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¿Qué hábitos tienen las personas centenarias?

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Vivir más de 100 años seguirá siendo un reto para la humanidad; sin embargo, hay regiones en el mundo llamadas zonas azules donde sus habitantes presentan características distintivas. Hacia el año 2021 la Organización de las Naciones Unidas (ONU) señaló que hay más de 600 mil centenarios en el mundo y pueden alcanzar la cifra de un millón hacia el final de esta década. El último censo oficial en México registro 18 mil 295 personas centenarias y en Tlaxcala 197, de los cuales las mujeres representan 64 por ciento en el país y 71 por ciento en Tlaxcala.

Aunque los teóricos de la población señalan que este segmento irá en aumento, cuando menos en México en los últimos 40 años, este proceso no ha sucedido. En Tlaxcala la tendencia general a largo plazo también es descendente, con caídas más drásticas que incrementos cada 10 años.

Se esperaría que, ante los incrementos en cifras absolutas de la población, mayor esperanza de vida y aumento en cantidad de personas mayores, el número de personas centenarias fuera mayor; sin embargo, esto no ocurre así. Incluso ante un incremento de la población total en el país, el número de personas centenarias en los últimos 20 años presenta una reducción pasando de 19 mil 757 en el año 2000 a 18 mil 475 en 2010 y 18 mil 295 en 2020.

Por lo tanto, ¿qué hay detrás de esta reducción de personas centenarias? Una explicación puede estar determinada por los hábitos que están desarrollando las personas durante su edad productiva. En la actual sociedad de la información, se espera que las nuevas generaciones accedan a suficiente conocimiento sobre el autocuidado y aprendan a envejecer, lo que permitirá un mayor número de personas centenarias en México y el mundo.

Cinco procesos de interiorización para una longevidad con calidad de vida

Llevar un estilo de vida saludable, antes y después de cumplir los 60 años de edad, es determinante para una longevidad con calidad de vida. La capacidad de desarrollar hábitos que permitan gestionar riesgos y variables del exterior de manera positiva para interiorizarlos a su favor, es la clave de la longevidad.

Autores como Jiménez (2024) señalan que solo 30 por ciento de las patologías se explican desde el factor biológico, el restante 70 por ciento lo determinan estilos de vida. Los hábitos positivos tienen una procedencia externa, todos se interiorizan en la persona. Dependiendo la región y las condiciones del entorno, es que las personas han desarrollado mecanismos locales que los hacen más fáciles o difíciles de construir o fomentar. Estos cinco componentes son:

La alimentación de calidad en algunos pueblos nahuas y totonacas donde hay evidencias de una longevidad alejada de la enfermedad, hay un constante consumo de cuando menos 20 tipos de quelites y verduras silvestres nativas (moxa, mafafa, mozote, amamaxtle, pachiquelite, entre otros) que son ajenos a contaminantes químicos, así como consumo de granos, leguminosas y carne criolla. Además, la alimentación se ha complementado con prácticas del consumo de bebidas como pulque y agua de manantial, los cuales proporcionan bacilos y óxido de deuterio que favorecen la actividad intestinal y la ralentización celular que retarda el envejecimiento.

El cuidado físico incluye realizar actividad motriz suficiente y adecuada a la edad de cada persona para mantener un cuerpo activo, con autonomía e independencia funcional. Este cuidado incluye acciones de autocuidado como dormir cuando menos ocho horas diarias, tener proximidad con ambientes naturales, plantas, entornos agradables, confort bioclimático y evitar lesiones músculo esqueléticas por sobrecarga o caídas. A este cuidado se suman prácticas rurales como el uso del temazcal (para liberar toxinas por el filtro más grande del cuerpo que es la piel).

La afectividad y proximidad familiar permite mantener constante armonía entre sus integrantes, comer en familia la mayor cantidad de veces, demostrar y recibir afecto aleja de la soledad. A partir de una muestra de personas centenarias en el estado de Tlaxcala, se encontraron cinco hábitos comunes a ellos, dos de los cuales están vinculados a este componente, el primero es la organización constante de festejos familiares (fiestas motivadas por el simple pretexto de convivir); y, segundo, el establecimiento disciplinado de horarios para que la mayor cantidad de integrantes del hogar compartan juntos los alimentos.

La construcción de emociones es un tonificante permanente de las personas longevas y se realiza a partir de la creación de vínculos afectivos sólidos en distintos niveles donde florecen lazos de amor, afecto y confianza con la pareja, hijos, padres, hermanos, parientes cercanos, amigos y vecinos. A estas emociones se suman logros de éxito económico, material, profesional y laboral. Un tercer patrón encontrado en la muestra, fue que las personas longevas son dueños de sus tiempos laborales, esto les evita tensiones, presión por logro de metas y finalmente estrés laboral (esta variable puede explicar por qué las mujeres viven más años). Un cuarto patrón fue la alegría y buen carácter que es característico de todas ellas, además pudieron destacarse rasgos como el gusto por la música, bailar y cantar.

Por último, tenemos la proximidad espiritual para un alejamiento de la opresión social para la vida, que se traduce en lograr estados de armonía y paz que se interiorizan. Normalmente se logra con rezos, visitas a lugares sagrados o asistencia frecuente a espacios de fe. En Tlaxcala, se encontró como último patrón que las personas viven un profundo y sólido sistema de creencias religiosas, asociadas a festividades locales donde acudir a misa, formar parte de las celebraciones y rituales religiosos son imperdibles, hay una profunda convicción a sus conexiones espirituales y las asumen como una responsabilidad y compromiso individual, familiar y comunitario. Esta identidad cultural está arraigada y tiene un fundamento y contenido religioso.

A manera de conclusión, para llevar una vida saludable, es fundamental alejarse de la opresión social para la vida y procurar los siguientes aspectos: consumir alimentos y bebidas nativas, realizar actividad motriz, dormir más de ocho horas, buscar afectividad y proximidad familiar a partir de festejos, compartir los alimentos, construir emociones, fomentar logros profesionales y laborales, alejarse del estrés, ser dueño de su tiempo, ser alegre y tener buen carácter, cantar y bailar, aproximarse a la armonía espiritual y rezar para tener paz. Estos elementos han permitido a las personas superar la barrera de los 100 años. Cada componente aleja de la enfermedad física y psicológica a los seres humanos y crea condiciones para educar y preparar a las personas para una longevidad con calidad de vida.

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Referencias

Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Censos 1980, 1990, 2000, 2010 y 2020.

Jiménez G. R. (2024). Ante aumento de la población de personas mayores, UATx impulsa la gerontología, en El Sol de Tlaxcala, 28 de Agosto de 2024, en https://www.elsoldetlaxcala.com.mx/local/ante-aumento-de-la-poblacion-de-personas-mayores-uatx-impulsa-la-gerontologia-social-12467420.html

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