¿Para dónde vamos?

Cada vez es más frecuente escuchar, ver u oír sobre los problemas ambientales que hoy en día aquejan al planeta, pérdida de biodiversidad, pérdida y fragmentación del hábitat, calentamiento global, contaminación de aire, agua y suelos, tráfico ilegal de especies, entre otras cosas. Esto nos lleva a preguntarnos ¿para dónde vamos?, es decir, en términos ambientales qué es lo que nos depara para los próximos años, si bien, es mayor la información que circula entre la población sobre estos temas, también es mayor la cantidad de problemas ambientales a los que hoy en día nos enfrentamos.

· Ilustración: Diego Tomasini / Dibrujo

· Ilustración: Diego Tomasini / Dibrujo

Uno de los problemas que más ha llamando la atención en los últimos años, de investigadores, organizaciones civiles, gobiernos y población en general, es la pérdida de polinizadores en los ecosistemas, y es que, la mayoría de las plantas con flores sólo producen semillas, si previamente los animales polinizadores han transportado el polen de una flor a otra, si esta actividad no se realiza, muchos de los servicios ecosistémicos desaparecerían, es por ello que la polinización por animales, principalmente insectos, es fundamental para el mantenimiento de la biodiversidad de cualquier país.

Existe una gran variedad de polinizadores y formas de polinizar, de estos, las aproximadamente 20 mil especies de abejas son de los polinizadores más eficaces que existen en el planeta, sin embargo, en los últimos años las poblaciones de éstas han disminuido considerablemente.

 

Un poco de su biología

 

Las abejas son insectos que pertenecen al grupo de los himenópteros, junto con las hormigas y avispas. En México existen aproximadamente mil 805 especies, esto ha permitido que haya una gran variedad en cuanto a la forma, color y apariencia, sin embargo, cuando hablamos de abejas sólo viene a nuestra mente la imagen de esa abeja de franjas amarillas y negras, con aguijón y con la cabeza negra.

Son de los insectos más conocidos por su presentar conductas sociales, es decir, que viven en colonias con una abeja reina. La preferencia de las abejas por el tipo de nido que habitan depende de la especie, algunas excavan sus nidos en el suelo, otras lo hacen en los huecos de los árboles, otras más prefieren anidar en algún poste de cemento, y las menos llegan a ocupar nidos que ocuparon otras abejas.

Las abejas adultas se alimentan principalmente del néctar de las flores, de donde obtienen principalmente carbohidratos en forma de azúcares, los cuales sirven de alimento para las crías. Algunas especies de abejas, no solo obtienen alimento de las flores que visitan, sino que también de algunas plantas como las orquídeas o cuna de moisés, obtienen fragancias que son utilizadas por los machos para atraer a las hembras durante el cortejo.

 

Estado de conservación

 

Como ya habíamos mencionado líneas arriba, hoy en día, la conservación de las diferentes especies de abejas es uno de los mayores retos ambientales a los que nos enfrentamos. En los últimos años, la disminución de sus poblaciones, debido al uso de insecticidas, enfermedades y el cambio climático, están poniendo en riesgo la vida de estos insectos, de perder a las abejas, llevaría a que aproximadamente 35 por ciento de los alimentos que consumimos desapareciera, ya que gracias a la polinización realizada por las abejas, en México podemos disfrutar de manzanas, melón, café, maracuyá, naranja, limón y zanahoria, entre otros, mientras que, en el resto del mundo, las abejas son las responsables de por lo menos de un tercio de la producción mundial de los alimentos. Sin contar que, si desaparecieran las abejas, también desaparecerían las plantas que son polinizadas por éstas, generando un desequilibrio en los ecosistemas.

Ante esto, diversas instituciones y organizaciones en México y en el mundo, se han reunido para tomar medidas pertinentes que ayuden a la conservación de las abejas, como la reducción en la aplicación de agroquímicos, la conservación del hábitat, favorecer los policultivos sobre los monocultivos, y desde casa podemos proveerlas de alimento plantando especies de plantas que atraen a las abejas, como salvia, tomillo, albahaca y manzanilla, dando preferencia a especies de plantas nativas.

Quizás y solo quizás, si se llevan a cabo estas medidas estemos a tiempo de frenar una de las mayores crisis ambientales a la que nos podríamos enfrentar en los próximos años.

 

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