Como cada año, 2023, con un público ávido nuevamente de disfrutar eventos culturales y científicos, será anfitrión de la fiesta astronómica de la Noche de las Estrellas. En esta ocasión será el 25 de noviembre y tendremos una luna en fase gibosa creciente, con un 98 por ciento de iluminación. Esta luna será visible toda la noche del 25 de noviembre, pero dada su avanzada edad (dos días antes de la fase llena), representará un reto importante para poder observar otros objetos de bajo brillo superficial como nebulosas, cúmulos y galaxias.
Los grandes planetas, Júpiter y Saturno, vuelven a dominar, desde las primeras horas de la noche, los eventos planetarios. Júpiter será el planeta más brillante en el cielo, después de Venus, con una magnitud V=-2,85, se encuentra en la frontera entre las constelaciones de Aries y Cetus. Su gran tamaño angular en el cielo, 48.6 segundos de arco, lo hace accesible a cualquier tipo de telescopio y con uno de mediana apertura se podrán observar muy fácilmente los cuatro satélites galileanos; Io, Europa, Ganimedes y Calixto. A las 3:17 horas de tiempo universal del 26 de noviembre se podrá observar el inicio del tránsito del satélite Io, mientras que a las 3:42 aparecerá la sombra del satélite sobre la superficie de Júpiter. Este evento se podrá observar con los telescopios de mayor apertura. Saturno, por su parte, con una magnitud V=0.83 y un tamaño angular de 17.1 segundos de arco, se encuentra en la región sur de la constelación de Acuario. Serán claramente visibles sus anillos, con telescopios de mediana apertura, así como sus satélites principales: Titán, Mimas, Rhea, Tethys, Dione y Enceladus.
Marte no será visible en esta ocasión y Venus podrá ser observado solo por los trasnochados, ya que aparece a las 3:40 de la mañana del 26 de noviembre por el horizonte oriente.
Además de los miembros del sistema solar, tendremos objetos estelares, cúmulos abiertos y globulares; así como un par de galaxias entre los objetos a observar durante la noche del 25 de noviembre.
Otro objeto al que hay que prestarle atención en las primeras horas de la noche es Albireo (β Cyg), una de las estrellas dobles más hermosas y más fáciles de observar en el cielo nocturno. El alto contraste de color entre sus componentes (una estrella roja de 4,100º y una azul, de 12,000º) y la separación de los mismos, la hace accesible incluso a los telescopios de menor apertura.
Entre los llamados objetos de cielo profundo, los cúmulos estelares globulares están representados por M15 y M2, mientras que el cúmulo doble de Perseo (NGC 869 y NGC 884) y las Pléyades (M45) sacan la cara por los cúmulos abiertos. M31 y M33 son dos galaxias espirales que también podrán ser observadas. La segunda de éstas es una galaxia de bajo brillo superficial que se puede observar sólo con telescopios de apertura moderada, mientras que M31 es un objeto para telescopios más modestos.
El final de la noche estará dominado por la constelación de Orión y sus objetos circundantes, destacando M42, la Gran Nebulosa de Orión, una región de formación estelar intensa en nuestra galaxia. A simple vista, en una noche oscura y despejada, aparece como un objeto borroso, pero con binoculares o telescopios pequeños esta nube molecular se ve con mayor nitidez, incluido un cúmulo abierto, en el centro de la nube molecular, que se denomina Cúmulo del Trapecio, por el asterismo de forman las cuatro estrellas principales.
M45 es el cúmulo abierto con mejor visibilidad, a simple vista, en el cielo. Sin ningún instrumento óptico veremos las siete estrellas más brillantes del cúmulo: Atlas, Alcyone, Merope, Electra, Maia, Taygeta y Galeano. Con telescopios de mayor apertura veremos cada vez una mayor cantidad de las más de 500 estrellas que forman este magnífico cúmulo estelar. Recomendamos utilizar oculares de poco aumento para que se pueda observar toda la belleza del cúmulo.
Como ya mencionamos, observar los objetos difusos o nebulosos será un reto muy importante por el alto brillo de la luna, se requerirá pericia y entrenamiento para poder observarlos.
Los objetos que hemos descrito hasta ahora son los más fáciles de observar, dado que son los más brillantes, se pueden apreciar con telescopios de menor apertura.
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