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Los astros se han conjugado para hacerte una mala jugada

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Una de las preguntas más recurrentes que nos hacen a los astrónomos tiene que ver con las constelaciones y en particular con las constelaciones del Zodiaco, que dan lugar a los horóscopos. De acuerdo con la astrología, el hecho que el Sol se encuentre en cierta dirección, lo que da origen al sigo zodiacal, y que los planetas se encuentren en cierta posición al momento de nuestro nacimiento, tiene una influencia fundamental en nuestro futuro.

Frases como “los astros se han conjugado para hacerte una mala jugada”, “desde hace tiempo deseas tener éxito en ese cometido que te fijaste”, “ten cuidado con los obstáculos que se te puedan presentar en el camino”, “es momento de hacer un alto en el camino y pensar en corregir el rumbo” o “las estrellas se alinearon para ti”, aparecen diariamente en los  horóscopos publicados en  periódicos de baja y alta circulación. Frases tan vagas pero efectivas que hacen que mucha gente los consulte cada día, a pesar que los horóscopos en los diferentes periódicos se contradicen.

La idea de la predicción del futuro seguramente tiene que ver con los primeros observadores del cielo, que luego de varios años asociaron la posición de determinado grupo de estrellas con épocas importantes para la comunidad, cuándo sembrar, cuándo cosechar, cuándo llegaría el frío y cuándo las lluvias. Esto les dio, desde luego, reconocimiento y poder, aunque también un gran riesgo cuando las predicciones fallaban.

Luego hay un salto, cuando se asignó un signo del zodiaco a las personas nacidas en determinadas fechas, y entonces ya sólo era necesario conocer la fecha o época del año en que había nacido para poder determinar algunas características de su personalidad, y cómo sería su futuro.

¿Qué son las constelaciones?

En una noche y sitio oscuros, se pueden observar unas 2,500 estrellas, de diferentes brillos y colores. Su distribución en el firmamento no parece en absoluto aleatoria: las estrellas parecen agruparse, formando lo que a nuestros ojos parecen caprichosas formas. A estos conjuntos de estrellas que, mediante trazos imaginarios sobre la esfera celeste, forman patrones que evocan determinadas figuras (animales, personajes mitológicos, etcétera), les llamamos constelaciones.

Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones, estas estrellas, que parecen estar asociadas, en realidad están separadas por enormes distancias. Por ejemplo, las estrellas que forman la llamada Osa Mayor están separadas por decenas de años luz1, pero al verlas proyectadas sobre la esfera celeste nos hace imaginar la figura de un cucharón gigante. De esta manera se fueron formando, desde tiempos muy antiguos, las constelaciones a las que hoy estamos habituados.

En algunos casos, las agrupaciones casuales de estrellas daban como resultado figuras fácilmente reconocibles como, por ejemplo, la de Orión. En otros casos, es muy difícil comprender por qué a un grupo de estrellas se le asignó un nombre determinado, como Acuario o la misma Osa Mayor. A  lo largo del tiempo, en diferentes culturas, fueron apareciendo diversas maneras de identificar las constelaciones, utilizando las mismas estrellas aunque produciendo figuras, nombres e historias diferentes.

Actualmente hay 88 constelaciones reconocidas por la Unión Astronómica Internacional. Tienen su origen en muy diversas fuentes y épocas. La mayoría de las constelaciones que podemos observar desde el hemisferio Norte están incluídas en la lista de 48 constelaciones recopiladas por Ptolomeo en el Almagesto y provienen de diferentes culturas antiguas. Mientras que la mayoría  de las constelaciones del Sur fueron nombradas por el abad Nicolás Lacaille en el siglo XVIII. Desafortunadamente, los nombres asignados por los pueblos indígenas fueron ignorados. Al parecer las constelaciones zodiacales se originaron en Mesopotamia hace unos tres mil años.

Las constelaciones del Zodiaco.

 

Se llama Eclíptica a la trayectoria anual aparente del Sol con respecto a las estrellas. Las constelaciones localizadas sobre esta franja se les llama Constelaciones del Zodiaco. Hay doce de ellas y el “signo” que nos corresponde es el de la constelación donde se localizaba el Sol al momento del nuestro nacimiento, como se muestra en la figura.

Hay varias maneras de probar la validez de los horóscopos, algunas muy simples, por ejemplo, debería haber trece constelaciones del zodiaco, ya que el Sol pasa un tiempo sobre la constelación de Ofiuco, ¿qué sucede con la personas nacidas en esta época? Por otro lado, a pesar que las constelaciones tienen diferentes tamaños, lo que implica que el tiempo que pasa el Sol en cada constelación es distinto, en los periódicos aparecen siempre los mismos intervalos, 30 o 31 días. Además, debido al efecto de precesión, causado principalmente por la atracción gravitacional del Sol sobre la Tierra, ha habido un desplazamiento de casi un signo en la posición del Sol desde que se asignaron nombres  a las constelaciones. Es decir, nuestro sigo del zodiaco  puede estar desplazado ¡casi un mes!

Otra manera de probar que la astrología no tienen ningún fundamento científico es tomar los casos de gemelos, nacidos casi al mismo tiempo y en el mismo sitio, que han tenido destinos muy diferentes, como el caso de Rómulo que mató a Remo.

Se han hecho otras pruebas más robustas, por ejemplo, enviar horóscopos idénticos a un grupo de personas con diferentes signos del zodiaco, resultando que más del 90% lo identificaban como suyo. En otra prueba se cambiaron algunas frases por las opuestas, resultando el mismo porcentaje de credibilidad.

También podríamos hablar del “efecto” de las estrellas. El único que conocemos es la gravedad, pero la fuerza gravitacional de la partera es mayor que el de la estrella más cercana. Sin embargo, creo que la mejor prueba que hacemos es local. Cuando doy las charlas de astronomía vs astrología, le pido a una amiga de INAOE que haga horóscopos in situ. Por supuesto, siempre acierta, sólo que mi amiga no es astróloga, aprendió a hacer horóscopos cuando era periodista y cada vez que perdía una apuesta, igual que a sus colegas, le tocaba, de castigo, escribir los horóscopos.

Si las frases son tan deliberadamente vagas para que cualquier persona las pueda aplicar y si dicen lo que se debe hacer, mas no lo que va a suceder, ¿cómo es que hay tantos seguidores? Quizá los horóscopos le den un significado cósmico a nuestras vidas,  nos conectan con el universo. La gente puede creer en lo que quiera,  sin embargo, lo que ya no es justo, es que otros lucren con esas creencias.

Más peligroso aún es creer que si los astros determinan nuestro destino, ¿para qué hacer algo por cambiar? Si creemos en los horóscopos, nuestra vida será tan vaga como sus predicciones.

* INAOE. Correo: [email protected]

Nota

1 Año luz (al). Distancia que recorre la luz en un año a 300 000 km/s

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