El buen vivir presupone que la vida plena no es acumulación de valores; destrucción de la naturaleza o mercantilización de relaciones humanas; enfatiza la satisfacción de las necesidades materiales y espirituales de la sociedad en armonía con la naturaleza y en permanente diálogo inter e intracultural. El bien vivir o vivir bien propone que todos y todas satisfagan las necesidades básicas de comer, beber, bailar, dormir, trabajar, pensar, meditar, amar, escuchar, hablar, soñar, caminar, dar y recibir.
Bolivia, Ecuador y México son algunos ejemplos de la emergencia de discursos que revaloran la cultura vernácula en aras del buen vivir; experiencias narradas en este número por Gian Carlo Delgado, Violeta Núñez y Luciano Concheiro, Jana Meza, Pablo Uc, Mayolo Abdías y Ricardo Pérez Avilés, Luis Jorge Álvarez Lozano y Hortensia Demian. Complentan la edición las columnas habitalues de Raúl Mújica, José Ramón Valdés, Juan Jesús Juárez, Tania Saldaña y Constantino Villar, Alberto Cordero, Gabriel Ávila y Denise Lucero.