El intersticio de la inteligencia artificial

Estamos sin duda en una época emocionante, de grandes avances tecnológicos. Parece que el futuro que se soñaba en las películas futuristas de acción relacionadas a los robots y la inteligencia artificial (IA) al fin está llegando. Los avances mostrados por las IA como ChatGPT, DALLE-3, SORA son impresionantes; estas son de las más avanzadas, ya que se basan en tecnologías del llamado Machine Learning; es decir, aprendizaje automático por patrones y estadísticas; y en Redes Neuronales Artificiales inspiradas en el funcionamiento del cerebro humano. Consisten en capas de nodos interconectados que procesan la información y aprenden a partir de ejemplos; son las bases de datos que contienen trabajo colectivo: textos, videos e imágenes creadas por seres humanos, de las cuales se alimentan y apropian vorazmente las IA generando nuevos contenidos. Así sea un video de pájaros que no existen, una imagen de un artista o político donde aparece haciendo acciones que nunca hizo o en lugares donde no estuvo. En 2023 se publicó la canción Now and Then, de Los Beatles, la cual originalmente quedó inacabada desde finales de la década de los 70. Fue terminada por la IA Jukebox de la empresa DADABOTS, parte de los increíbles avances tecnológicos que presentó fue que puede producir canciones al estilo de Los Beatles, ha sido alimentada con todas las canciones del grupo, generado por estadística las notas, ritmos y armonías que componen sus canciones.

El boom de las IA fue en 2023 con la presentación pública de ChatGPT; sin embargo, podemos encontrar bases teóricas desde la década de 1950, cuando se propuso en 1956 en Dartmouth College a la IA como un campo de investigación. Además es muy interesante que precisamente en esa década aparezca la primera publicación de ciencia ficción de uno de los grandes genios del siglo XX, Isaac Asimov (1983), con su novela Un guijarro en el cielo (1950), si bien en ella aún no aparecen las IA, sí se presentan avances tecnológicos futuristas y, sobre todo y más importante, enfatiza las implicaciones sociales y políticas de un mundo altamente tecnológico. Ese mismo año se publica Yo Robot, donde ya aparece la inteligencia artificial y la cual rondará las distintas series de Robots (1940 – 1985) y Fundación (1942 – 1993), en todas estas obras siempre estuvo imperante la preocupación por los efectos tecnológicos en la sociedad. De hecho, y no es para diluir la emoción, pero en la obra maestra de cine Metropolis (1927) de Fritz Lang y en las películas: 2001: Odisea del espacio, Terminator (1984), Matrix (1999), Artificial Intelligence (2001), Ex Machina (2015), Blade Runner 2049 (2017), The Creator (2023); en todas ellas se presenta un futuro distópico donde los avances tecnológicos se vuelven en contra nuestra, porque el ser humano no ha tenido el cuidado ético-político-social para la utilización de esta herramienta.

Antes de que nos alcance este futuro distópico, es importante saber que aún estamos en el intersticio de las Inteligencias Artificiales. Intersticio es el espacio entre dos cosas, en este caso, entre dos futuros posibles, uno donde el ser humano utilice la tecnología de las IA para un bien social y otro, como el de las películas, donde las IA al servicio de las grandes empresas terminen aplastando a los trabajadores y a los seres humanos en general. El desarrollo de la automatización ya tiene algunas décadas y ha desplazado puestos de trabajo en las fábricas. En este sentido es importante plantear algunas reflexiones.

En primer lugar se habla de inteligencia artificial porque se busca emular la inteligencia humana; sin embargo, el psicólogo Howard Gardner (1983) plantea que los seres humanos no poseen una, sino inteligencias múltiples, como la lingüística, lógico-matemática, espacial, musical, corporal-cinestésica, intrapersonal e interpersonal, entre otras. Por lo tanto, la inteligencia es una totalidad orgánica configurada además por emociones, consciencia, memoria, percepción. Mientras que la IA está basada en el reconocimiento estadístico de patrones. Lo cual es muy distinto a la capacidad de pensar y aprender de manera independiente, de significar y dotar de sentido las cosas, de objetivar y subjetivar, por lo tanto “la inteligencia humana no puede identificarse bajo ningún rubro con la inteligencia artificial” (Zardoya, 2024).

En segundo lugar, la energía necesaria para mantener funcionando las IA puede ser igual o mayor que la energía de una ciudad o un país. “Investigadores de la Universidad de Massachusetts encontraron que se emiten cinco veces más emisiones para entrenar una IA que para fabricar un coche” (Monedero, 2024). Además se explotan tierras raras del norte-sur para sus componentes, tensionando así la “precaria cadena de suministro global” (Ibídem) por lo tanto, tienen un altísimo impacto ambiental. ¿Se justifica entonces el uso actual de las IA?

En tercer lugar, es importante tener en cuenta quiénes son dueños de las IA: las grandes empresas trasnacionales, y el objetivo de estas empresas no es el bien común, no es la justicia social, es generar dinero y reducir costos laborales. Es el capitalismo el que está guiando el curso de las IA.

En cuarto lugar, hay que tener presente que las IA se presentan como una herramienta, tal como el martillo, que pueden ser utilizadas para crear o destruir, para liberar u oprimir. Estas herramientas se pueden conceptualizar como órganos exosomáticos, son extensiones de nosotros. Por ello pueden ser utilizadas también para el bien común como es el apoyo de diagnósticos médicos que puedan ser más certeros. Depende de nosotros exigir que el beneficio de las IA sea colectivo, y no solo privado; debe mejorar la vida de todas y todos.

Regresemos al ejemplo musical: las IA han sido utilizadas por la industria musical como una manera automática de generar música. ¿Es la música generada por IA lo que quieres escuchar en tu camino de regreso a casa? Actualmente ya comienza a desplazar a los músicos especializados en orquestar y componer. Un músico entrevistado, que tiene un proyecto colectivo de música a la carta —donde las empresas pueden elegir qué composición comprar para utilizar en episodios de series para Netflix— comenta, que a partir de la incursión de las IA, en este último año sus ventas han bajado 50 por ciento. Las empresas reducen costos al comprar música generada por IA y los compositores ven desplazado su trabajo.

Si a causa de las IA se despedirán trabajadores, y estos son quienes compran los productos y pagan impuestos entonces estamos ante una paradoja que “se resuelve solo si se tiene una renta básica universal” (Ibídem), donde todos los seres humanos tengan garantizada una forma de vida digna.

Somos la resistencia, y de nosotros depende el uso que les demos a las IA a favor nuestro o en contra nuestra, pues no hay que olvidar que el sistema capitalista asimila la resistencia, se apropia de ella y de sus símbolos, los comercializa.

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Referencias

 

Asimov, I. (1987). Guijarro en el cielo. México: Editorial MR.

 

Gardner, H. (1983). Estructuras de la mente. México: Ed FCE.

 

Monedero, J. (2024, 14 de Enero). Inteligencia artificial: ¿El fin de la estupidez humana?

 

Zardoya, R. (2024, 9 de enero). La inteligencia Artificial desde una perspectiva Marxista.