Siete décadas de la FCFM: modelo de enseñanza, investigación y vinculación social

Segunda a nivel nacional en fundarse, la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas conmemora 70 años de ser un espacio de enseñanza y desarrollo de la ciencia dentro de la Universidad Autónoma de Puebla.

Inicialmente rechazada por el sector conservador de la sociedad poblana de 1950 que cuestionaba su aportación práctica y consecuentemente que la universidad invirtiera recursos en el estudio de la Física y la Matemática; con dos cierres forzados por cuestiones más políticas que económicas y la descalificación mediática por ser un espacio para el pensamiento crítico y plural, la FCFM celebra siete décadas de docencia y desarrollo de la ciencia que la colocan desde 2018 como la mejor área de Física del país.

Martha Alicia Palomino Ovando, directora y orgullosamente egresada de esta importante unidad académica de la BUAP, comparte detalles modelo de enseñanza e investigación que ahí se desarrolla.

 

—¿Cómo ha sido el crecimiento de la FCFM?

 

A partir de los años setenta la facultad se ha mantenido en un constante crecimiento, tanto de sus programas de licenciatura como de posgrado. En 1973 se abrieron por separado Matemáticas y Física; más adelante Computación y Electrónica, y en el año 95 se separan como facultades. En 1993 se abren los posgrados de maestría y doctorado en Matemáticas y posgrado en Optoelectrónica, que más adelante será Física Aplicada. En 1999 se abren las licenciaturas en Física y Matemáticas Aplicadas, en 2010 la carrera de actuaría y en 2014 la maestría en Educación Matemática.

Actualmente la FCFM cuenta con 10 programas, una matrícula de una alta demanda en Física y Actuaría, donde lamentablemente solo podemos dar acceso a uno de cada tres estudiantes, por falta de infraestructura y de personal docente.

Estas áreas han ido creciendo a tal nivel que desde 2018 en el área de Física a nivel universidad, por sus contribuciones, está calificada por U. S. News & World Report como la mejor área de Física en todo el país.

Mucho tiene que ver proyectos internacionales de alto corte como HAWC, megaproyectos en los que participan alrededor de 40 países. Eso es lo que posicionando a la facultad en lugares destacados a nivel nacional e internacional.

Por otra parte, la carrera de Actuaría, que tiene 10 años de creada, hace tres años ocupaba el séptimo lugar y ahora ocupa el tercero a nivel nacional. Hay mucha trascendencia, muchos resultados.

Tenemos muchos egresados que en estos 70 años se han insertado en diversos sectores productivos, educativos y de investigación, no solo en el país sino en el extranjero, en puestos importantes a nivel internacional, en diversos laboratorios de prestigio.

Nos da gusto festejar lo que la facultad ha aportado a la sociedad y cómo está posicionada actualmente.

Es una escuela que tiene ciertas singularidades, a pesar de que es una facultad —porque en los años 80 separaron la investigación de la docencia con la creación de los institutos—, la nuestra se caracteriza por tener una alta participación en temas de investigación. Tenemos alrededor de 90 profesores que están en el Sistema Nacional de Investigadores, esto se refleja en el hecho de que desde los primeros semestres que nuestros alumnos ingresan a la carreras ya están en contacto con investigadores que están activos, que los involucran en sus proyectos, estamos vinculando el proceso de docencia con el de investigación. Un modelo de enseñanza que consiste en que desde los primeros semestres los chicos pueden empezar a participar en diversos proyectos, con becas de programas de la propia universidad. Es un modelo que no se da en muchas unidades académicas porque están separadas, las facultades docencia y la investigación en los institutos. Aquí podríamos decir que hay tanta investigación como podría ubicarse en un instituto.

 

—Además de la solidez de sus programas educativos y las investigaciones que se desarrollan, la FCFM  también es reconocida por sus actividades relacionadas con la divulgación de la ciencia…

 

Sí, las aportaciones de la escuela van más allá de lo académico, con actividades de divulgación de la ciencia y apoyo a la docencia, como el programa Del aula al Universo, un telescopio para cada escuela que ha construido ya más de mil telescopios en 10 estados de la República Mexicana.

Y últimamente ya el proyecto de construir un microscopio reciclando un celular, lo que permite a los alumnos aprender de divulgación y a los niños de tener contacto con la ciencia y desarrollar habilidades científicas.

Tenemos tres grupos estudiantiles que se dedican a la divulgación: el ESPAI, el de la OSA y de Inteligencia Artificial.

Durante 10 años hemos realizado la Noche de las Estrellas, un evento que ocupamos el tercer lugar a nivel nacional en el número de asistentes a nivel nacional, de 100 sedes ocupamos el tercero, solo superados por la UNAM y el IPN. Este año, en su versión virtual, la Universidad aportó 150 talleres virtuales, 60 conferencias y trasmisión por Facebook de las observaciones de objetos celestes a través del telescopio donde participaron nuestros alumnos e investigadores; tomaron fotografías, siguieron las trayectorias de algunos planetas. Siempre estamos atentos a todos los eventos de divulgación y se asiste a todos los rincones donde es posible llevar, en las comunidades nos piden que se lleve la actividad, llevamos telescopios para que escuelas y la propia comunidad participen.

Es un modelo educativo muy completo, donde nuestros alumnos no solo se dedican a tomar sus clases y destacarse ahí, sino que se van extendiendo en distintos foros, alumnos siendo de licenciatura que obtienen premios para hacer estancias en laboratorios ampliamente reconocidos; en Congresos se destacan por el trabajo que presentan.

Se fomenta la cultura, tenemos una rondalla que también ha recibido premios y en actividades deportivas.

 

—¿Qué vínculos mantiene esta escuela de ciencias con problemas sociales actuales?

 

La enseñanza de las matemáticas es un problema serio e importante que requiere una atención inmediata, de esa manera la facultad está contribuyendo con la maestría en Educación en Matemáticas, que es un posgrado profesionalizante y a partir de 2016 se están graduando del orden de 20 profesores que adquieren la maestría, y que están en el ejercicio docente, aparte de que realizan trabajos de investigación; tenemos ya varias generaciones; nuestro nivel de eficiencia terminal es muy alto.

En días recientes se aprobó el doctorado en Educación Matemática, consideramos que es un gran aporte a la sociedad porque de esa manera podemos mejorar los procesos de enseñanza y aprendizaje en los niveles básicos desde preescolar, primaria y secundaria a través de la formación de los docentes que están frente a grupo.

Tres de los cinco programas de posgrado son de competencia internacional —la calificación más alta de que otorga Conacyt—, Matemáticas y Física Aplicada y el doctorado en Física Aplicada.

Tenemos alrededor de 350 alumnos en todos los programas de posgrado, es una cantidad alta, la proporción profesor-estudiante son de los más altos a nivel nacional.

En el área de Física a nivel nacional la participación de las mujeres es como de 15 por ciento, en nuestra facultad es de 25 por ciento. Creo que es un tema donde refleja un poco la actividad que se desarrolla en la participación de nuestros estudiantes en ciencia, tecnología y matemáticas.

A lo largo del año se programan diversos cursos de actualización para maestros, y de diferentes especialidades, son gratuitos y muchas veces abiertos al público. Nos mantenemos activos y aportando hacia todos los sectores, desde posicionarse a nivel internacional en los proyectos que existen, como la vinculación con los sectores sociales.

Al final, estos 70 años se reflejan en muchos logros y por eso es un motivo de gran orgullo.

 

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