Primer año de gobierno de AMLO

El primer año de gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) registró crecimiento negativos de la inversión (tanto privada como pública) y estancamiento del Producto Interno Bruto. La inversión pública en infraestructura inició tardíamente y será hasta  2021 cuando se pueda valorar su alcance como detonador del crecimiento. Los ingresos tributarios, de los más bajos del orbe, no aumentarán y su crecimiento está vinculado a la ampliación de la base tributaria y a la menor elusión y evasión fiscal, lo que deja poco margen para fondear una estrategia de crecimiento de la inversión pública que logre efectos multiplicadores en la economía.

Hay problemas de antaño, magnificados en el presente, como lo es la inseguridad pública, acotado en su tendencia, pero no resuelto. Otros latentes, como las bajas tasas de crecimiento económico y la baja formación bruta de capital fijo; otros ignorados, como la sustentabilidad del desarrollo. También hay varios logros: el peso se ha apreciado frente al dólar, la inflación es decreciente; hay cobertura universal y gratuita de los servicios de salud; se ejecutan agresivos programas de apoyos económicos en beneficio de la población más vulnerable; hay incrementos reales de los salarios mínimos; hay dos programas de fomento laboral (jóvenes construyendo el futuro, sembrando vida); apoyos a la producción de granos básicos y al abasto popular, y la educación superior pública es ya obligatoria y gratuita. Además, se respetan los Derechos Humanos, no se criminaliza a los movimientos sociales y hay legitimidad en las acciones emprendidas por el Ejecutivo federal: siete de cada 10 ciudadanos avalan su gestión.

Con la finalidad de hacer una valoración del primer año de gestión de AMLO, invitamos a un grupo de economistas egresados de la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma de Puebla, agradecemos las opiniones vertidas por los profesores: Germán Sánchez Daza, Huberto Juárez Nuñez, Juan Reyes Álvarez, Juan Alberto Vázquez Muñoz, Samuel Ortiz Velázquez y de Ana Cecilia Conde Álvarez, ésta última docente del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM.

 

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