La oscuridad y el sueño (Joseph Campbell y Carl Jung)

Prácticamente en todas las culturas premodernas la noche es concebida no sólo como un tiempo de reposo indispensable para reponer las fuerzas que se requieren durante el día, es también un tiempo en el que se actúa mientras se duerme, y esa actuación no carece de significado en la vida de los individuos y su comunidad. Con algunas variantes y matices se piensa que durante la noche, mientras el cuerpo descansa, una entidad espiritual lo abandona para incursionar en una dimensión en la que se tienen relaciones tanto con el mundo que nos es familiar, como con un mundo de espíritus y deidades que pueden comunicarse con aquellas personas que han sido adiestradas dentro de su cultura para establecer estos vínculos oníricos.

p-11Pero los lazos entre el sueño y la vida alcanzaron una de sus máximas expresiones en la antigua India, donde se concibió la extraordinaria idea de que este mundo, con sus cielos, inframundos y todo lo que contiene, sea monumental o pequeño, se debe al inconmensurable sueño de un solo ser, cuyos personajes soñados sueñan a su vez. Se trata de un relieve labrado en piedra el año 500 de nuestra era que se encuentra en el templo de Dasavatara (Templo de los Diez Avatares), en Deogarh, en la India Central. Hoy se le conoce como “Vishnú soñando el universo” y representa al dios Vishnú como el gran soñador, que flota dormido en el océano cósmico de leche, acostado sobre los anillos de Ananta, la serpiente abisal que proviene de lo más profundo de aquellos mares y cuyo nombre significa “Interminable”.

Vishnú es uno de los vértices de la Trinidad en la mitología india. Es el dios que conserva lo que Brahama crea hasta que Shiva lo transforma, es, pues, la deidad que permite la conservación del mundo mediante una sucesión de encarnaciones que comprenden todos los tiempos, de ahí el nombre del Templo de los Diez Avatares o transformaciones. Vishnú ha existido bajo todas las formas animales durante estas metamorfosis hasta culminar en el hombre, en Krishna y en el Buda. Según la mitología india estamos en el noveno avatar de Vishnú. Cuando llegue la décima transformación el universo será destruido y terminará la Edad Negra, que es la nuestra. Entonces el dios aparecerá para castigar a los malvados y regenerar el mundo. Vendrá bajo la forma de un caballo y con una sola coz lo pulverizará todo.

En la imagen aquí presentada, tomada del libro Imagen del mito, de Joseph Campbell, están representados en primer plano, en la parte inferior, los cinco hermanos Pandava, héroes del poema épico Mahabharata, con Draupandi, su esposa. Estos seis personajes son la primera creación del sueño de Vishnú, son los seres soñados que a su vez soñarán. Ella representa la mente y cada uno de ellos uno de los cinco sentidos. Alertas y con los ojos bien abiertos los hermanos parecen dispuestos a enfrentar y descifrar el mundo de la luz y la vigilia en el que vivimos todos los días, el mundo de la diferenciación en el que las cosas son ellas mismas y ninguna otra: A es A y nunca es no-A. Pero detrás de ellos se abre la puerta del sueño, que comunica con una dimensión interior, replegada sobre sí misma, de donde surge una visión en la oscuridad. ¿Son estos jóvenes —se pregunta Joseph Campbell— un sueño de este dios, o es el dios un sueño de ellos?

En una buena sincronía con Jung, el mitólogo estadunidense trae ante nosotros esta imagen del psicoanalista suizo:

El sueño es una pequeña puerta oculta a los recovecos más íntimos y secretos del alma, una apertura a la noche cósmica que ya era psique mucho antes del surgimiento de la conciencia del yo, y que seguirá siendo psique sin importar cuánto se amplíe nuestra conciencia del yo; ya que toda conciencia del yo es aislada: separa y discrimina, sólo conoce particularidades y sólo ve lo que se relaciona con el yo. Su esencia es limitación, aunque logra alcanzar las más lejanas nebulosas entre las estrellas. Toda conciencia tiende a la separación; pero en los sueños nos revestimos de similitud, de nuestro ser más universal, más verdadero, más eterno, que mora en la oscuridad de la noche primordial. Allí, el hombre es todavía la totalidad, y la totalidad vive en él, indistinguible del resto de la naturaleza y desprovisto de todo sentido del yo.

De esas profundidades oníricas en las que el yo se desvanece y que el mundo moderno nos ha hecho olvidar o subestimar, de esas profundidades venimos a este mundo de luz y vigilia todas las mañanas.

Sigamos con la imagen de Vishnú. Sobre el dios durmiente flota una flor de loto, como si surgiera de su cuerpo, y sentado en su corola se encuentra Brahma, el Señor de la Luz, el creador del mundo visible, cuyos cuatro rostros radiantes iluminan los cuatro rumbos del universo, dando así forma y distinción a las imágenes del día que gradualmente van surgiendo de la noche. A la izquierda de Brahma está el terrible dios Shiva, destructor de ilusiones, cabalgando sobre el toro Nandi junto a la diosa Parvati, su pareja, y seguido por un miembro de su clamorosa hueste, Marut, el joven dios del viento. Mientras tanto, a la derecha del creador Brahma, están los dioses que mantienen la ilusión del mundo: el poderoso Indra, equivalente de Zeus en la India, sentado sobre su elefante blanco de cuatro colmillos Airavata, la nube de lluvia desde la que el dios arroja sus terribles rayos, y junto a él, montado sobre un pavorreal, el joven dios de la guerra e hijo de Shiva llamado Kumara, el “joven casto” que sólo está casado con su ejército. La figura que está a los pies de Vishnú, como virtuosa esposa que masajea la pierna derecha del dios, estimulando así el sueño cósmico, es la diosa Sri-Lakshmi, que significa “Belleza y buena Fortuna”, también llamada Padma, “Dama de Loto”, pues es ella quien aparece simbólicamente en el sueño de su esposo bajo la forma del loto que es el trono de Brahma. Hay un himno que la celebra como matriz de la fenomenalidad:

Sólo por tu poder

Es por lo que Brahma crea,

Vishnú conserva,

Y al final de todo,

Shiva aniquila el universo.

Sin Tu concurso, impotentes serían ellos.

Por eso, sólo Tú eres creadora,

Mantenedora

Y destructora de este mundo.

 

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