energéticas diarias y preferencias alimentarias para llevar una vida activa y sana”. Entonces, nos podemos preguntar, ¿por qué la seguridad alimentaria continúa siendo un gran problema?. Podría sonar fácil el hecho de producir alimentos para todos, como se han planteado muchos, entre ellos y por poner un ejemplo, la empresa Monsanto, pero cuando todo parece marchar sobre ruedas, ya que dichas empresas pintan los campos de verde asegurando millones de toneladas de granos, verduras y frutos de “buena calidad”. Se nos atraviesa un gran problema, o como dirían por ahí, la mosca en la sopa, que pocos gobernantes y pueblos quieren ver, y este es la desigualdad social; aunado a esto, los problemas ambientales como los huracanes, sequías y las heladas, recordando con esto al lector tome en cuenta los efectos acelerados por actividades humanas, en torno al cambio climático, pueden resultar verdaderamente devastadores terminando en ocasiones por completo con hectáreas enteras de cultivos.

p-16Y qué decir de las enfermedades que terminan con millones de cabezas de ganado o con un sinnúmero de aves de granja; para lo anterior se ha buscado de manera incansable y por más de una década incrementar esfuerzos para minimizar la problemática ambiental ejemplo de ello es la declaratoria del año internacional de la agricultura urbana familiar, 2014 y sobre el día mundial del medio ambiente “Alza la voz, no el nivel del mar”. Todo esto ha sido con el objetivo entre muchas otras cosas el de alcanzar el éxito de los cuatro pilares de la seguridad alimentaria: disponibilidad, acceso, estabilidad y utilización de los alimentos.

Por otro lado, algunos pueblos originarios están siendo despojados de sus tierras, obligándolos a integrarse a las grandes ciudades, en donde tal pareciera que no tienen lugar, tachándolos de inadaptados, pueblos que durante miles de años han subsistido de los recursos naturales que los rodean o rodeaban, hoy en día enfrentan grandes cambios entre los que destacan el cambio de uso de suelo beneficiando a mega proyectos, como mineras, ¿les suena conocido?, entre esto encontramos de manera exponencial problemas hídricos, deforestación, contaminación y erosión de suelos, todo esto para alcanzar estilos de vida que venden los medios de comunicación; en ocasiones estos proyectos se encuentran enmascarados de programas de beneficio para la población.

Pero también encontramos a los habitantes de las grandes ciudades con problemas graves de desnutrición y ¿por qué pasa esto?, si se supone que las ciudades representan progreso y el buen vivir, es claro que la desigualdad en cuanto al reparto de los recursos es muy grande.

Esto es un llamado a conocer un poco más sobre los recursos naturales de nuestro país, la cultura, los problemas ambientales y las propuestas para dar soluciones a éstos, para así lograr disolver la desigualdad y asegurar la calidad de vida de los habitantes; esta es una entre muchas propuestas que pueden existir, pues estamos seguros de que entre más informados estemos mayores ideas y soluciones surgirán pues hay que reconocer que la problemática de la seguridad alimentaria nos afecta a todos y continúa siendo una reacción en cadena.

El Llamado, cantos y cuentos por nuestra naturaleza es un material de divulgación científica y cultural que forma parte de los trabajos que realiza la Conabio en conjunto con la Fonoteca Nacional y organizaciones civiles forman parte de los esfuerzos para lograr la conservación de los recursos naturales de nuestro país y así formar parte de las soluciones que se plantean a nivel nacional y mundial. Cacareando un poco el huevo, y sin afán de la presunción, en este material sonoro encontraremos una contribución con la que el grupo que escribe esta columna participó dando así frutos años de trabajo para la conservación y divulgación de las especies mexicanas; en esta ocasión invitamos a escuchar “El ajolote mexicano”, de la autoría de Juan Jesús Juárez Ortiz, al que aprovechamos para felicitar, enhorabuena, hermano. Sin más que decir, invitamos al lector a adquirir este fabuloso material, el cual esperamos sea de su agrado.

FB Tras las huellas

Twitter @helaheloderma

*[email protected]