La emoción de la gente al ver por primera vez en un telescopio es una de las grandes satisfacciones que me da mi trabajo: Kalimán

Jorge Cuautle Cortés, alias el Kalimán, es técnico en óptica del Taller de Óptica de la Facultad de Físico Matemáticas de la BUAP. Tiene 30 años de servicio en esta máxima casa de estudios y por más de 25 años fue el único técnico de este taller. Sus compañeros de trabajo y los estudiantes le dicen Kali por el afecto que le guardan.

En más de tres décadas de arduo trabajo, el Kali Cuautle ha construido infinidad de superficies ópticas para telescopios, principalmente; además, ha colaborado en publicaciones de investigaciones y tesis de licenciatura y posgrado.

p-08Todo inició en el INAOE

 

En 1973, con apenas 18 años, Jorge Cuautle ingresó al INAOE como trabajador auxiliar; ese mismo año el Instituto estaba por crear el taller de óptica y convocó a los trabajadores interesados a capacitarse para laborar en él de manera permanente.

Un taller de óptica especializado es un espacio donde se fabrican superficies ópticas para microscopios y telescopios que requieren un tratamiento profesional, es decir, que además de pulir las superficies, que generalmente son de vidrio, se realicen pruebas para certificar su calidad.

Una vez que se armaron y echaron a andar las máquinas del nuevo taller, Jorge el Kali participó junto con los doctores Daniel Malacara, Alejandro Cornejo y Jorge Castro en el proyecto de construcción del espejo primario de 2.12 metros del telescopio Ritchey-Chrétien que actualmente está en el Observatorio Astrofísico Dr. Guillermo Haro Barra-za, en Cananea, Sonora.

Jorge Cuautle admite que no tenía idea del impacto de su trabajo, pero una vez inaugurado el telescopio en 1987 y las múltiples investigaciones resultado de las observaciones en dicho telescopio lo llena de orgullo haber colaborado con tan ambicioso proyecto.

En los ocho años que estuvo trabajando en el INAOE, Cuautle recuerda y agradece las experiencias de aprendizaje al lado de investigadores del área de óptica como Alejandro Cornejo, Daniel Malacara, el ingeniero José Castro y Carlos Javier Martínez.

 

¿Por qué le dicen Kalimán?

 

“Durante un juego de futbol entre compañeros trabajadores e investigadores del INAOE, le entré muy fuerte al doctor Cornejo, y si bien no lo fracturé sí le dí un buen golpe; un compañero del taller mecánico al que le gustaba poner apodos me puso Kalimán, por un jugador del Cruz Azul, Javier el Kalimán Guzmán, con fama de ser muy rudo a la hora de jugar. Ya no me pude quitar el apodo, como tampoco el jugar sucio”.

En 1981 decidió salir del INAOE para ir en busca de otras experiencias en otros quehaceres fuera de la óptica; sin embargo, la suerte no lo favoreció, y en 1984 por invitación de Alberto Cordero —a quien había conocido en el INAOE cuando éste era maestrante— se integró al equipo de trabajo del taller de óptica de la FCFM de la BUAP.

 

30 años al servicio de la BUAP

 

Jorge Cuautle nació en San Francisco Acatepec, San Andrés Cholula, Puebla, el 27 de julio de 1954. Con la primaria completa, se especializó como técnico en óptica en el INAOE, en ese tiempo era de los pocos técnicos calificados en el área a nivel nacional.

En junio de 1984 se integró a la planta de la escuela de Física, y mientras se consolidaba el proyecto del taller de óptica se dedicó a dar mantenimiento a todo el equipo óptico.

“En 1989 por fin nos llegó la máquina pulidora de cuatro ejes; con esa máquina iniciamos con el pulido de lentes ópticas, empezamos con lentes sencillas para las prácticas de laboratorio de los estudiantes de física y la colaboración con estudiantes de licenciatura y posgrado en sus investigaciones sobre la construcción de algún componente óptico.

“Me fui interesando mucho en la construcción de superficies ópticas y en proyectos más grandes, como los colectores de rayos cósmicos, superficies de 80 centímetros con segmentos que tienen un grado mayor de dificultad, mantener una curva uniforme; hacer que trabaje como una parábola, una hipérbola o una elipse no es fácil, se requiere de mucha precisión mecánica y que yo no había hecho.

“En 1991, con el fenómeno del eclipse, surgió la inquietud de los estudiantes de construir telescopios; yo tenía la capacidad de construir los espejos para los telescopios pero no para ensamblarlos; conseguimos dibujos y empezamos a hacer superficies sencillas que requieren los telescopios newtonianos. Empezamos a construir los primeros telescopios de manera muy rústica, con tubos de PVC y bases de madera; el mayor problema eran los oculares, porque nuestra máquina tiene capacidad para hacer superficies de hasta cinco centímetros y los oculares más grandes son de 1.5 centímetros; ahí el INAOE apoyó con los oculares.

“Una vez que demostramos que aunque los telescopios eran rústicos funcionaban adecuadamente y la calidad de las imágenes era muy buena, construimos seis telescopios e invitamos al público en general a observar el eclipse.

“Después de esto surgió una gran demanda de los estudiantes por construir sus propios telescopios; después de un tiempo ya no teníamos capacidad para construir tantos; además, fue necesario capacitar a los jóvenes para que supieran qué se puede ver con este instrumento”.

Así inició en la BUAP el curso de construcción de telescopios con capacitación en astronomía para aficionados, impartido por astrofísicos de la FCFM y el INAOE para un público en general; este curso se impartía en diciembre pero requería la construcción de las superficies ópticas desde octubre; tuvo una duración de 15 años consecutivos.

“Fue una experiencia muy divertida; venían padres de familia con sus hijos, amas de casa, estudiantes, comerciantes, jubilados; el entusiasmo y la inquietud que mostraba la gente en construir su telescopio y aprender a usarlo ha sido una de las experiencias más satisfactorias; su alegría me causó alegría a pesar de que hubo que sacrificar tiempo con mi familia”.

 

Del aula al universo: un telescopio para cada escuela

 

Con la iniciativa de Alberto Cordero (BUAP), Raúl Mujica (INAOE) y Alejandro Arnal (Vitorinox) en 2011 se creó el programa Del aula al universo: un telescopio para cada escuela, en respuesta a la demanda de profesores de construir telescopios con sus alumnos.

A partir de entonces Jorge Cuautle ha construido centenares de superficies ópticas para telescopios newtonianos de escuelas primarias, secundarias y bachilleratos; su compromiso con la divulgación científica y el amor por su trabajo lo ha llevado por escuelas en el interior del estado de Puebla, Tlaxcala, Oaxaca, Querétaro, Sonora, Zacatecas y Quintana Roo.

Kalimán sabe que es tiempo de darle oportunidad a los jóvenes, después de colaborar en la capacitación de dos técnicos del taller, dice que es tiempo de retirarse; ha dado sus años más productivos a la divulgación y desarrollo de la ciencia; se lleva una gran satisfacción imposible de ocultar cuando comparte su experiencia y se le dibuja una traviesa sonrisa.

 

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