Compartiendo y aprendiendo

Cuando compartimos nuestros conocimientos es realmente grato ver y ser parte del desarrollo de una persona. Para nosotros, querido lector, esto ha sido una gran satisfacción, ya que las veces  en que hemos tenido dicha oportunidad, las personas realmente sobrepasan nuestras expectativas, y nunca dejamos de asombrarnos de lo bueno que pueden llegar a ser estas experiencias.

Ilustración: Diego Tomasini / Dibrujo

Ilustración: Diego Tomasini / Dibrujo

Por tal motivo, nos complace en esta ocasión compartir las siguientes líneas realizadas durante el curso “Divulgación de la Ciencia y Comunicación Ambiental”, el cual fue impartido en las instalaciones de la Escuela de Biología de la BUAP. Sin más que decir esperamos disfruten de este texto tanto como lo hemos hecho nosotros.

El ocelote en peligro de extinción: ojos color ámbar que dejan de brillar en México

Laura Cacelín

Uno no se conoce a sí mismo hasta que atrapa el reflejo de otros ojos que no sean humanos.

Loren Eiseley

En algunos bosques de México aún se escucha el rugido del ocelote, en esos parches de vegetación original que aún se conservan en nuestro país y donde comunidades indígenas habitan, coexistiendo con una de las seis especies de felinos silvestres de México. El ocelote (Leopardus pardalis) es un felino de tamaño mediano que muchas veces es confundido con el jaguar (Panthera onca) y tigrillo (Leopardus wiedii), sin embargo este felino es diferente, la principal característica que lo distingue son sus manchas o pintas alargadas que se le forman al costado del cuerpo, el borde de estas son color negro rodeando un área más oscura y con algunos puntos pequeños dentro de ellas, el color debajo de estas pintas varía de amarillo casi blanquecino a grisáceo, las manchas de un felino son únicas para cada individuo, como las huellas dactilares en los humanos. Su cola es pequeña y anillada, las manos suelen ser grandes, por lo que en algunas regiones de Centro y Sur América lo nombran “manigordo”, pesan menos de 16 kilogramos y sus orejas suelen ser redondeadas, en la parte posterior son color negro con un punto blanco. Ahora que sabes cómo es un ocelote, ¿conoces las características de un jaguar y un tigrillo?, ¿aceptas el reto? (Marca con una “x” la piel que corresponde a un ocelote).

p18bLos ocelotes son especies esquivas, es decir, difíciles de observar porque se esconden para no ser vistos por sus presas ni depredadores. Algunas personas han tenido la oportunidad de encontrarse con ellos en su hábitat, y lo describen como desde tiempos prehispánicos lo hacían, un animal que representa valentía, fortaleza, poder y belleza.

Antiguamente las culturas prehispánicas de México simbolizaban a este felino como un guerrero, representándolo mediante murales, códices, cuentos y leyendas, desde la medicina tradicional se le atribuyen poderes curativos o sobrenaturales a su sangre y carne, ya que se cree que al consumirla se adquiere su destreza, fuerza y salud.

El hábitat natural del ocelote se ha ido reduciendo y fragmentando, pues se ha ocupado principalmente para pastoreo, agricultura, viviendas, carreteras, entre otros. Esta modificación del hábitat tiene un gran impacto ambiental ya que este felino requiere de un área extensa para realizar actividades como comer y dormir, el tamaño del área varía según la región y sexo, los machos requieren entre cinco y 40 km2 mientras que las hembras entre 2 y 30 km2.  Al mismo tiempo necesitan de hábitat que les permita moverse con facilidad a otros sitios, con la finalidad de dispersarse y conocer individuos con los cuales pueda reproducirse. Lamentablemente, la mayor parte del hábitat en México donde el ocelote vive, no cumple con esta característica.

El furtivismo representa un peligro más, a pesar de que en la actualidad está prohibida su captura y venta, en el “mercado negro” se sigue comercializando. Los cazadores furtivos capturan primordialmente a hembras con crías, donde a las primeras las matan para vender su codiciada piel y a las segundas las ofrecen como mascotas.

El uso desmedido de esta especie ha traído como consecuencia que el número de individuos sea menor, especialmente al norte de México, aunado a esto, la pérdida y fragmentación del hábitat donde habitan ha ocasionado que se encuentre catalogado en la Norma Oficial Mexicana (NOM-059), como una especie en Peligro de Extinción. A nivel internacional, la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), cataloga al ocelote en el Apéndice I, es decir, el comercio de esta especie solo está permitido bajo ciertas circunstancias, para la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), es evaluado como una especie de “Preocupación Menor”.

El ocelote no es el único animal que afronta estos problemas, existen otras especies de mamíferos, aves, reptiles, y anfibios que pasan por la misma realidad y que a su vez son alimento de este felino. Por ejemplo, una presa natural del ocelote es la iguana negra (Ctenosaura pectinata), especie enlistada como Amenazada según la NOM-059. ¿Sabes cuántas y cuáles especies que viven en nuestro diverso país se encuentran en esta situación?

Gracias al estudio científico de este felino se sabe que desempeña un papel en la naturaleza, el cual es principalmente mantener saludables los ecosistemas, ya que controla a las poblaciones de sus presas que pueden llegar a ser plagas y afectar los cultivos de nuestro país. Cuando por diversas razones su comida es escasa tienen que sustituirla, y en algunos sitios se genera un conflicto entre ocelotes y humanos, ya que le es fácil atacar a animales domésticos como gallinas, dando como resultado algo contraproducente, pues el campesino al verse agredido, mata o lastima al ocelote.

En este sentido, el panorama al que se enfrentan los ocelotes en México es devastador y se requiere de un cambio que implique nuevos y diferentes estilos de vida que conlleven a un desarrollo sostenible, ahora que conoces a este felino tan particular, tú ¿qué harías para que su rugido no se deje de escuchar?

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@helaheloderma

Tras las huellas