Date:

Share:

Tras las huellas de la naturaleza: seis años en radio a favor del cuidado y la conservación de especies mexicanas

spot_img


11_n23Desde hace seis años, Hela la Heloderma, Tizoc el Ajolote y Mario la Iguana transmiten Tras las huellas de la naturaleza todos los domingos a las 9 de la mañana por 96.9 de frecuencia modulada de Radio BUAP; son parte de la barra infantil y se han consolidado como un programa de divulgación científica en temas de biología. Tania Saldaña Rivermar, Constantino Villar Salazar y Juan Jesús Juárez Ortiz, herpetólogos egresados de la escuela de Biología de la BUAP dan vida a estos personajes silvestres que domingo a domingo mantienen a niños, padres de familia y abuelitos pendientes del programa.

Todo empezó como un proyecto escolar de educación ambiental para la evaluación de una asignatura del currículo de la licenciatura en biología. Constantino, Tania, Juan y otros estudiantes emprendieron el proyecto de la conservación del ajolote por medio del teatro y no imaginaron que este era apenas era el inicio de un fértil camino hacia la divulgación científica y educación ambiental.

En entrevista para Saberes y Ciencias, nuestros colaboradores comparten su experiencia de divulgación de la ciencia a través de la radio.

¿Cómo surge la necesidad de hacer divulgación de la ciencia?

“En las comunidades donde realizábamos nuestras prácticas nos dimos cuenta que los niños que vivían junto a las lagunas no conocían a los ajolotes; entonces nos cuestionamos: ¿qué estamos haciendo en los laboratorios? Estamos trabajando con especies endémicas, especies únicas en el mundo, titulamos nuestros artículos con ´Un regalo más de México para el mundo´ y los mexicanos no los conocemos. La gente piensa en salvar a los osos polares, está bien que se involucren, pero tienes animales a la vuelta de la esquina, por ejemplo en Valsequillo hay especies que están en alguna categoría en riesgo; en la Sierra Norte del estado hay anfibios en peligro de extinción severo y la gente no se involucra con ello. Hay personas que nos han dicho yo me involucro en salvar a las focas porque están bonitas pero el sapo que tú me estás presentando es un animal feo”.

Callicóatl es el nombre del grupo de herpetólogos que decidieron usar el teatro como espacio de expresión lúdico para acercar información científica y relevante al público en general sobre la conservación del ajolote mexicano, especie endémica en peligro de extinción, y sobre las acciones que es posible realizar para disminuir el impacto de las actividades humanas sobre los ecosistemas. Tomaron clases de teatro, crearon personajes y redactaron la obra teatral sustentada con investigaciones científicas. Se presentaron en escuelas, orfanatos y plazas públicas; evaluaron el impacto en los espectadores y ansiosos de tocar las fibras más sensibles del auditorio fueron incorporando otras expresiones artísticas como la música y la imagen.

Este esfuerzo artístico de divulgación científica les valió la mención honorífica otorgada por la Sociedad Latinoamericana de Educación Ambiental en el Congreso Latinoamericano de Educación Ambiental en Brasil 2007. Además la canción del Ajolote Mexicano, autoría de Juan Jesús, formó parte de las 20 obras seleccionadas por Conabio y Conaculta para el material discográfico: México, país de maravillas. Cantos y cuentos por nuestra naturaleza.

¿Por qué cambiaron el teatro por la radio?

“Nos dimos cuenta de que no era la única especie en situación de vulnerabilidad, la pérdida de una especie endémica implica perder parte de la cultura y la cosmovisión que hay entorno a ella, obvio que si no las conocemos no podemos hacer algo al respecto, y este es nuestro granito de arena, nuestra trinchera. Sin embargo, resultaba imposible hacer una obra de teatro por cada especie vulnerable, además había que cumplir con los compromisos laborales y académicos .

“En una charla de café surgió la idea de un programa de radio, y aunque algunos lo pensamos como imposible no faltó quien insistió. Tocamos las puertas de Radio BUAP y con apoyo del entonces director de la escuela de Biología Jorge Cebada Ruíz, nos entrevistamos con José Carlos Bernal, director de la radio. Le gustó el proyecto y nos pidió que grabáramos un demo para que lo escuchara el doctor Jorge David, director de Comunicación Institucional, dijeron que nos llamarían.

“Pasó más de un mes y dábamos por perdido el proyecto cuando llamaron para decirnos ´inician con media hora los domingos, preséntense con Jesús Aguilar para ver cuándo comienzan´. Jesús nos preguntó cuántos programas íbamos a grabar, no sabíamos; sólo nos dijeron que teníamos media hora los domingos, obviamente: dijeron estos son biólogos, no los vamos a aventar al aire.

“Jesús Aguilar nos fue enseñando todo, a modular la voz; nos decía: ¡no estás en el teatro; no es necesario que grites!; nos enseñó cómo trabajar, cómo buscar información y cómo plasmarla en un guión de radio; hizo maravillas. Cuando los programas se editaban, iniciábamos a las 6 de la tarde y nos daban las 3 de la mañana para la edición de un programa de 30 minutos y no nos íbamos hasta terminar. Era difícil porque a través de la voz debes hacer que la gente se imagine y esté sintiendo lo que estás haciendo.

