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Las ciencias sociales en el mundo

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Entre sus múltiples actividades cotidianas, la UNESCO ha venido generando desde hace varios años una serie de informes sobre la ciencia y la educación, de los cuales hoy queremos comentar el intitulado “Informe sobre las ciencias sociales en el mundo. Las brechas del conocimiento”, publicado originalmente en inglés en 2010, por iniciativa del Foro Consultivo Científico y Tecnológico A. C. y del Consejo Mexicano de Ciencias Sociales. Un año después tenemos la versión en español. El primer Informe fue publicado en 1999.

Nos parece relevante que el subtítulo del Informe sea “Las brechas del conocimiento”, indicando así el tema central de discusión y la forma de exposición; se reconoce que la producción, alcance y uso de las ciencias sociales (en adelante CS) está condicionado por la disparidad y la fragmentación. La utilización del concepto de “brechas” es, a nuestro juicio, poco apropiado (en inglés el concepto utilizado es “divides”), pues se refiere tanto a las grandes disparidades en las capacidades de investigación entre países y regiones –recursos financieros y humanos–, como a la existencia de problemáticas específicas de ellos, incluyendo también como “brecha” a la diversidad de métodos, enfoques y paradigmas existentes. El acceso al conocimiento, el tipo y calidad de los resultados de investigación en las CS, forman parte de lo que imprecisamente denominan como “brechas”.

Desde la introducción del documento se señalan las principales tensiones a que son sometidas las CS: las exigencias de aplicabilidad-utilización en la resolución de la problemática mundial y nacional, su uso desde y para las estructuras de poder, así como la creciente comercialización de sus resultados –es decir su integración al mercado científico tecnológico. Tensiones que varían entre cada región y disciplina.

El Informe está organizado en diez capítulos que pretenden dar un panorama de la institucionalización de las CS en el mundo, de sus objetos de estudio y problemas metodológicos, así como de las brechas mencionadas. Del contenido del Informe nos interesa comentar el problema de la hegemonía occidental en las CS. Al respecto se señala que: “Las diferencias en el volumen, calidad y visibilidad de la investigación social y la continua supremacía de las ciencias sociales de Europa y Estados Unidos conducen frecuentemente a diferencias profundas en las capacidades de investigación” (103). El fenómeno de la colonización en el conocimiento social ha sido un tema de discusión desde hace ya bastante tiempo, la hegemonía de la visión occidental incluye tanto la validación de las teorías y perspectivas como de los temas relevantes y las metodologías adecuadas.

La revisión que se hace en el Informe de las capacidades desiguales entre los países nos muestra algunos aspectos de esa hegemonía. En un mundo en el que todo se trata de cuantificar, se hace un esfuerzo por medir las diferencias de capacidad: inversión, académicos, estudiantes, publicaciones, etcétera; son evidentes no sólo la diversidad en cuanto a la delimitación de lo que son las CS, sino también a la información disponible. Es relevante que en términos de su institucionalización busca en todo el mundo, como parte del paradigma educativo neoliberal dominante, que su producción sea de “calidad internacional” y se utilicen los “index” mundiales para medirla.

La publicación señala adecuadamente el dominio de las revistas europeas y occidentales, que si bien han tratado de “abrirse” hacia las demás regiones, su hegemonía es indudable. Al respecto, en la base de datos de Thompson-Reuter dos países concentran más del 50% de los artículos publicados (Estados Unidos 38.9% y Reino Unido 12.1%), en tanto que en la de Scopus son cuatro (EUA 30.2%, Reino Unido 13.4%, Canadá 5.6% y China 5.1%); en términos de idioma, las publicaciones en inglés predominan con un 76%, seguidas del alemán (7.2%) y el francés (6.9%).

Así, en otro artículo se hace una revisión de esas bases de datos; después de constatar el crecimiento en el número de textos y revistas en CS concluye que “…la globalización e internacionalización de la investigación han favorecido esencialmente a Europa y América del Norte, regiones que ya eran dominantes. Más aún, la autonomía de las otras regiones ha disminuido y la dependencia de los actores centrales, medida por citas, ha aumentado en los últimos años.” (158).

En este contexto, es irónico el título de uno de los artículos del Informe: “¿Porqué los académicos kenianos no publican en revistas internacionales?” Si bien se dan buenos y reales argumentos al responder tal pregunta –falta de tiempo, escasos salarios, dificultades de acceso a libros y artículos recientes, comentarios negativos de los dictaminadores de la revistas internacionales, problemas de actitud de administrativos y profesores–, quizá antes debería preguntarse sobre la pertinencia y necesidad de que publiquen en ellas. En los textos que componen el capítulo 5 se pone en discusión parte de esta problemática, en ellos se trata de ubicar las tendencias contrahegemónicas y las tensiones entre el conocimiento global y el local; por ejemplo, en el artículo sobre los discursos alternativos en las CS en Asia se concluye que “…deben ser pertinentes para el estudio de las sociedades de Asia… desarrollar conceptos y teorías originales sobre las bases de las tradiciones filosóficas y discursos populares de estas sociedades.” (178).

Es indudable que las 426 páginas del Informe son insuficientes para tener un cuadro más completo del acontecer en las CS, sin embargo los temas tratados y los autores de los textos son de la más diversa índole, por lo que se podrá encontrar un bosquejo de discusiones actuales, enfoques, disciplinas, actores  e instituciones en las regiones y países del mundo; es pues un Informe que es pertinente revisar con una mirada aguda, crítica.

Las CS surgieron al amparo de la Ilustración, del proyecto de modernidad, con fuertes raíces en las preocupaciones de un pujante capitalismo que avasallaba no sólo a las demás relaciones sociales existentes en el mundo, sino también se apropiaba de la naturaleza, consolidando al antropocentrismo. Ese capitalismo muestra hoy su agotamiento, la crisis económico-financiera, el destrucción de la naturaleza –cambio climático-, la crisis alimentaria, el crecimiento de la pobreza y la exclusión, etc., evidencian ese agotamiento. Asimismo, la capacidad de organización y respuesta de los pueblos del mundo es cada vez mayor, generan movimientos y experiencias alternativas distintas al modelo neoliberal y al mismo capitalismo. Las ciencias sociales también están en disputa; si bien el paradigma neoliberal privilegió un tipo de teorías y problemáticas, hoy los actores y sujetos sociales plantean nuevos problemas y exigen nuevas respuestas.

* UNESCO (2011) Informe sobre las ciencias sociales en el mundo. Las brechas del conocimiento, UNESCO-Foro Consultivo, México. Disponible en http://www.foroconsultivo.org.mx/home/index.php/libros-publicados/ano-2012

** Académico CEDES-BUAP.

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