“Llegó un momento en que la carga de trabajo de todos ya no nos daba para grabar y terminar de editar a las 3 de la mañana; entonces Jesús nos dijo: ¿por qué no se lo avientan en vivo? Ya están preparados. Claro que el primer programa de radio al aire se parecía al primero que grabamos, como si hubiéramos vuelto a empezar”.

¿Cómo preparan sus programas?

“Hay temas que manejamos bien, los que tiene que ver con anfibios y reptiles, sin embargo hay temas que debemos investigar y consultar bibliografía especializada. Ahora, con un poco más de experiencia, mientras investigamos vamos haciendo anotaciones en un lenguaje sencillo para que los niños lo comprendan, vamos haciendo el guión del programa y dándole vida a nuevos personajes. Cuando abordamos temáticas con líneas de investigación que no trabajamos acudimos a los expertos, afortunadamente muchos científicos poblanos están trabajando mucho y han colaborado con el programa. También tenemos invitados, artistas plásticos, músicos, colectivos que están emprendiendo acciones interesantes en la ciudad e investigadores”.

¿Cuántos personajes hacen el programa?

“Iniciamos cinco personajes principales; hoy en día tenemos 85, entre tortugas, sapos, cocodrilos e insectos; no todos son principales, algunos han desaparecido porque las personas que les dieron vida e identidad ya no están. Procuramos que los personajes sean como una persona común, tal cual, personajes borrachos, fresas, gays, nacos, abuelitos, etcétera; queremos que se entienda que si bien existe diversidad biológica también existe diversidad social, que con toda esa diversidad es posible convivir y que todos somos partícipes e importantes. Vemos mal que al niño se le relegue, que no tenga voz ni voto, hay que crecer en un núcleo y que te respete por lo que eres, no importa si te gusta el rock, la cumbia, si eres gordo, flaco, si tienes los ojos chuecos, si estás cachetón o tienes papada, eso es algo que hemos trabajado mucho.

“Las voces las hacemos entre cuatro personas, algo que nos ayudó para el doblaje de las voces, porque además seguimos siendo amateurs, fue el teatro, empezamos a trabajar las voces, a gesticular, el títere debe actuar, tú debes de darle vida, debes de estar actuando.”

¿Es un programa sólo para niños?

“El programa se pensó para niños de cuatro a 12 años porque consideramos que a los cuatro ya dominan algunos conceptos y hasta los 12 porque una vez que salen de la primaria ya no quieren ser niños. Ha sido impresionante y satisfactorio saber que los padres de familia acompañan a sus hijos mientras escuchan el programa, otros nos siguen escuchando a pesar de que sus hijos que ya son adolescentes.

“La radio no educa, la radio acompaña durante un proceso, una hora, un desayuno, una plática de sobremesa. Te encuentras con papás que son partícipes de este proceso con sus hijos, algo muy interesante es que hay padres que nos hablan o que hemos conocido, se acercan para expresarnos algunas dudas, porque sus hijos las tienen y ellos se dan a la tarea de investigar. Es una dinámica donde papá, mamá e hijos se involucran en un proceso de conocimiento y se vuelve de ida y vuelta, ellos investigan justo porque la radio no te va a dar todo eso, sólo te pone la espinita.

“Nosotros pensamos que por ser un programa infantil sólo nos dirigíamos a niños, para nuestra sorpresa nos empezaron a llamar abuelitos que escuchan nuestro programa y que para algunos es el pretexto para que domingo a domingo sus hijos y nietos vayan a desayunar con ellos mientras nos escuchan.

“Muchos niños nos han ido a buscar a la cabina, algunos lloran por la decepción ¡y cómo no con estas caras! porque esperan ver la pecera, esperan ver a Hela la Heloderma, a Tizoc el Ajolote y a Mario la Iguana. Una vez llegó una niña llorando porque los dinosaurios se extinguieron, en ese programa hablamos de la extinción de los dinosaurios y sobre la evolución de los dinosaurios aviformes a las aves, lo entendió muy bien”.

¿Cómo han sido estos seis años en la radio?

“No todo ha sido color de rosa; hay gente que nos ha criticado fuerte pero esas críticas te hacen crecer, nos gusta más que nos critiquen porque así crecemos, qué más que te digan, oye todo va super bien porque no sabes qué tan cierto es.

“Cuando encuentras niños que se involucran en tu locura, que investigan un tema cualquiera y te llaman para hacer un personaje y participar, quiere decir que estás cumpliendo tu objetivo, porque el niño está pensando qué soñar, qué imaginar, cómo involucrarse de una manera coherente, nos ha dado para mucho más y obviamente para mejorar”.

Callicóatl tiene nueve años de experiencia en divulgación científica con actividades lúdicas como talleres, teatro y música, además estos jóvenes comprometidos con la conservación de especies se mantiene en su tarea de investigadores especializados en el estudios de reptiles y anfibios.

*[email protected]

Más Articulos